Archivo de mayo/2015

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May
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    [post_content] => Ayer, el Banco de España publicó la balanza de pagos de los tres primeros meses de este año. Se confirma que la economía española sigue ganando competitividad. En el primer trimestre las exportaciones de bienes y servicios crecieron (+6,5%) más rápidamente que las importaciones (+4,6%). Este buen comportamiento del sector exterior ha ayudado a que los datos de la Contabilidad Nacional del primer trimestre, publicados el jueves, hayan sido muy positivos. La producción española de bienes y servicios (PIB) aumentó un 0,9% en el primer trimestre del año con respecto al trimestre anterior, continuando así una tendencia creciente que comenzó en el tercer trimestre del año 2013. En términos anualizados (multiplicando el dato trimestral por cuatro, tal como se hace en EEUU) el PIB aumentó un 3,6% que es el ritmo de crecimiento más rápido desde que comenzó la crisis.

PERSPECTIVAS DE FUTURO

¿Cuáles son las previsiones de crecimiento económico para lo que queda de año y el año que viene? El futuro está por escribir. Los resultados electorales del domingo pasado confirman que en España se ha producido un cambio político de dimensiones desconocidas. Una pérdida de poder de los partidos tradicionales (Partido Popular, el Partido Socialista e Izquierda Unida) y un aumento significativo de los partidos emergentes (Ciudadanos y Podemos). Se trata de un nuevo mapa político que va a exigir que en muchos municipios y comunidades autónomas (CCAA) se tenga que llegar a pactos para poder gobernar.

No estamos, por tanto, ante un escenario de ingobernabilidad. Se trata de un panorama nuevo y sugerente, en el que los partidos políticos deberán formar gobiernos estables en las CCAA y en los ayuntamientos ¿Qué política económica deberían aplicar estos gobiernos? Aquella que aumente el bienestar de sus ciudadanos o lo que es lo mismo aquella que permita mejorar la buena marcha de la economía en su ámbito territorial. Medidas que infundan confianza en los ciudadanos y en las empresas que desarrollan su actividad en ese territorio. Mayor confianza que se traducirá en un mayor optimismo que permitirá aumentar el consumo, la inversión y como consecuencia el empleo. Políticas que consigan que la economía continúe por la senda de la recuperación.

A nivel nacional, y desde hace dos años, se está yendo por ese camino. Se está reforzando ese círculo virtuoso de altos niveles de confianza, buenos resultados económicos y aumentos en el bienestar de la población. Por ejemplo, el elevado crecimiento del PIB que se ha producido en el último año ha venido de la mano de la mejora del empleo, crecimiento del consumo y aumento en la compra viviendas.

Según informó el INE, en el primer trimestre de este año las familias consumieron un 0,7% más que en el trimestre anterior. Esta tendencia positiva en el bienestar de los ciudadanos ha continuado en el mes de abril. Así, el Índice del Comercio minorista creció en abril un espectacular 1,3% con respecto al mes de marzo (corregido de efectos estacionales y de calendario).

También el sector de la vivienda se recupera. Esta semana se ha publicado que el aumento del número de hipotecas en marzo fue de 19.806, un 20% más que en el mismo mes de 2014. Además, en el primer trimestre de 2015 se promovieron 10.681 viviendas, un 23% más que en el mismo trimestre de 2014.

EL AUMENTO DE LA OCUPACIÓN

En el futuro, ¿seguirá aumentando el consumo y la compra de vivienda? La respuesta está, en parte, en la capacidad que tengan los nuevos gobiernos municipales y autonómicos para atraer y retener actividad empresarial y, como consecuencia generar más empleo. Es decir, si los nuevos gobiernos serán capaces o no de crear ese marco de confianza necesario para que aumente la actividad económica. Los datos de Contabilidad Nacional que venimos comentando señalan que en el conjunto de España el empleo avanza y acumula cinco trimestres de crecimiento. En los doce últimos meses se ha producido el mayor crecimiento en casi ocho años: 460.000 ocupados más (medido en puestos de trabajo equivalente a tiempo completo). Y en ese marco de confianza en el que se desenvuelven las empresas hay que incluir el que puedan aumentar la competitividad de los bienes y servicios que producen.

Los datos publicados van en esa dirección de mejora de la competitividad. Efectivamente, las empresas siguen aumentando sus exportaciones y la inversión en bienes de equipo. Es una señal de que están mejorando las expectativas empresariales y de que el crecimiento económico seguirá aumentando en el futuro.

Y es en el camino del aumento de la competitividad donde las CCAA tienen un margen muy importante de actuación. En manos de las CCAA está casi toda la competencia en la educación reglada de los españoles y con ella la capacidad de aumentar la calidad del capital humano y su productividad. Más empleo de calidad solo es posible si se produce un reajuste en la formación profesional y universitaria que orienten sus contenidos (más de lo que lo hacen ahora) a lo que demanda el mercado. No menos importante es la labor investigadora que se realiza desde los departamentos universitarios. El crecimiento de la productividad supone apoyar programas de investigación y desarrollo (I+D), procurando que muchos de dichos programas de investigación terminen por convertirse en proyectos empresariales generadores de empleo.

Afortunadamente, hasta ahora se ha podido consolidar un modelo productivo basado en las exportaciones que comenzó con éxito hace seis años y que asegura un crecimiento económico duradero a largo plazo. De hecho, los datos de balanza de pagos conocidos ayer confirman esa tendencia. En resumen, se trata de mantener la buena trayectoria de crecimiento de nuestra economía mejorando la competitividad. Y para ello es necesario que en todos los niveles de gobierno, también los de las CCAA y municipios se continúe facilitando la actividad empresarial y la creación de empresas en sectores y actividades que generen valor añadido.

De ahí que sería un error que los nuevos gobiernos que se formen en las próximas semanas cayesen en la tentación de ir hacia atrás, como los cangrejos, y nacionalizasen ciertos servicios públicos que están prestando empresas privadas de forma eficiente. La experiencia española, en los últimos años, ha demostrado de forma efectiva que el sector público no tiene porqué tener bancos (cajas de ahorros), ni debe dedicarse a la generación y distribución de la energía eléctrica, ni a gestionar compañías de transporte, aeropuertos, hipódromos, cadenas hoteleras, suministro de agua, recogidas de basura, etc.

