En este final del año 2014 parece que existe una percepción más optimista sobre la evolución futura de la economía mundial. Como consecuencia, la OCDE está revisando al alza las previsiones de crecimiento para el año 2015 tanto para España como para Estados Unidos (EEUU) y también para algunos países emergentes como India. Además, según las estimaciones publicadas este mes por la ONU, el crecimiento económico del conjunto del mundo será mayor en 2015 (3,1 %) y en 2016 (3,3 %) que en 2014 (2,6%).
Sin embargo, parece que la zona del euro no acaba de despegar. Así, la síntesis de los indicadores adelantados de la OCDE, que se acaban de publicar, se redujo en la Eurozona una décima: desde 100,7 en septiembre a 100,6 en octubre de este año. Recordamos que un dato superior a 100 significa que el crecimiento económico futuro se situará por encima de la tendencia. Esta ligera caída del indicador se debió a las malas expectativas para Alemania, cuyo indicador adelantado se situó por debajo de 100 (99,5) y que no pudo ser compensado, por ejemplo, con el buen comportamiento de España que alcanzó el 102,67. Con este dato España obtuvo en octubre su índice más alto de las últimas tres décadas y superior al del conjunto de la de la media de los 18 países que conformamos la zona del euro Eurozona (100,6).
Este buen resultado anticipa que en el año 2015 la expansión económica de España estará por encima de la de Europa y también de las previsiones que hasta ahora han ido publicando los diferentes servicios de estudios. Las razones de esta mejoría son bien conocidas:
- A lo largo de los últimos meses el precio del petróleo se ha reducido cerca de un 50%, lo que nos va a permitir conseguir un crecimiento económico mayor. España importa prácticamente la totalidad de sus necesidades de crudo por lo que su abaratamiento será muy positivo, ya que permitirá liberar parte de la renta disponible de las familias dedicada a la electricidad y carburantes para gastarla en otras cosas. Las empresas tendrán menos costes energéticos, lo que les va a permitir obtener más beneficios que pueden usar para autofinanciarse ante las dificultades de obtención de crédito. En definitiva, más consumo e inversión, lo que permitirá generar más empleo.
- Parece probable que en 2015 el tipo de cambio del euro se mantenga en el entorno de 1,20 dólares/euro. Un euro depreciado abarata las exportaciones españolas fuera de la zona euro y hace más competitivos nuestros productos frente a los precios americanos o asiáticos. Además, la depreciación del euro va a suponer una mayor facilidad para la entrada en España de inversión procedente de fuera de la economía de la zona del euro. Asimismo, ese mayor poder adquisitivo de los dólares también puede servir de incentivo para reactivar las compras de los extranjeros en el sector inmobiliario.
- Al igual que en 2014, en el año 2015 la inflación española seguirá contenida, lo que permitirá mantener el poder adquisitivo de asalariados y pensionistas. A esa estabilidad de los precios se une la rebaja fiscal que se producirá en enero lo que aumentará la renta disponible de las familias y con ella el consumo y el ahorro, lo que al final revertirá en una mayor actividad empresarial y en más empleo.
- La reforma laboral y el mayor crecimiento económico de 2015 seguirán favoreciendo la creación de empleo. En los últimos doce meses se han dado de alta 400.000 afiliados netos a la Seguridad Social y se han registrado 300.000 parados menos. En 2015 se espera que se generen 500.000 empleos más y que la tasa de paro vuelva a descender y pase de un 24,5% de este año a un 22,5%.
Con este escenario las previsiones para la economía española parecen mejores que las que esperan los analistas. Las agencias de calificación internacionales sitúan a España entre los mercados occidentales con mayor potencial de crecimiento en 2015. Esto invita a pensar que el año que viene el PIB crecerá a un ritmo que estará más cerca del 2,5% que del 2%. Recordamos que el año pasado en esta misma página, frente al consenso de los analistas que esperaba un 0,8%, pronosticamos un crecimiento económico para este año 2014 del 1,5%, que parece que está muy cerca de cumplirse.
Mientras tanto, para impulsar más el crecimiento y el empleo hay que seguir insistiendo en la necesidad de un sistema educativo que premie la excelencia y que mejore la productividad de los trabajadores, dotar a nuestras empresas de más innovación, (aumentando, por ejemplo, la inversión en I+D), favorecer la inversión directa extranjera, insistir en la reducción del déficit público y seguir con el programa de reformas.
Sin embargo, hay que ser prudentes y medir el riesgo que entraña que 2015 sea un año electoral. Desgraciadamente, se pueden producir cambios en el mapa político de España con la aparición de partidos políticos populistas y antisistema que apliquen políticas económicas heterodoxas y echen por tierra los logros conseguidos hasta ahora: equilibrio exterior, reducción del déficit público, crecimiento económico, creación de empleo, tipos de interés bajos y saneamiento del sistema financiero. Este riesgo de inestabilidad política y la posible radicalización del independentismo catalán podrían generar algunas nubes oscuras en el panorama económico, por lo demás, bastante soleado.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «2015: entre el optimismo y la prudencia». Expansión (Especial Agenda 2015), 17 de diciembre de 2014; página 2.
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