Entradas Etiquetadas con ‘Banco central europeo’

23
Mar
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Ayer, en este blog de economía, Patricia Gabaldón volvía a la carga sobre las propuestas de Paul Krugman para que España salga de la crisis económica y su propueta estrella: la bajada de sueldos. Hoy vuelvo sobre el tema que comentaba ayer Patricia pero también sobre los problemas económicos de Europa. 

Europa

En un reciente artículo ("A Continent Adrift",  16 de marzo) publicado en New York Times  (tiene una traducción al castelano: ¿Qué le pasa a Europa?) Paul Krugman señalaba que el peligro claro y actual que amenaza a Europa es su  incapacidad para responder de forma eficaz a la crisis financiera. Europa se ha quedado corta en lo referente tanto a la política fiscal como a la monetaria. Europa se enfrenta a una depresión que es al menos tan grave como la de Estados Unidos y, sin embargo, está haciendo mucho menos para combatirla.

Lo único que está actuando a favor de Europa son los "estabilizadores automáticos". Sin embargo, Europa necesita, además de los estabilizadores automáticos, políticas discrecionales. Concretamente políticas fiscales y monetarias más expansivas. Por ejemplo, haría falta una  política monetaria más enérgica. Al fin y al cabo, aunque no haya un Gobierno europeo, sí que hay un Banco Central Europeo (BCE) que puede hacer una política monetaria para 16 países de la Unión Europea. Sin embargo, el BCE, está actuando con poca energía. En otras palabras, Europa está demostrando que es estructuralmente débil en tiempos de crisis.

España

La principal pregunta que se hace Krugman es qué pasará con las economías europeas que prosperaron durante la época de dinero fácil de hace unos años y, en concreto, con España. Durante gran parte de la década pasada, España fue la Florida de Europa, con una economía que se mantenía a flote gracias al enorme auge especulativo de la vivienda. Al igual que en Florida, la expansión se ha transformado en recesión. España necesita encontrar nuevas fuentes de ingresos y de empleo para sustituir los trabajos perdidos en la construcción.

En el pasado, España habría tratado de mejorar su competitividad devaluando su moneda. Pero ahora su moneda es el euro, y parece que la única forma de salir adelante es iniciar un demoledor proceso de recortes salariales. Esto habría sido difícil en la mejor de las épocas; y será casi inconcebiblemente doloroso si, como parece muy probable, la economía europea en su conjunto está en crisis y con tendencia a la deflación durante años.

Krugman se hace tres preguntas ¿Significa todo esto que Europa cometió un error al permitir una integración sin las instituciones necesarias para hacer una política económica conjunta? ¿Significa, en concreto, que la creación del euro fue un error? ¿Empezarán los  políticos europeos a dar muestras de una mayor capacidad de liderazgo?

 

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Europa

En un reciente artículo («A Continent Adrift»,  16 de marzo) publicado en New York Times  (tiene una traducción al castelano: ¿Qué le pasa a Europa?) Paul Krugman señalaba que el peligro claro y actual que amenaza a Europa es su  incapacidad para responder de forma eficaz a la crisis financiera. Europa se ha quedado corta en lo referente tanto a la política fiscal como a la monetaria. Europa se enfrenta a una depresión que es al menos tan grave como la de Estados Unidos y, sin embargo, está haciendo mucho menos para combatirla.

Lo único que está actuando a favor de Europa son los «estabilizadores automáticos». Sin embargo, Europa necesita, además de los estabilizadores automáticos, políticas discrecionales. Concretamente políticas fiscales y monetarias más expansivas. Por ejemplo, haría falta una  política monetaria más enérgica. Al fin y al cabo, aunque no haya un Gobierno europeo, sí que hay un Banco Central Europeo (BCE) que puede hacer una política monetaria para 16 países de la Unión Europea. Sin embargo, el BCE, está actuando con poca energía. En otras palabras, Europa está demostrando que es estructuralmente débil en tiempos de crisis.

España

La principal pregunta que se hace Krugman es qué pasará con las economías europeas que prosperaron durante la época de dinero fácil de hace unos años y, en concreto, con España. Durante gran parte de la década pasada, España fue la Florida de Europa, con una economía que se mantenía a flote gracias al enorme auge especulativo de la vivienda. Al igual que en Florida, la expansión se ha transformado en recesión. España necesita encontrar nuevas fuentes de ingresos y de empleo para sustituir los trabajos perdidos en la construcción.