En definitiva se abre un periodo en el que se van a formar nuevos gobiernos municipales y autonómicos. Gobiernos que deben dar prioridad a la generación de empleo duradero a largo plazo para lo cual deben asegurar un marco de estabilidad a las empresas, también a las de capital extranjero. Un marco de confianza donde se acreciente la unidad de mercado y se afiance la seguridad jurídica. Solo así el fantasma de la incertidumbre desaparecerá, el riesgo político de España se reducirá y la recuperación económica, iniciada hace dos años, seguirá adelante. Un crecimiento más rápido significa también ingresos fiscales más elevados lo que permitirá reducir la elevada deuda pública autonómica y municipal.

Fuente: Rafael Pampillón . "Estabilidad política para aumentar la competitividad". Expansión, 30 de mayo de 2015. Pagina 43.
    [post_title] => Estabilidad política para aumentar la competitividad
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Ayer, el Banco de España publicó la balanza de pagos de los tres primeros meses de este año. Se confirma que la economía española sigue ganando competitividad. En el primer trimestre las exportaciones de bienes y servicios crecieron (+6,5%) más rápidamente que las importaciones (+4,6%). Este buen comportamiento del sector exterior ha ayudado a que los datos de la Contabilidad Nacional del primer trimestre, publicados el jueves, hayan sido muy positivos. La producción española de bienes y servicios (PIB) aumentó un 0,9% en el primer trimestre del año con respecto al trimestre anterior, continuando así una tendencia creciente que comenzó en el tercer trimestre del año 2013. En términos anualizados (multiplicando el dato trimestral por cuatro, tal como se hace en EEUU) el PIB aumentó un 3,6% que es el ritmo de crecimiento más rápido desde que comenzó la crisis.

PERSPECTIVAS DE FUTURO

¿Cuáles son las previsiones de crecimiento económico para lo que queda de año y el año que viene? El futuro está por escribir. Los resultados electorales del domingo pasado confirman que en España se ha producido un cambio político de dimensiones desconocidas. Una pérdida de poder de los partidos tradicionales (Partido Popular, el Partido Socialista e Izquierda Unida) y un aumento significativo de los partidos emergentes (Ciudadanos y Podemos). Se trata de un nuevo mapa político que va a exigir que en muchos municipios y comunidades autónomas (CCAA) se tenga que llegar a pactos para poder gobernar.

No estamos, por tanto, ante un escenario de ingobernabilidad. Se trata de un panorama nuevo y sugerente, en el que los partidos políticos deberán formar gobiernos estables en las CCAA y en los ayuntamientos ¿Qué política económica deberían aplicar estos gobiernos? Aquella que aumente el bienestar de sus ciudadanos o lo que es lo mismo aquella que permita mejorar la buena marcha de la economía en su ámbito territorial. Medidas que infundan confianza en los ciudadanos y en las empresas que desarrollan su actividad en ese territorio. Mayor confianza que se traducirá en un mayor optimismo que permitirá aumentar el consumo, la inversión y como consecuencia el empleo. Políticas que consigan que la economía continúe por la senda de la recuperación.

A nivel nacional, y desde hace dos años, se está yendo por ese camino. Se está reforzando ese círculo virtuoso de altos niveles de confianza, buenos resultados económicos y aumentos en el bienestar de la población. Por ejemplo, el elevado crecimiento del PIB que se ha producido en el último año ha venido de la mano de la mejora del empleo, crecimiento del consumo y aumento en la compra viviendas.

Según informó el INE, en el primer trimestre de este año las familias consumieron un 0,7% más que en el trimestre anterior. Esta tendencia positiva en el bienestar de los ciudadanos ha continuado en el mes de abril. Así, el Índice del Comercio minorista creció en abril un espectacular 1,3% con respecto al mes de marzo (corregido de efectos estacionales y de calendario).

También el sector de la vivienda se recupera. Esta semana se ha publicado que el aumento del número de hipotecas en marzo fue de 19.806, un 20% más que en el mismo mes de 2014. Además, en el primer trimestre de 2015 se promovieron 10.681 viviendas, un 23% más que en el mismo trimestre de 2014.

EL AUMENTO DE LA OCUPACIÓN

En el futuro, ¿seguirá aumentando el consumo y la compra de vivienda? La respuesta está, en parte, en la capacidad que tengan los nuevos gobiernos municipales y autonómicos para atraer y retener actividad empresarial y, como consecuencia generar más empleo. Es decir, si los nuevos gobiernos serán capaces o no de crear ese marco de confianza necesario para que aumente la actividad económica. Los datos de Contabilidad Nacional que venimos comentando señalan que en el conjunto de España el empleo avanza y acumula cinco trimestres de crecimiento. En los doce últimos meses se ha producido el mayor crecimiento en casi ocho años: 460.000 ocupados más (medido en puestos de trabajo equivalente a tiempo completo). Y en ese marco de confianza en el que se desenvuelven las empresas hay que incluir el que puedan aumentar la competitividad de los bienes y servicios que producen.

Los datos publicados van en esa dirección de mejora de la competitividad. Efectivamente, las empresas siguen aumentando sus exportaciones y la inversión en bienes de equipo. Es una señal de que están mejorando las expectativas empresariales y de que el crecimiento económico seguirá aumentando en el futuro.

Y es en el camino del aumento de la competitividad donde las CCAA tienen un margen muy importante de actuación. En manos de las CCAA está casi toda la competencia en la educación reglada de los españoles y con ella la capacidad de aumentar la calidad del capital humano y su productividad. Más empleo de calidad solo es posible si se produce un reajuste en la formación profesional y universitaria que orienten sus contenidos (más de lo que lo hacen ahora) a lo que demanda el mercado. No menos importante es la labor investigadora que se realiza desde los departamentos universitarios. El crecimiento de la productividad supone apoyar programas de investigación y desarrollo (I+D), procurando que muchos de dichos programas de investigación terminen por convertirse en proyectos empresariales generadores de empleo.

