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Jun

La prospera situación económica que desde hace 6 años atraviesa Brasil está generando y consolidando una nueva clase media. Una población consumista con fuerte confianza en los mercados y en la fortaleza del país. A ello hay que unir el espectacular incremento de la inversión en viviendas, infraestructuras y empresarial. Esta demanda interna creciente sumada a los flujos de capitales provenientes del exterior está haciendo que la economía crezca al límite de sus posibilidades o incluso por encima de su potencial.

Se reduce la previsión de crecimiento para Brasil en medio punto.

Según las nuevas previsiones del FMI (ver cuadro), publicadas esta semana, la economía mundial crecerá un 4,3% este año y un 4,5% en 2012. Esta expansión mundial seguirá siendo más dinámica en las economías emergentes que en las desarrolladas. En términos globales, el escenario presenta pocos cambios respecto al del mes de abril (ver cuadro), si bien las revisiones por países son, en algunos casos, significativas.

Las economías emergentes crecerán a ritmos vigorosos: 6,6% en 2011 y 6,4% en 2012. Apenas hay modificaciones por países, salvo en el caso de Brasil. Efectivamente el FMI reduce la previsión de crecimiento. Brasil crecerá al 4,1% en 2011 y al 3,6% en 2012 (cuando en abril la previsión era de 4,5% y 4,1% respectivamente). La economía brasileña se está sobrecalentando: la inflación supera los límites impuestos por el banco central (6,5% en abril), y la posibilidad de que se este formando una burbuja, especialmente en el sector inmobiliario, preocupa a autoridades e inversores.

 

  

Fuente: Bankia

Política fiscal

Para luchar contra la inflación se aprobó, en 2011, un recorte de gasto equivalente a un 0,5% del PIB, pero, desde mi punto de vista, parece insuficiente. El gobierno debe lidiar con el reto de aumentar todavía más los recortes de gasto público sin que se vean afectados los abultados programas sociales destinados a reducir los elevados índices de pobreza del país.

La nueva clase media brasileña está destinando gran parte de sus ingresos a la inversión inmobiliaria. Los ciudades de Sao Paulo y Rio de Janeiro es donde se está enfocando esta inversión y los precios de las viviendas han llegado a doblarse desde 2008. La subida de los precios en las viviendas está llamando la atención de toda clase de inversores y los bancos comienzas ha relajar sus condiciones de crédito, permitiendo a familias de renta baja acceder a créditos inmobiliarios.

Política monetaria

Por eso el Banco Central también está siendo muy activo: subidas de los tipos de interés hasta el 12%, aplicación de un impuesto del 6% sobre los créditos con plazos inferiores a un año solicitados en divisa extranjera y además, subidas del coeficiente de caja. Además, se han endurecido sensiblemente los requisitos para acceder a un crédito personal.

 El efecto Mundial de Fútbol (2014) y Juegos Olímpico (2016) están teniendo, como no podía ser de otra menera, un efecto expansivo de la economía.

Brasil se está encontrando con los clásicos problemas de una economía en plena expansión, con una burbuja inmobiliaria, que de no gestionarse correctamente, con políticas fiscales y monetarias más restrictivas, la corrección que seguirá a todo proceso de sobrecalentamiento y pinchazo posterior de la burbuja podría dejar a Brasil en una situación delicada.

 ¿Se está formando, en Brasil, una burbuja inmobiliaria?

¿Se producirá en Brasil una crisis (como ocurrió en España después de las Olimpiadas de Barcelona) cuando terminen los Juegos en 2016?

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