En el pasado, España habría tratado de mejorar su competitividad devaluando su moneda. Pero ahora su moneda es el euro, y parece que la única forma de salir adelante es iniciar un demoledor proceso de recortes salariales. Esto habría sido difícil en la mejor de las épocas; y será casi inconcebiblemente doloroso si, como parece muy probable, la economía europea en su conjunto está en crisis y con tendencia a la deflación durante años.

Krugman se hace tres preguntas ¿Significa todo esto que Europa cometió un error al permitir una integración sin las instituciones necesarias para hacer una política económica conjunta? ¿Significa, en concreto, que la creación del euro fue un error? ¿Empezarán los  políticos europeos a dar muestras de una mayor capacidad de liderazgo?

 

6
Mar
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Rafael Pampillón - El BCE baja sus tipos de interés from IE Media on Vimeo.

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Rafael Pampillón – El BCE baja sus tipos de interés from IE Media on Vimeo.

5
Mar

Hacia un mundo con tipos de interés cero

Escrito el 5 marzo 2009 por José Ramón Diez Guijarro en Política Monetaria

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    [post_content] => El Banco de Inglaterra ha situado su tipo base en un nuevo mínimo histórico en el 0,50% y se une a los numerosos bancos centrales que ya tienen sus tipos de interés virtualmente en el 0% (Reserva Federal, Banco de Japón, Banco de Suiza, Banco de Suecia, Banco de Canadá y Banco de Hong Kong). Las perspectivas de moderación de la inflación por debajo del objetivo del 2% y la ausencia de señales que apunten a una mejora de la actividad durante la primera parte del año justifican la decisión adoptada por el BoE. Y ello a pesar del riesgo que podría entrañar unos tipos tan bajos para el funcionamiento de algunos mercados financieros y para la capacidad de préstamo del sistema bancario. Adicionalmente, han anunciado la puesta en marcha de un programa de compra de títulos por importe de 75.000 millones de libras, aplicable tanto a activos privados como a la deuda pública. La financiación del mismo se realizará a través de la emisión de efectivo. La reacción del bono británico a este anuncio ha sido de una caída de su tir cercana a los 30 pb. 

Por tanto, después de unas actuaciones dubitativas al inicio de la crisis en agosto de 2007 que se llevaron por delante al Northern Rock, el Banco de Inglaterra está actuando con celeridad y uniéndose al grupo de bancos centrales que van a utilizar no sólo las bajadas de tipos hasta casi el límite (0%), sino que además intervendrán directamente en el mercado comprando todo tipo de activos. Es decir, autoridades monetarias que están haciendo un "by-pass" a la economía, inyectando directamente el crédito, mientras se solucionan los graves problemas del sistema financiero. Evidentemente, eso sólo se puede hacer aumentando el balance del banco central, bien con préstamos del Tesoro (que salen de las emisiones de deuda), bien con un incremento de la base monetaria. 