Afortunadamente, hasta ahora se ha podido consolidar un modelo productivo basado en las exportaciones que comenzó con éxito hace seis años y que asegura un crecimiento económico duradero a largo plazo. De hecho, los datos de balanza de pagos conocidos ayer confirman esa tendencia. En resumen, se trata de mantener la buena trayectoria de crecimiento de nuestra economía mejorando la competitividad. Y para ello es necesario que en todos los niveles de gobierno, también los de las CCAA y municipios se continúe facilitando la actividad empresarial y la creación de empresas en sectores y actividades que generen valor añadido.

De ahí que sería un error que los nuevos gobiernos que se formen en las próximas semanas cayesen en la tentación de ir hacia atrás, como los cangrejos, y nacionalizasen ciertos servicios públicos que están prestando empresas privadas de forma eficiente. La experiencia española, en los últimos años, ha demostrado de forma efectiva que el sector público no tiene porqué tener bancos (cajas de ahorros), ni debe dedicarse a la generación y distribución de la energía eléctrica, ni a gestionar compañías de transporte, aeropuertos, hipódromos, cadenas hoteleras, suministro de agua, recogidas de basura, etc.

En definitiva se abre un periodo en el que se van a formar nuevos gobiernos municipales y autonómicos. Gobiernos que deben dar prioridad a la generación de empleo duradero a largo plazo para lo cual deben asegurar un marco de estabilidad a las empresas, también a las de capital extranjero. Un marco de confianza donde se acreciente la unidad de mercado y se afiance la seguridad jurídica. Solo así el fantasma de la incertidumbre desaparecerá, el riesgo político de España se reducirá y la recuperación económica, iniciada hace dos años, seguirá adelante. Un crecimiento más rápido significa también ingresos fiscales más elevados lo que permitirá reducir la elevada deuda pública autonómica y municipal.

Fuente: Rafael Pampillón . «Estabilidad política para aumentar la competitividad». Expansión, 30 de mayo de 2015. Pagina 43.

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May
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    [post_content] => La prensa económica se hacía eco ayer de la “ambiciosa propuesta (española) a las instituciones europeas para rediseñar la política económica común, que ha fallado estrepitosamente en esta crisis.” El documento, titulado "Better economic governance in the euro area" y elaborado por la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno de España, señala como principales deficiencias del Área Euro la falta de una adecuada flexibilidad de precios y rentas, la carencia de suficiente movilidad de la mano de obra (mientras que los movimientos de capitales no tienen restricciones), y la fragmentación de su mercado interior, con consecuencias especialmente graves en el sector financiero. Propone que en el medio y largo plazo, se necesitan cinco elementos para completar una unión monetaria sólida y madura:
  1. Eliminar las rigideces reales y nominales que impiden un ajuste rápido ante shocks económicos.
  2. Alcanzar niveles suficientes de movilidad laboral.
  3. Alcanzar una Unión Fiscal sólida para completar y reforzar la Unión Monetaria. Dicha Unión Fiscal debería incluir tres elementos: (1) transferencia de soberanía a la Unión en políticas de ingresos y gastos nacionales; (2) un presupuesto común en la Eurozona; 3) instrumentos de deuda comunes.
  4. Completar el mercado interior. En particular, la fragmentación del mercado financiero debe solventarse asegurando una integración adecuada del sector bancario minorista.
  5. Estos avances conllevarán transferencias de soberanía al nivel central de la UEM, y por tanto tendrán que acompañarse de mayor legitimidad democrática y rendición de cuentas.
Me permito extraer y resumir aquí algunos párrafos de un post que publiqué en este blog en marzo de 2007, a partir de un artículo previo de 2005, sobre las implicaciones fiscales que podrían derivarse de las limitaciones en la integración monetaria europea. En aquel artículo destacaba que, de acuerdo con la teoría de las áreas monetarias óptimas, construida sobre las ideas del premio Nobel de Economía Robert A. Mundell (“A Theory of Optimum Currency Areas”, American Economic Review 51, 1961), el correcto funcionamiento de una unión monetaria exige ciertas condiciones estructurales de las economías de sus Estados miembros: movilidad de factores, flexibilidad de precios y transferibilidad presupuestaria. Decíamos que el perjuicio de la pérdida de la soberanía nacional respecto al tipo de cambio y a los instrumentos presupuestarios será tanto mayor cuanto peor funcionaran los mecanismos antes referidos, pues sin estos dispositivos de ajuste sería difícil financiar los desequilibrios (choques asimétricos) que puedan afectar localmente a los Estados miembros. Concluíamos, de acuerdo con aquella teoría, que en la Eurozona sería deseable la centralización de una parte significativa de los recursos fiscales (política fiscal y tesoro comunes), permitiendo así a los países que sufran un choque negativo acceder a transferencias automáticas. Si lo anterior no fuera posible, la teoría dice que las políticas fiscales nacionales se deberían poder utilizar con flexibilidad, permitiéndose el incremento del déficit presupuestario de la nación afectada. La necesidad de autonomía en el diseño de las políticas fiscales nacionales podría entenderse por tanto como una resultante inmediata de la desaparición de la política monetaria como instrumento de la política macroeconómica nacional, por supuesto siempre dentro de un marco de sostenibilidad presupuestaria y de coordinación de políticas entre los Estados miembros. También planteábamos un análisis crítico de aquella teoría, principalmente de su segunda conclusión: las políticas fiscales no son el instrumento flexible que propugna la teoría de las zonas monetarias óptimas, dado que un gobierno no puede crear déficits presupuestarios para absorber los choques negativos sin que esto conlleve un problema de sostenibilidad de los mismos. El problema se puede formular como sigue: un déficit presupuestario provoca un aumento de la deuda del gobierno, que originará un flujo de pagos en el futuro. Si el tipo de interés de la deuda del gobierno supera la tasa de crecimiento de la economía, el proceso de acumulación de deuda conducirá a un aumento continuo de su porcentaje respecto al PIB, hasta hacerse la situación insostenible, precisando medidas de corrección. La nación se verá entonces obligada a generar amplios superávit presupuestarios primarios con el fin de evitar que dicho ratio aumente de forma automática, lo que implica reducir el gasto y/o aumentar los impuestos. Dicho de otro modo, una vez empleada este política, no será posible volver a utilizarla de nuevo hasta transcurridos varios años. De acuerdo con esta visión, se hace necesario establecer un mecanismo de control que restrinja el tamaño de los déficits presupuestarios de los estados miembros, ya que el que un país se encuentre en una senda insostenible de crecimiento de su deuda pública generará efectos externos negativos sobre el resto de la unión monetaria. Estas externalidades serán básicamente de dos tipos: 1) esta nación tendrá que elevar su recurso al mercado de capitales de la unión, aumentando igualmente el tipo de interés [riesgo] de la unión y, a su vez, la carga de la deuda sobre el resto de los países. Si los otros países deciden estabilizar sus ratios de deuda/PIB, se verán obligados a seguir políticas fiscales más restrictivas, y por lo tanto más deflacionistas; 2) esa elevación del tipo de interés de la unión podría llevar al Banco Central Europeo a relajar sus políticas monetarias [comprar deuda soberana de los países con problemas]. Decíamos, por último, que estos argumentos podrían ser criticados a su vez desde un punto de vista teórico: la existencia de efectos externos denunciada se basa en el supuesto de que los mercados de capitales privados no funcionan de manera eficiente. En el caso contrario, los mercados percibirán que el problema de la deuda pertenece a la nación con el problema de sostenibilidad, no trasladándose [contagiándose] el aumento del tipo de interés pagado por este país al resto de la unión. El problema de este argumento radica en que, bajo ciertas condiciones, a los prestamistas les puede resultar difícil asignar la prima de riesgo correcta a la deuda del país con desequilibrio presupuestario. Muy probablemente pensarán que el resto de países de la unión avalarán al gobierno con problemas para evitar que la crisis se extienda al resto del sistema financiero. Este problema únicamente puede resolverse si los estados miembros se comprometen de modo público a no respaldar la deuda emitida por los otros gobiernos, aunque esta declaración perdería sin duda su efecto por falta de credibilidad. Confío en que la lectura de los argumentos teóricos ofrecidos en aquel texto, ocho años después, pueda ser de utilidad para contextualizar la actual propuesta española para el reforzamiento de la unión económica y monetaria. [post_title] => Nada nuevo bajo el cielo [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => nada-nuevo-bajo-el-cielo [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:32 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:32 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=21382 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 1 [filter] => raw )

