Grecia atraviesa una terrible situación financiera. El déficit presupuestario alcanzó el 13% del PIB el año pasado. La deuda pública griega, generada por los déficit públicos acumulados, año tras año, alcanza el 113% del PIB. Como consecuencia de esa elevada deuda el diferencial del bono griego, a diez años, con el bono alemán está situado en más de 300 puntos básicos, una barbaridad. Los credit default swaps (CDS) o seguros contra el riesgo de impago de deuda griega se sitúa en los 417 puntos básicos, otra barbaridad.
Estos elevados tipos de interés y de CDS se deben, entre otros motivos, a que, entre abril y mayo, vence casi la mitad de la deuda griega en circulación y el gobierno griego no ha planificado el calendario financiero y eso es un error de libro. Seguir leyendo…
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