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May

Hoy es un día de esperanza. Nuestros responsables del Gobierno consideran que el dato de paro del mes de abril, que se ha conocido hoy, puede marcar un cambio de tendencia. Durante el mes de abril el paro subió en España en 39.478 personas. ¿Cuál es la buena noticia, según el Gobierno? Pues que la subida en los meses anteriores fue muy superior a dicha cuantía (en marzo la subida fue de 123.543), de lo que deducen que el efecto sobre el empleo del benévolo Plan E se empieza a notar y que estamos llegando al suelo de la crisis.

Los que ven el dato con optimismo parecen olvidar un hecho, que no es otro que el de que en el mes de abril hemos tenido la Semana Santa, que siempre genera un efecto muy positivo sobre el paro y la afiliación a la Seguridad Social en el correspondiente mes. De hecho, los lectores recordarán que en 2008, un año en el que la crisis se hizo sentir ya de manera muy intensa en el desempleo, el único mes de todo el año en el que el paro se redujo intermensualmente fue en marzo, precisamente el mes de la Semana Santa.

Por otra parte, tampoco debe obviarse el hecho de que el dato de paro de hoy ha sido el peor de la serie histórica de los meses con Semana Santa, por lo que el mensaje que se ha querido transmitir sobre que lo peor ha pasado resulta chirriante, cuanto menos.

El optimismo desaparece una vez que ayer conocimos las previsiones de primavera de la Comisión Europea, que presentó Almunia. De acuerdo con las mismas, España pasará en recesión no sólo 2009, sino también 2010, con caídas del PIB del 3,2% y del 1,0% respectivamente, la tasa de paro superará el 20% el próximo año, el déficit público alcanzará el 10% del PIB en 2010 (8,75 en 2009) y la deuda acumulada se situará por encima del 62% del PIB, cuando en 2007 era sólo del 36%. Esos 26 puntos de diferencia supone un endeudamiento adicional de casi 6.000 euros por cada español, o de casi 20.000 por hogar promedio. 

Y según el Comisario Almunia, España saldrá más tarde que sus socios europeos de la crisis y los datos pueden ser aún peores, puesto que las previsiones presentadas se habían elaborado sin tener en cuenta los malos datos de la EPA del primer trimestre de 2009.

Ante este escenario tan preocupante, ¿cómo ha reaccionado la máxima responsable de la economía española, la ministra Salgado? Pues ha puesto el énfasis en tratar de quitarle valor a las previsiones de Bruselas, a las que ha calificado de «opinión». ¿Y su receta para mejorar dichos datos? La respuesta de la ministra ha sido pasmosa: el Gobierno elaborará sus propias previsiones en las próximas semanas…

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