La prensa económica se hacía eco ayer de la “ambiciosa propuesta (española) a las instituciones europeas para rediseñar la política económica común, que ha fallado estrepitosamente en esta crisis.” El documento, titulado «Better economic governance in the euro area» y elaborado por la Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno de España, señala como principales deficiencias del Área Euro la falta de una adecuada flexibilidad de precios y rentas, la carencia de suficiente movilidad de la mano de obra (mientras que los movimientos de capitales no tienen restricciones), y la fragmentación de su mercado interior, con consecuencias especialmente graves en el sector financiero. Propone que en el medio y largo plazo, se necesitan cinco elementos para completar una unión monetaria sólida y madura:

  1. Eliminar las rigideces reales y nominales que impiden un ajuste rápido ante shocks económicos.
  2. Alcanzar niveles suficientes de movilidad laboral.
  3. Alcanzar una Unión Fiscal sólida para completar y reforzar la Unión Monetaria. Dicha Unión Fiscal debería incluir tres elementos: (1) transferencia de soberanía a la Unión en políticas de ingresos y gastos nacionales; (2) un presupuesto común en la Eurozona; 3) instrumentos de deuda comunes.
  4. Completar el mercado interior. En particular, la fragmentación del mercado financiero debe solventarse asegurando una integración adecuada del sector bancario minorista.
  5. Estos avances conllevarán transferencias de soberanía al nivel central de la UEM, y por tanto tendrán que acompañarse de mayor legitimidad democrática y rendición de cuentas.

Me permito extraer y resumir aquí algunos párrafos de un post que publiqué en este blog en marzo de 2007, a partir de un artículo previo de 2005, sobre las implicaciones fiscales que podrían derivarse de las limitaciones en la integración monetaria europea.

En aquel artículo destacaba que, de acuerdo con la teoría de las áreas monetarias óptimas, construida sobre las ideas del premio Nobel de Economía Robert A. Mundell (“A Theory of Optimum Currency Areas”, American Economic Review 51, 1961), el correcto funcionamiento de una unión monetaria exige ciertas condiciones estructurales de las economías de sus Estados miembros: movilidad de factores, flexibilidad de precios y transferibilidad presupuestaria. Decíamos que el perjuicio de la pérdida de la soberanía nacional respecto al tipo de cambio y a los instrumentos presupuestarios será tanto mayor cuanto peor funcionaran los mecanismos antes referidos, pues sin estos dispositivos de ajuste sería difícil financiar los desequilibrios (choques asimétricos) que puedan afectar localmente a los Estados miembros. Concluíamos, de acuerdo con aquella teoría, que en la Eurozona sería deseable la centralización de una parte significativa de los recursos fiscales (política fiscal y tesoro comunes), permitiendo así a los países que sufran un choque negativo acceder a transferencias automáticas. Si lo anterior no fuera posible, la teoría dice que las políticas fiscales nacionales se deberían poder utilizar con flexibilidad, permitiéndose el incremento del déficit presupuestario de la nación afectada. La necesidad de autonomía en el diseño de las políticas fiscales nacionales podría entenderse por tanto como una resultante inmediata de la desaparición de la política monetaria como instrumento de la política macroeconómica nacional, por supuesto siempre dentro de un marco de sostenibilidad presupuestaria y de coordinación de políticas entre los Estados miembros.

