19
Feb

Hay una opinión prácticamente generalizada de que la actividad económica de España está teniendo, en los últimos meses, su mejor comportamiento de los últimos siete años. Por ese motivo se reduce el desempleo y se están revisando al alza los datos de crecimiento económico. Debemos reconocer que las proyecciones económicas han sido, en ocasiones, demasiado pesimistas. Ahora, en cambio, parece que la percepción de los economistas y organismos internacionales sobre nuestro futuro está cambiando a mejor.

España despega en las previsiones

Hace un mes el Fondo Monetario Internacional (FMI) revisó sus previsiones de crecimiento económico para España. Estimó que en este año 2015 se producirá un aumento del PIB del 2% (tres décimas más que lo que anunció el pasado otoño). Esto convirtió a nuestro país en el único de la Unión Económica y Monetaria (UEM), dentro de las grandes economías, que según el FMI registraba una revisión al alza.

A continuación, le tocó el turno a la Comisión Europea (CE) quien confirmó la buena marcha de la economía española y también mejoró las previsiones que había hecho en otoño. Según la CE, la economía española crecerá este año un 2,3% (seis décimas más que su anterior previsión) y en 2016 hasta un 2,5% (tres décimas más). Además, descendió su estimación de la tasa de desempleo hasta el 22,5%, (un punto porcentual menos que en otoño) y calculó que en 2016 caerá hasta el 20,7%, tres puntos porcentuales menos que la tasa de paro de la última EPA la del cuarto trimestre de 2014.

La semana pasada el BBVA también revisó al alza el crecimiento y el empleo de la economía española. Para el Servicio de Estudios del BBVA, la economía española acelerará su crecimiento en 2015 (2,7%, siete décimas más que la previsión que había hecho en enero) y también en 2016 (2,7%). Si se cumplen estas previsiones, serían los mejores dos años consecutivos de crecimiento desde 2006 y 2007. Además, el BBVA espera que se creen más de un millón de empleos en este bienio. Eso quiere decir que con el paso del tiempo el conjunto de la población española tendrá más dinero para gastar en bienes de consumo y en la compra de viviendas.

Toda esta información está en concordancia con el aumento de los indicadores de confianza de los consumidores, inversores y mercados internacionales quienes desde hace tiempo perciben que el futuro de la economía española va a ser cada vez mejor. 

¿Por qué se están revisando al alza las proyecciones económicas de la economía española?

Por el buen comportamiento de los grandes protagonistas de nuestra economía: el mercado laboral, el consumo, la inversión y las exportaciones. El consumo que constituye, en cuantía, el componente más importante de la economía española, crecerá durante este año más del 3%. Y probablemente el próximo día 26 el INE confirmará que en el cuarto trimestre del año pasado el consumo atravesó su mejor momento en siete años, gracias a la mejora del empleo y a la caída en los precios del combustible. Aunque el precio del petróleo lleva unas semanas fluctuando sigue y seguirá estando en niveles bajos al menos durante un año y por tanto beneficiará a la economía española por dos caminos distintos: a) por la vía de la demanda de consumo, porque está dejando más renta disponible a las familias después de pagar el combustible y b) por el lado de la oferta, porque reduce los costes energéticos de las empresas lo que les permite ser más competitivas. 

Alemania y España impulsan el crecimiento 

En 2015, junto al crecimiento del consumo también se esperan más exportaciones por dos razones: 1) porque el debilitamiento del euro está favoreciendo las ventas fuera de la UEM y 2)  porque la recuperación económica de Europa está aumentando nuestras exportaciones a la zona del euro. Así,  según la CE, la zona del euro crecerá este año al 1,3% tras mejorar en dos décimas las previsiones anteriores. Una señal de esta mejoría es que el PIB de Alemania ha experimentado un avance de seis décimas hasta llegar al 0,7% trimestral en el cuarto trimestre del año pasado. Como resultado el superávit de la balanza de bienes y servicios española seguirá creciendo. Y es precisamente ese aumento de las exportaciones y del consumo lo que está tirando de la inversión. Una mayor inversión que está propiciada, no solo por el incentivo que supone para las empresas producir más para satisfacer la mayor demanda de consumo y de exportaciones, sino también porque parece que aumenta la facilidad para conseguir crédito a la vez que bajan los costes empresariales.