En este contexto, el BCE ha decidido situar su tipo de intervención en el 1,5%, lo que supone un mínimo histórico. Sólo con repasar el giro anunciado esta mañana en las previsiones de crecimiento e inflación del BCE para 2009 y 2010, se pone de manifiesto como ha cambiado la coyuntura económica en los últimos tres meses. Para este año se anticipa un crecimiento en la banda del -2,2%/-3,2% (0%/-1% en diciembre) y una inflación del 0,1%/0,7% (1,1%/1,7% previsto en diciembre). Respecto a 2010, ahora las previsiones de crecimiento son del 0,7%/-0,7% (+0,5%/1,5% hace tres meses) y las de inflación 0,6%/1,4% (+1,5%/2,1%). Es decir, que el BCE piensa que la economía europea va a estar en recesión o estancada en los próximos 21 meses, lo que eliminará prácticamente todos los riesgos inflacionistas (amplio "output-gap"). Como además, el otro pilar de la política monetaria (agregados monetarios y crédito) también está dando síntomas claros de enfriamiento, la conclusión es que el BCE se unirá al grupo de bancos centrales con tipos próximos a cero antes del verano. Y, además, como ha reconocido en la rueda de prensa también se está valorando la posibilidad de poner en marcha una estrategia de expansión cuantitativa. Esto es más difícil de instrumentar en una unión monetaria, siendo la solución más factible las emisiones de bonos europeos. La consecuencia de todo lo anterior es que veremos un euribor a 12 meses cerca del 1,2% a lo largo del año, cuando sólo hace escasos meses estaba en el 5,5%. Desgraciadamente esto refleja que la coyuntura económica y financiera ha empeorado mucho en los últimos 6 meses. Sólo hay que mirar los datos publicados esta mañana de producción industrial en España (-20%) y de ventas de grandes empresas (-21%). Por tanto, tanto la política monetaria, como la fiscal, van a utilizar todos los grados de libertad, asumiendo riesgos. Es lo que toca en una situación como la actual.
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El Banco de Inglaterra ha situado su tipo base en un nuevo mínimo histórico en el 0,50% y se une a los numerosos bancos centrales que ya tienen sus tipos de interés virtualmente en el 0% (Reserva Federal, Banco de Japón, Banco de Suiza, Banco de Suecia, Banco de Canadá y Banco de Hong Kong). Las perspectivas de moderación de la inflación por debajo del objetivo del 2% y la ausencia de señales que apunten a una mejora de la actividad durante la primera parte del año justifican la decisión adoptada por el BoE. Y ello a pesar del riesgo que podría entrañar unos tipos tan bajos para el funcionamiento de algunos mercados financieros y para la capacidad de préstamo del sistema bancario. Adicionalmente, han anunciado la puesta en marcha de un programa de compra de títulos por importe de 75.000 millones de libras, aplicable tanto a activos privados como a la deuda pública. La financiación del mismo se realizará a través de la emisión de efectivo. La reacción del bono británico a este anuncio ha sido de una caída de su tir cercana a los 30 pb. 

Por tanto, después de unas actuaciones dubitativas al inicio de la crisis en agosto de 2007 que se llevaron por delante al Northern Rock, el Banco de Inglaterra está actuando con celeridad y uniéndose al grupo de bancos centrales que van a utilizar no sólo las bajadas de tipos hasta casi el límite (0%), sino que además intervendrán directamente en el mercado comprando todo tipo de activos. Es decir, autoridades monetarias que están haciendo un «by-pass» a la economía, inyectando directamente el crédito, mientras se solucionan los graves problemas del sistema financiero. Evidentemente, eso sólo se puede hacer aumentando el balance del banco central, bien con préstamos del Tesoro (que salen de las emisiones de deuda), bien con un incremento de la base monetaria. 

En este contexto, el BCE ha decidido situar su tipo de intervención en el 1,5%, lo que supone un mínimo histórico. Sólo con repasar el giro anunciado esta mañana en las previsiones de crecimiento e inflación del BCE para 2009 y 2010, se pone de manifiesto como ha cambiado la coyuntura económica en los últimos tres meses. Para este año se anticipa un crecimiento en la banda del -2,2%/-3,2% (0%/-1% en diciembre) y una inflación del 0,1%/0,7% (1,1%/1,7% previsto en diciembre). Respecto a 2010, ahora las previsiones de crecimiento son del 0,7%/-0,7% (+0,5%/1,5% hace tres meses) y las de inflación 0,6%/1,4% (+1,5%/2,1%). Es decir, que el BCE piensa que la economía europea va a estar en recesión o estancada en los próximos 21 meses, lo que eliminará prácticamente todos los riesgos inflacionistas (amplio «output-gap»). Como además, el otro pilar de la política monetaria (agregados monetarios y crédito) también está dando síntomas claros de enfriamiento, la conclusión es que el BCE se unirá al grupo de bancos centrales con tipos próximos a cero antes del verano. Y, además, como ha reconocido en la rueda de prensa también se está valorando la posibilidad de poner en marcha una estrategia de expansión cuantitativa. Esto es más difícil de instrumentar en una unión monetaria, siendo la solución más factible las emisiones de bonos europeos. La consecuencia de todo lo anterior es que veremos un euribor a 12 meses cerca del 1,2% a lo largo del año, cuando sólo hace escasos meses estaba en el 5,5%. Desgraciadamente esto refleja que la coyuntura económica y financiera ha empeorado mucho en los últimos 6 meses. Sólo hay que mirar los datos publicados esta mañana de producción industrial en España (-20%) y de ventas de grandes empresas (-21%). Por tanto, tanto la política monetaria, como la fiscal, van a utilizar todos los grados de libertad, asumiendo riesgos. Es lo que toca en una situación como la actual.

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