También planteábamos un análisis crítico de aquella teoría, principalmente de su segunda conclusión: las políticas fiscales no son el instrumento flexible que propugna la teoría de las zonas monetarias óptimas, dado que un gobierno no puede crear déficits presupuestarios para absorber los choques negativos sin que esto conlleve un problema de sostenibilidad de los mismos. El problema se puede formular como sigue: un déficit presupuestario provoca un aumento de la deuda del gobierno, que originará un flujo de pagos en el futuro. Si el tipo de interés de la deuda del gobierno supera la tasa de crecimiento de la economía, el proceso de acumulación de deuda conducirá a un aumento continuo de su porcentaje respecto al PIB, hasta hacerse la situación insostenible, precisando medidas de corrección. La nación se verá entonces obligada a generar amplios superávit presupuestarios primarios con el fin de evitar que dicho ratio aumente de forma automática, lo que implica reducir el gasto y/o aumentar los impuestos. Dicho de otro modo, una vez empleada este política, no será posible volver a utilizarla de nuevo hasta transcurridos varios años. De acuerdo con esta visión, se hace necesario establecer un mecanismo de control que restrinja el tamaño de los déficits presupuestarios de los estados miembros, ya que el que un país se encuentre en una senda insostenible de crecimiento de su deuda pública generará efectos externos negativos sobre el resto de la unión monetaria. Estas externalidades serán básicamente de dos tipos: 1) esta nación tendrá que elevar su recurso al mercado de capitales de la unión, aumentando igualmente el tipo de interés [riesgo] de la unión y, a su vez, la carga de la deuda sobre el resto de los países. Si los otros países deciden estabilizar sus ratios de deuda/PIB, se verán obligados a seguir políticas fiscales más restrictivas, y por lo tanto más deflacionistas; 2) esa elevación del tipo de interés de la unión podría llevar al Banco Central Europeo a relajar sus políticas monetarias [comprar deuda soberana de los países con problemas].

Decíamos, por último, que estos argumentos podrían ser criticados a su vez desde un punto de vista teórico: la existencia de efectos externos denunciada se basa en el supuesto de que los mercados de capitales privados no funcionan de manera eficiente. En el caso contrario, los mercados percibirán que el problema de la deuda pertenece a la nación con el problema de sostenibilidad, no trasladándose [contagiándose] el aumento del tipo de interés pagado por este país al resto de la unión. El problema de este argumento radica en que, bajo ciertas condiciones, a los prestamistas les puede resultar difícil asignar la prima de riesgo correcta a la deuda del país con desequilibrio presupuestario. Muy probablemente pensarán que el resto de países de la unión avalarán al gobierno con problemas para evitar que la crisis se extienda al resto del sistema financiero. Este problema únicamente puede resolverse si los estados miembros se comprometen de modo público a no respaldar la deuda emitida por los otros gobiernos, aunque esta declaración perdería sin duda su efecto por falta de credibilidad.

Confío en que la lectura de los argumentos teóricos ofrecidos en aquel texto, ocho años después, pueda ser de utilidad para contextualizar la actual propuesta española para el reforzamiento de la unión económica y monetaria.

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May
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    [post_content] => La semana pasada conocimos los resultados definitivos de las elecciones legislativas en el Reino Unido. El pueblo ha dado la victoria al Partido Conservador que ha ganado por mayoría absoluta. Se ha cumplido, una vez más, el famoso eslogan de la campaña de Bill Clinton de 1992: “Es la economía, estúpido”. Porque, como muestran los indicadores, ha sido la buena gestión económica de David Cameron la que ha marcado la diferencia de votos a favor de los conservadores y en contra del Partido Laborista.

No es la primera vez que los asuntos económicos deciden unas elecciones en Gran Bretaña. Por ejemplo, los gobiernos laboristas de Harold Wilson (hasta 1976) y James Callaghan (hasta marzo de 1979) no fueron capaces de resolver la crisis del petróleo y su partido fue derrotado por el Partido Conservador en las elecciones de 1979. Con la victoria de Margaret Thatcher, que gobernó desde 1979 hasta 1990, el Reino Unido consiguió activar el crecimiento económico, estabilizar los precios y restaurar su posición como potencia económica mundial. Más recientemente, en 2010, el Partido Conservador derrotó al Partido Laborista debido a la mala gestión de la crisis económica del primer ministro Gordon Brown. Y también la nueva victoria de Cameron, conocida ayer, se justifica en el contexto de la buena gestión de la economía. Motivos no faltan:

1º) La elevada confianza de los electores en el actual Gobierno Conservador que supo sacar a la economía de la crisis económica y ponerla en el camino del crecimiento. O lo que es lo mismo, el deseo de los votantes de conservar una política económica que favorece la creación de empresas y el buen funcionamiento de los mercados y que ha permitido bajar la tasa de paro al 5,7%, su nivel más bajo desde el año 2007. Los votantes han dicho “no” a los laboristas y a posibles nuevos experimentos que aumentasen el gasto y los ingresos públicos.

2º) Antes de las elecciones los medios de comunicación nos han querido trasmitir la grave situación de desigualdad económica que sufría la población británica. Era un aspecto decisivo para que según las encuestas se produjera un empate entre laboristas y conservadores. Sin embargo, parece que los británicos dan a la distribución de la renta menos importancia de lo que se pensaba. La balanza se ha inclinado más hacia el crecimiento y a la eficiencia de la economía.

3º) Parece que han gustado las promesas electorales de los conservadores para esta segunda legislatura: a) aumentar a 30 horas semanales el tiempo que un padre trabajador pueda estar con su hijo, b) construir 200.000 viviendas para nuevos compradores menores de 40 años, c) crear un sistema de préstamos para masters y doctorados y d) recortar los presupuestos de los ministerios y aumentar las medidas contra la evasión fiscal.

4º) Muchos más votantes de los que contestaron las encuestas están siendo conscientes de que la mejoría de la economía ha llegado a sus casas y han vuelto a confiar en los conservadores. Es decir, cada vez más ciudadanos perciben que su bienestar aumenta (microeconomía) como consecuencia de la recuperación económica (macroeconomía): la macro se está acercando a la micro.