Este aumento del consumo, de las exportaciones y de la inversión queda reflejado en el Informe sobre Ventas, Empleos y Salarios en las Grandes Empresas que publicó el jueves la Agencia Tributaria. Las ventas de estas empresas aumentaron el año pasado un 2,4% en media: el primer valor positivo en siete años. Las ventas nacionales aumentaron un 1,7% pero lo más llamativo ha sido el considerable repunte de las exportaciones. En el cuarto trimestre de 2014 se incrementaron a un ritmo de 7,9% impulsadas por la depreciación del euro y permitieron que su tasa de crecimiento media del año alcanzara el 5%.

Por otro lado, estamos convencidos de que este avance económico irá de la mano de más recaudación fiscal lo que contrarrestará la bajada de impuestos que entró en vigor el pasado 1 de enero. Un aumento de la recaudación al que también está contribuyendo la lucha contra el fraude fiscal. El año pasado, la recaudación por control tributario alcanzó un nuevo récord histórico: 12.300 millones de euros, un 12,5% más que lo obtenido en 2013. Así las cosas, prevemos un déficit público para este año del 4,2% del PIB, que es el objetivo fijado en el Programa de Estabilidad y en 2016 también parece probable que se cumpla el objetivo de déficit del 2,8%. A pesar de que se reducen los desequilibrios fiscales la deuda de las Administraciones Públicas seguirá creciendo y alcanzará este año el 100% del PIB. 

Amenazas

La economía española está controlando muchos de sus desequilibrios: aumenta el empleo, la balanza por cuenta corriente está equilibrada, crece la compra de vivienda (un 2,3% en 2014, el primer aumento en los últimos tres años) y el déficit público se reduce, pero no podemos ser complacientes. Hay mucho camino por recorrer. Existen, además, riesgos que podrían limitar el crecimiento en lo que queda del año.

El primero de ellos es que se produzca un periodo largo con inflaciones negativas como consecuencia de los menores precios de las materias primas y de la energía. El viernes, el INE publicó el Índice de Precios de Consumo cayó un 1,3% anual durante el pasado mes de enero. El problema vendría si las caídas de los precios de los combustibles se filtrasen, en rondas de segunda vuelta, en bajadas de precios en otros productos diferentes a los hidrocarburos y se acentuase la deflación. Sin embargo, la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los precios de los alimentos y de la energía, está en positivo (0,2%) lo que indica que esa filtración todavía no se ha producido. Se confirma, por tanto que se trata de una deflación buena que se debe, principalmente, al abaratamiento de los componentes más volátiles (alimentos no elaborados y energía).

Existen también otros factores que añaden incertidumbre a la economía española como son: 1) las tensiones geopolíticas (en particular el conflicto en Ucrania) y también el posible agravamiento de la situación en Oriente Medio; 2) la volatilidad en los mercados financieros sobre las dudas en el futuro económico de Grecia y 3) la situación política española en un año electoral convulso y decisivo en el que están surgiendo voces populistas que podrían poner en peligro los avances económicos conseguidos en los últimos años.

Pero a pesar de estas amenazas la economía española, según todas las previsiones, tiene aún muchos bríos y un considerable margen para crecer. Esto es precisamente lo que refleja la OCDE en su reciente publicación de indicadores adelantados (Composite Leading Indicators). El indicador para España alcanzó en diciembre el valor 102,6. Recordemos que si es mayor que cien significa que el crecimiento económico futuro se situará por encima de la tendencia. Así, este indicador consolida más de dos años de crecimientos continuados y es el mejor dato desde que comenzó la serie en el mes de enero de 1976.

Con esta información se puede prever que el trimestre actual está teniendo un crecimiento económico similar o incluso mayor que el del anterior. Ayer el Ministro de Industria, José Manuel Soria, anunció una revisión al alza del crecimiento económico de este año 2015 desde el 2% hasta el 2,5%; se quedará corta.

Además, las empresas continúan disminuyendo sus inventarios y proyectan una expansión de sus ventas para este año mayor que la del año pasado. En definitiva, 2015 va a ser un año bueno, sobre todo para el empleo y por tanto, también para los consumidores que recuperarán la confianza tras casi siete años de penurias económicas.

Fuente: Rafael Pampillón y Cristina Mª de Haro “¿Qué  esperar de la economía española en 2015?”. Expansión, 18 de febrero de 2015.

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