El viernes, el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó el Índice de Producción Industrial que muestra que en enero en tasa interanual la producción industrial creció un 0,4%, corregidos los efectos estacionales y de calendario. Esta mejoría de la industria se apoyó sobre todo en el sector de la energía que aumentó un 3,9%, incentivado por la disminución del precio del petróleo, y en la producción de bienes de equipo que creció un 1,1%.
En este mismo sentido, los últimos datos de Contabilidad Nacional muestran que la inversión en bienes de equipo aumentó un 10,3% anual en el cuarto trimestre del año pasado. Un dato muy relevante ya que señala un aumento de la confianza de los empresarios españoles y extranjeros en un mayor crecimiento futuro de la economía española.
Además, los bienes de equipo son intensivos en tecnología lo que muestra que la economía española crece también en calidad. Por otro lado, el grado de utilización de la capacidad productiva instalada del sector de los bienes de equipo alcanzó en enero el 81% y fue superior al del conjunto de la industria (+77%). O lo que es lo mismo, el sector de los bienes de equipo está aprovechando más que el resto de la industria española la capacidad productiva instalada.
Esta mejoría de la industria la ha notado también el Índice de Gestión de Compras de Markit (PMI por sus siglas en inglés) que, aunque ha retrocedido ligeramente en febrero hasta el 54,2 frente al 54,7 de enero, sigue manteniéndose por encima del 50, es decir, continúa la expansión del sector industrial español. El economista de Markit Andrew Harker, señaló, esta semana, que el aumento de los nuevos pedidos está siendo lo más positivo de la industria española. Supone además el incremento más rápido de nuevos pedidos observado desde el comienzo de la crisis económica. Lo mismo puede decirse con respecto a los pedidos industriales pendientes de realización, lo que sugiere que cada vez más se está utilizando con más intensidad la capacidad productiva de las empresas manufactureras.
Parece, por tanto, que la economía española está aprovechando la oportunidad de crecer también con la producción industrial. Como ejemplo de este buen comportamiento son los datos de producción de automóviles. Esta semana hemos conocido que el número de coches producidos en las plantas de fabricación de vehículos a motor instaladas en España fue de 216.124 unidades durante el pasado mes de enero, lo que supone un aumento del 23,5% en comparación con los datos del mismo mes de 2014. Y lo que parece más positivo, el 81% de los vehículos producidos en las fábricas españolas se destinó a los mercados de exportación.
Además, entre enero y febrero de este año se han producido casi 155.000 matriculaciones de turismos (fabricados en España e importados). Más de la mitad de las matriculaciones se han producido sólo en el mes de febrero, que ha establecido el decimoctavo aumento consecutivo. Un ritmo anual sorprendente (+26%) que tiene visos de continuar en el futuro. Precisamente el lunes de esta semana comenzó la séptima edición del Plan PIVE que subvenciona la renovación del parque automovilístico español por lo que los fabricantes de automóviles esperan un nuevo repunte de la producción durante este año.
Aumenta el empleo en la industria
Que la industria crezca es siempre una buena noticia para la economía pero también para el empleo. Es cierto que desde la década de los años ochenta la economía está sufriendo un proceso de terciarización, es decir, los servicios aumentan su participación en el PIB y en el empleo mientras la industria la reduce. Sin embargo, según los datos de la última Encuesta de Población Activa (EPA), en 2014 y después de muchas décadas, la industria recuperó parte de su participación en el mercado laboral: el 13,9% de los ocupados lo estaban en el sector industrial (en 2013 el porcentaje fue del 13,6%).
En esta misma dirección van los datos de la Seguridad Social sobre afiliación y paro registrado del mes de febrero. En términos desestacionalizados, la afiliación ha aumentado en 86.000 trabajadores y el paro registrado ha descendido en 49.653 personas. Desde que comenzó la crisis económica no disfrutábamos de un mes de febrero tan bueno en el mercado laboral. Para el empleo industrial también ha sido un buen mes. De los 96.909 nuevos afiliados entre enero y febrero, 15.097 pertenecen a la industria manufacturera que junto con la construcción (+26.068) y la educación (+16.203) consigue los mayores incrementos. Así mismo, en los dos primeros meses del año se registró un descenso del número de parados de 13.538 personas y casi la mitad (-6.535) han correspondido a la industria.