Paralelismo con España 

¿Cómo podemos interpretar la situación del Reino Unido en clave española? Es curioso  pero parece que la economía española está siguiendo un camino parecido al de la británica. A partir del año 2013 ambas economías comenzaron a crecer de forma más estable y duradera y en 2014 aceleraron su recuperación. Es más, en 2015 se prevé que ambas economías crezcan un 3% que es un ritmo mayor que el de 2014 y por encima de las otras grandes economías de la Unión Europea: Alemania (2%), Francia (1%) o Italia (0,5%). Como consecuencia tanto España como Gran Bretaña están aumentando su nivel de empleo y mejorando rápidamente la situación económica de sus habitantes.

¿Qué factores han ayudado a que el Reino Unido y España se encuentren ahora en una situación privilegiada? En primer lugar, durante la crisis la libra esterlina se devaluó mucho y ha seguido en niveles depreciados, lo que ha ayudado a los exportadores británicos. En España, como no teníamos peseta que devaluar, se ha ido produciendo una fuerte devaluación interna. Una notable mejora de la competitividad que está ejerciendo un efecto favorable sobre nuestra producción y nuestros intercambios comerciales con el exterior.

En segundo lugar, ambos países llevan años reduciendo de forma lenta pero segura su déficit público. Un déficit que en 2010 superaba, en ambas economías, el 11% del PIB y que en este año 2015 se situará cerca del 4,5% del PIB.  La reducción del déficit fiscal debe seguir siendo un objetivo prioritario de la política económica de los gobiernos de Madrid y Londres que tienen que cumplir el objetivo pactado con Bruselas y situarlo por debajo del 3% en el año 2016.

En tercer lugar, las políticas expansivas del Banco Central Europeo y Banco de Inglaterra están permitiendo bajísimos tipos de interés que están animando el crédito y la confianza de la inversión extranjera tanto en España como en Gran Bretaña. La consecuencia es que junto al crecimiento económico se está produciendo un elevado crecimiento del empleo. Un mayor empleo gracias, en parte, a la moderación salarial que está permitiendo mantener tasas de inflación muy bajas y, en el caso de España, negativas.

Finalmente, dos grandes motores económicos de Gran Bretaña (el sistema financiero) y de España (el turismo) están funcionando con increíble fuerza y precisión. El Reino Unido posee el cuarto sistema bancario del mundo, el mayor sector asegurador de Europa y en su bolsa cotizan más empresas extranjeras que en la bolsa de Nueva York. Por su parte, la industria turística de España ha progresado rápidamente hasta situarse (según publicó la semana pasada el World Economic Forum) como la más competitiva del mundo.

En definitiva, tanto para Gran Bretaña como para España, las perspectivas de futuro son buenas, también para los trabajadores. En ambos países los salarios empiezan a aumentar ligeramente. Además como los precios de los bienes de consumo no crecen (o incluso disminuyen como es el caso de España), debido a la gran competencia entre los oferentes de este tipo de bienes y a la reducción de costes energéticos (por los bajos precios del petróleo) los salarios reales empiezan a experimentar un crecimiento mayor.

En resumen, el resultado de las elecciones británicas es muy diferente del que mostraban los sondeos de opinión que concluían que ningún candidato lograría el control de la Cámara de los Comunes. Es muy probable que la victoria por mayoría absoluta del Partido Conservador sea el más favorable para el futuro de la economía británica: genera menos inquietud en las empresas y seguirá dando prioridad al crecimiento económico y a la reducción del déficit público. En este sentido sería de desear que los resultados de las elecciones que se celebrarán en España durante este año, con pactos o sin pactos, permitan formar gobiernos estables que mantengan a la economía española en la senda del crecimiento económico y del empleo. Los ciudadanos británicos han dado un ejemplo de sensatez y de continuidad. Se demuestra además que, a medida que pasa el tiempo, las necesarias políticas de ajuste por muy impopulares y dolorosas que sean suelen dar buenos resultados económicos y son agradecidas por los ciudadanos.

Fuente: Rafael Pampillón . "La victoria de Cameron y la economía española". Expansión, 9 de mayo de 2015. Pagina 43.

 
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La semana pasada conocimos los resultados definitivos de las elecciones legislativas en el Reino Unido. El pueblo ha dado la victoria al Partido Conservador que ha ganado por mayoría absoluta. Se ha cumplido, una vez más, el famoso eslogan de la campaña de Bill Clinton de 1992: “Es la economía, estúpido”. Porque, como muestran los indicadores, ha sido la buena gestión económica de David Cameron la que ha marcado la diferencia de votos a favor de los conservadores y en contra del Partido Laborista. Seguir leyendo…

9
May

La Salida de Grecia

Escrito el 9 mayo 2015 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía Global

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    [post_content] => Hay una subcategoría económica que consiste en crear términos y acrónimos para definir el cambiante estado de las cosas: Desde los BRICS, a los Eagles y desde la Troika al Grexit. Este último empieza a ser un término conocido y defendido por quienes defienden o simplemente argumenta sobre la posible salida de Grecia de la Eurozona.

Hay dos posturas dispares: La que considera que la salida (exit) es inevitable y defiende que aunque costosa para los prestamistas es un mal menor, cómo un mal divorcio y por otra parte quienes defienden que todo lo bueno que ha desarrollado el país Heleno en las últimas tres décadas ha venido impuesto desde Bruselas, con lo que la autonomía de los principios de la UE supondría caer en una sima todavía más profunda.

Una Grecia fuera de la UE tendría la capacidad de poder emitir su nuevo dracma (o cómo se denominase), devaluar su moneda con el objeto de incrementar su competitividad exterior, seguro que en muchos agentes económicos locales, además se tendría una sensación de liberación y podrían marcase objetivos, por ejemplo sobre la evasión fiscal, teniendo en cuenta que el resultado estaría en las manos de los propios griegos. Para la zona Euro, una salida de Grecia, supondría sobre todo un mensaje de autoridad, señalando vehementemente que las reglas de los 28 o 27 están hechas para ser cumplidas.Grexit

Los que consideran que hay que evitar esta hipótesis a toda costa ven unos costes enormes en el divorcio. De Grecia saldrían Firmas y entidades financieras de forma masiva, con lo que algún tipo de corralito parecería inevitable. La moneda local fuertemente devaluada haría insoportable la importación de commodities y la falta de acceso a los mercados internacionales de financiación conduciría a los helenos a llamar a la puerta de los mismos organismos multilaterales que ahora rechaza.

