En un comentario a la entrada que puse el 9 de julio sobre porque no funcionan los biocarburantes en España, Fernando planteaba el tema del peak oil. Por el peak oil, se entiende el punto máximo de producción petrolera, a partir del cual, ésta descenderá de forma lenta pero inexorable. El primer divulgador de estas teorías fue King Hubbert, un geólogo norteamericano que estudió el rendimiento de los pozos de petróleo y realizó predicciones de explotación. Hubbert se dio cuenta que al perforar un nuevo pozo, la producción aumentaba a buen ritmo hasta un punto en el que aproximadamente la mitad del crudo recuperable ya había sido extraído (peak oil), a partir del cual era más difícil y costoso bombear crudo, provocando que la producción decayera de forma inexorable hasta que se agotaba. Extrapolando sus teorías al conjunto de Estados Unidos, en 1956 vaticinó que la producción petrolera norteamericana, alcanzaría su peak oil en 1970, por lo que fue considerado poco menos que un loco. Pero acertó. En 1970, Estados Unidos alcanzó su máxima producción – casi 11,3 millones de barriles diarios -, y desde entonces ésta ha ido decayendo hasta los apenas 6,8 millones que extrajo el año pasado.
Desde entonces han sido muchos los intentos de estimar cuando se producirá el peak oil mundial. En 1971, el propio Hubbert determinó que se alcanzaría en la pasada década, algo que afortunadamente no ha ocurrido. Y desde entonces son muchas las predicciones al respecto. Desde los que lo sitúan entre 2008- 2010, hasta los que piensan que no llegará hasta cerca de 2040.
Estas diferencias estriban en que no se sabe a ciencia cierta cual es el volumen de reservas existentes, puesto que las predicciones de gobiernos y empresas suelen ser poco fiables. Además, se está descubriendo petróleo en lugares antes inaccesibles, bien por cuestiones políticas o técnicas. En este sentido, las reservas y la producción están aumentando en las repúblicas centroasiáticas de la antigua URSS o en muchos puntos del este y norte de África. Y en el mar, hoy es posible extraer petróleo a profundidades en las que hace pocos años era impensable (ya se empieza a hablar de sacar el petróleo que parece haber en el lecho marino del Polo Norte). También las mejoras en las técnicas de refino, permiten la destilación de crudos que antes no tenían ningún uso. Estas mejoras tecnológicas, permitirán en los próximos años la explotación a gran escala y a un coste más razonable, de los crudos extrapesados que Venezuela posee en la Faja del Orinoco o de las arenas bituminosas canadienses, lo que aumentaría sustancialmente las reservas mundiales y alejaría en el tiempo el peak oil.
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