También está ayudando al crecimiento de la industria las mayores exportaciones. El INE informó esta semana que los precios de las exportaciones industriales españolas siguen disminuyendo (-0,5% anual en enero) lo que favorece, por tanto, la competitividad de la economía española. A ello se une que nuestro principal cliente, que es el resto de los países de zona del euro, tiene perspectivas de crecimiento más halagüeñas. El consenso de los economistas espera una mayor recuperación económica de Europa en 2015 lo que puede favorecer las exportaciones españolas. Efectivamente, el BCE revisó el jueves al alza las perspectivas de crecimiento económico para la zona del euro: la de 2015 hasta el 1,5% (anterior 1%), la de 2016 al 1,9% (anterior 1,5%) y para 2017 pronostica un 2,1%. Esta mejora de las previsiones de crecimiento económico europeo se debe a la caída del precio de la energía, a la depreciación del euro y a la compra, por parte del Banco Central Europeo (BCE), de grandes cantidades de deuda soberana, también llamada expansión cuantitativa (QE por sus siglas en inglés).
Expansión cuantitativa
Precisamente mañana, el BCE empezará esa compra de bonos soberanos. Lo hará de forma gradual hasta septiembre de 2016 o hasta que la inflación se acerque al 2% que es el objetivo del BCE. Es de esperar que con esa política monetaria más expansiva (QE), que comienza mañana, el crédito fluya mejor y aumente el crecimiento económico. El mercado ya ha descontado esa expansión y el euro sigue depreciado y los tipos de interés siguen bajando. Por ejemplo, en lo que va de año el bono alemán a diez años ha disminuido su tipo de interés desde el 0,54% al 0,35%, es decir 19 puntos básicos.
En España también parece que el crédito se recupera. Los últimos datos del Banco de España reflejan que el crédito nuevo a los hogares destinado al consumo aumentó en enero un 15% en términos interanuales. Una parte importante de ese crédito se dirige a la demanda de bienes de consumo que proceden de la industria.
Perspectivas de futuro
Para conseguir en el futuro un mayor crecimiento económico es preciso que continúe fortaleciendose el sector industrial y especialmente la producción de bienes de equipo que, dada su mayor intensidad tecnológica, mejoran sustancialmente la productividad de la economía.
Así las cosas, las empresas perciben una situación económica cada vez más favorable en España. Según el INE, en el año 2014 los dos principales factores que contribuyeron a la actividad empresarial, especialmente en la industria, fueron la demanda de bienes y servicios y el entorno macroeconómico. Recordemos que el entorno macroeconómico no deja de mejorar (se espera para este año un crecimiento económico superior al 3%) y la demanda interna sigue creciendo. Lo que nos permite pensar, por tanto, que la industria seguirá fortaleciéndose durante este año.
En definitiva, España necesita recuperar la participación del sector industrial en el PIB hasta lograr tener una industria fuerte, eficiente y competitiva como instrumento imprescindible para alcanzar un alto nivel de crecimiento económico y de empleo cualificado. Afortunadamente la inversión en bienes de equipo es uno de los componentes que más está impulsando la recuperación de la economía y de la industria. Conviene recordar que las ganancias de productividad en este sector son superiores a las logradas por otras ramas de la actividad económica.
A ello va a contribuir la política monetaria expansiva (QE) que a partir de mañana va a aplicar el BCE lo que sin duda reanimará el crédito. Sin embargo, junto con la bajada de tipos de interés y la reactivación del crédito, el efecto más importante de la política monetaria está siendo la depreciación del euro lo que está permitiendo un aumento del crecimiento económico y del empleo, vía aumento de las exportaciones bienes y servicios y, por tanto, también de la venta de los productos industriales españoles en el resto del mundo.
Fuente: Rafael Pampillón . «La reindustrialización de España». Expansión, 7 de marzo de 2015. Pagina 43.
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