Respecto a la Unión Europea, hay que señalar que casi el 75% de los 317.000Millones de la deuda gubernamental helena tiene como acreedores a países y entidad financieras de la eurozona. Una quita o pérdida definitiva de un alto porcentaje de este importe parecería inevitable.

Vivimos años muy interesantes en el plano económico, pero en el caso Griego y tras cinco años de austeridad y ajuste para los ciudadanos del país , hay que esperar que las dos partes implicadas (prestamistas y deudor) se marquen como objetivo el reconducir la situación de los 11 Millones de ciudadanos implicados.
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Hay una subcategoría económica que consiste en crear términos y acrónimos para definir el cambiante estado de las cosas: Desde los BRICS, a los Eagles y desde la Troika al Grexit. Este último empieza a ser un término conocido y defendido por quienes defienden o simplemente argumenta sobre la posible salida de Grecia de la Eurozona.

Hay dos posturas dispares: La que considera que la salida (exit) es inevitable y defiende que aunque costosa para los prestamistas es un mal menor, cómo un mal divorcio y por otra parte quienes defienden que todo lo bueno que ha desarrollado el país Heleno en las últimas tres décadas ha venido impuesto desde Bruselas, con lo que la autonomía de los principios de la UE supondría caer en una sima todavía más profunda.

Una Grecia fuera de la UE tendría la capacidad de poder emitir su nuevo dracma (o cómo se denominase), devaluar su moneda con el objeto de incrementar su competitividad exterior, seguro que en muchos agentes económicos locales, además se tendría una sensación de liberación y podrían marcase objetivos, por ejemplo sobre la evasión fiscal, teniendo en cuenta que el resultado estaría en las manos de los propios griegos. Para la zona Euro, una salida de Grecia, supondría sobre todo un mensaje de autoridad, señalando vehementemente que las reglas de los 28 o 27 están hechas para ser cumplidas.Grexit

Los que consideran que hay que evitar esta hipótesis a toda costa ven unos costes enormes en el divorcio. De Grecia saldrían Firmas y entidades financieras de forma masiva, con lo que algún tipo de corralito parecería inevitable. La moneda local fuertemente devaluada haría insoportable la importación de commodities y la falta de acceso a los mercados internacionales de financiación conduciría a los helenos a llamar a la puerta de los mismos organismos multilaterales que ahora rechaza.

Respecto a la Unión Europea, hay que señalar que casi el 75% de los 317.000Millones de la deuda gubernamental helena tiene como acreedores a países y entidad financieras de la eurozona. Una quita o pérdida definitiva de un alto porcentaje de este importe parecería inevitable.

Vivimos años muy interesantes en el plano económico, pero en el caso Griego y tras cinco años de austeridad y ajuste para los ciudadanos del país , hay que esperar que las dos partes implicadas (prestamistas y deudor) se marquen como objetivo el reconducir la situación de los 11 Millones de ciudadanos implicados.

3
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    [post_content] => Esta semana se publicaron datos muy positivos sobre la situación actual de la economía española. El INE dio a conocer el dato adelantado de Contabilidad Nacional del primer trimestre de este año y la evolución de los precios de consumo durante el pasado mes de abril. Por su parte, el Banco de España publicó la balanza de pagos de los dos primeros meses del año. Además, se publicaron los Índices de Comercio al por Menor de marzo. Todo ello confirma que la economía española está creciendo con fuerza en el arranque de 2015 gracias a la demanda interna y a las exportaciones. Cada vez hay menos dudas de que el fuerte aumento de las exportaciones que se produjo durante la crisis (2007-2013) tuvo un componente estructural (las exportaciones vinieron para quedarse). Efectivamente, ahora que la economía crece a un ritmo mayor, las exportaciones aumentan y el déficit comercial se reduce. 

avión depegando

Este buen comportamiento del sector exterior ha ayudado a que los datos de la Contabilidad Nacional del primer trimestre se puedan considerar muy positivos. La producción española de bienes y servicios (PIB) aumentó un 0,9% en el primer trimestre del año, continuando así una tendencia creciente que comenzó en el tercer trimestre del año 2013, hace ya casi dos años. En términos anuales el PIB aumentó un 2,6% que es el ritmo de crecimiento más rápido desde que comenzó la crisis. Si esta tendencia continúa, esperamos un crecimiento del PIB para el año 2015 que podría superar el 3% por encima, por tanto, de lo previsto en el cuadro macroeconómico aprobado ayer en Consejo de Ministros.

Aunque habrá que esperar al 28 de mayo para conocer los datos detallados de la Contabilidad Nacional, los datos de coyuntura de que disponemos permiten adelantar que el crecimiento del PIB del primer trimestre se ha debido al aumento de todos los componentes de la demanda agregada: consumo de las familias, gasto público, inversión en bienes de equipo y en construcción y exportaciones de bienes y servicios.

La demanda interna se fortalece

En el primer trimestre de 2015, según la agencia Tributaria, el gasto público creció un 2,6% con respecto al primer trimestre del año pasado debido al mayor desembolso con motivo de las elecciones y a la financiación de comunidades y ayuntamientos. Desgraciadamente, durante este año los necesarios ajustes del gasto que deberían seguir haciendo las Administraciones Públicas se paralizarán; es decir el consumo público seguirá aumentando en los próximos trimestres debido a que 2015 es un año electoral.

El consumo de los hogares también aumentó por séptimo trimestre consecutivo. Un indicador que puede aproximar este crecimiento son los Índices de Comercio al por Menor.  Los datos publicados el miércoles por el INE, muestran un aumento en el mes de marzo del comercio minorista de un 2,8% anual (desestacionalizado). Una tendencia que parece que seguirá en el futuro ya que el indicador de confianza del comercio al por menor que dio a conocer el miércoles el Banco de España señala nuevamente una mejora en las expectativas del sector.

En cuanto a la inversión, la tendencia seguirá siendo creciente.  Precisamente ayer conocimos los datos de Eurostat referidos a la confianza de los empresarios. En el mes de abril, las expectativas sobre la evolución de la economía española son de las mejores de la Unión Europea. Por encima incluso de Alemania, Francia, Italia o Portugal y ligeramente por debajo de las de Reino Unido.

Y también las exportaciones

Según informó el Banco de España durante los dos primeros meses del año las exportaciones de bienes y servicios crecieron con fuerza: un 3%, frente al mismo periodo del año pasado. Como consecuencia, la balanza de pagos publicada ayer muestra que la cuenta corriente acumuló entre enero y febrero un saldo negativo de 2.500 millones de euros, menor, por tanto, que los 3.000 millones del mismo periodo del año anterior.

En definitiva, parece que las exportaciones de bienes y servicios siguen creciendo por encima de la producción nacional y es de esperar que continúen a ese ritmo durante el resto del año con la ayuda de la depreciación del euro, del mayor crecimiento económico de nuestros principales clientes y del bajo nivel de precios de nuestra economía.

Efectivamente, los precios de los bienes de consumo siguen disminuyendo y España sigue ganando competitividad. Ayer, el INE avanzó el dato del IPC para el mes de abril que continuó siendo negativo (-0,6%), aunque ligeramente superior al de marzo (-0,7%). Se prolonga, por tanto, la tendencia iniciada hace diez meses de crecimientos negativos en los precios. Además, también ayer, Eurostat informó de que el conjunto de la zona del euro mantiene estabilidad en los precios (0%), Lo que quiere decir que nuestros precios son cada vez más bajos en comparación con la media de los países con los que competimos. Una buena noticia para nuestra economía, ya que menores precios suponen una ganancia de poder adquisitivo para los consumidores a la vez que un aumento de competitividad para nuestras exportaciones.

Aunque los precios descienden, no parece que, por ahora, haya síntomas de deflación ya que el gasto en bienes de consumo duradero sigue aumentando. Es decir, los consumidores no están esperando a ver si continúan bajando los precios para comprar. Así, las ventas minoristas de bienes de equipo del hogar (muebles, electrodomésticos y tecnología) aumentaron un 7% anual desestacionalizado en el mes de marzo.

En resumen, la demanda interna y las exportaciones siguen creciendo con fuerza. Asimismo, este aumento de la demanda interna, en contra de lo que venía sucediendo en otras fases de recuperación está aumentando el saldo positivo de la balanza de bienes y servicios tal como ha ocurrido en los últimos años y también en los dos primeros meses de este año. Ello se debe a que durante la crisis nuestros empresarios han hecho un esfuerzo importante por exportar y sustituir las importaciones por producción nacional. Precisamente el crecimiento futuro se debe basar en una exportación estable y creciente.

Los tipos de interés negativos llegan a España

Además, este buen comportamiento de nuestra economía también se pone de manifiesto en el mercado de bonos, donde se refleja la confianza de los inversores en la economía española. Precisamente esta semana el bono a dos años ha cotizado por primera vez a tipos negativos. Esto indica que los bonos españoles son considerados una inversión segura a la que destinar el exceso de liquidez que se está generando como consecuencia de la expansión cuantitativa llevada a cabo por el Banco Central Europeo.

Los tipos de interés de los bonos a más largo plazo siguen cayendo y se sitúan a niveles mucho más bajos que en los peores años de la crisis. Ayer el bono a diez años se situó en el 1,47% (frente al 7% del año 2012) y la prima de riesgo en los 118 puntos (mientras que en julio del año 2012 alcanzó los 630 puntos).

En definitiva, los buenos datos económicos conocidos esta semana muestran que la economía española sigue en el camino de una recuperación cada vez más rápida. La velocidad de crucero de la economía, 3,6% anualizada en el primer trimestre, refleja el fuerte aumento del consumo y del empleo. Si a ello se une la mayor capacidad adquisitiva de los salarios provocada por la reducción de los precios de los bienes de consumo, parece que más bien pronto que tarde los ciudadanos acabarán notando en carne propia la mejor situación económica de España y la salida de la crisis.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro. "La economía española despega con fuerza". Expansión, 1 de Mayo de 2015. Pagina 47.

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Esta semana se publicaron datos muy positivos sobre la situación actual de la economía española. El INE dio a conocer el dato adelantado de Contabilidad Nacional del primer trimestre de este año y la evolución de los precios de consumo durante el pasado mes de abril. Por su parte, el Banco de España publicó la balanza de pagos de los dos primeros meses del año. Además, se publicaron los Índices de Comercio al por Menor de marzo. Todo ello confirma que la economía española está creciendo con fuerza en el arranque de 2015 gracias a la demanda interna y a las exportaciones. Cada vez hay menos dudas de que el fuerte aumento de las exportaciones que se produjo durante la crisis (2007-2013) tuvo un componente estructural (las exportaciones vinieron para quedarse). Efectivamente, ahora que la economía crece a un ritmo mayor, las exportaciones aumentan y el déficit comercial se reduce.

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Este buen comportamiento del sector exterior ha ayudado a que los datos de la Contabilidad Nacional del primer trimestre se puedan considerar muy positivos. La producción española de bienes y servicios (PIB) aumentó un 0,9% en el primer trimestre del año, continuando así una tendencia creciente que comenzó en el tercer trimestre del año 2013, hace ya casi dos años. En términos anuales el PIB aumentó un 2,6% que es el ritmo de crecimiento más rápido desde que comenzó la crisis. Si esta tendencia continúa, esperamos un crecimiento del PIB para el año 2015 que podría superar el 3% por encima, por tanto, de lo previsto en el cuadro macroeconómico aprobado ayer en Consejo de Ministros. Seguir leyendo…

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