WP_Post Object ( [ID] => 18244 [post_author] => 115 [post_date] => 2013-03-27 15:10:56 [post_date_gmt] => 2013-03-27 14:10:56 [post_content] => Esta semana hemos conocido el Padrón de Españoles Residentes en el Extranjero a 31 de diciembre de 2012 y la balanza comercial de España del mes de enero de 2013 y la Producción de Libros de 2012. Toda esta información muestra cambios radicales en la economía pero también en los hábitos de los españoles, especialmente en el colectivo más joven. Según el INE, el número de personas con nacionalidad española que residían en el extranjero a 31 de diciembre de 2012 alcanzó la cifra de 1.931.248. Supone esto un aumento del 6,3% con respecto al año 2011 (114.413 personas más). Para conocer mejor todo el fenómeno emigratorio que se está realizando desde España, habría que sumar a la salida de españoles los miles de extranjeros que vivían en España y que ahora han vuelto a sus países de origen, o se han ido a otros destinos buscando trabajo. Esta tendencia emigratoria acaba de empezar y en los próximos años continuará y aumentará. Miles de españoles, en especial jóvenes, se están yendo y se seguirán yendo al extranjero en busca de las oportunidades de trabajo que no pueden encontrar en España. Desde el año 2011, España ha dejado de ser un país de inmigración para convertirse en uno de emigración. Una consecuencia negativa de esta emigración, y también de la destrucción de empleo, es que se está frenando en seco la creación de hogares (ver cuadro 1) y, como consecuencia la venta de viviendas. En términos anuales, la creación neta de hogares en 2012 fue de tan sólo 11.700 unidades cuando en 2005 fue de 536.900. Esta tendencia continuará en 2013, hasta el punto que a lo largo de este año se puede producir una destrucción neta de hogares, lo que hará todavía más difícil reducir el stock de viviendas que están sin vender. Un dato: en 2012 sólo se promovieron 44.000 viviendas, un volumen muy pequeño que representa solamente el 5,5% de las 800.000 (máximo histórico) que se iniciaron en 2006. Cuadro 1 La buena noticia es que la emigración provee de empleo a la mano de obra desempleada que vivía en España, lo que aliviará las tensiones en el mercado de trabajo y evitará que la tasa de desempleo se sitúe en niveles todavía más astronómicos. Además, durante el tiempo que los emigrantes estén trabajando en el exterior el Estado se ahorrará algunos gastos sociales, como son las prestaciones y subsidios al desempleo. Las remesas que envían y enviarán los españoles que emigran permitirán también mejorar la financiación de la economía española. A ello se une, que al irse los extranjeros que vivían en España se reducen sus envíos de remesas a sus países de origen. Estos mayores ingresos y los menores pagos por remesas están facilitando la obtención del superávit en la balanza por cuenta corriente y reducen, por tanto, la posición deudora de España frente al resto del Mundo. Estos españoles que viven en el exterior pueden facilitar además los flujos de comercio entre España y los países de acogida. Precisamente este jueves el Ministerio de Economía difundió los datos de comercio exterior de enero de 2013. En enero las exportaciones españolas de bienes aumentaron y alcanzaron los 17.881 millones de euros un 7,9% más que en enero de 2012. Un crecimiento que tiene mucho mérito porque se produce en un entorno en el que nuestros clientes europeos están en recesión económica. ¿El aumento en las exportaciones de bienes a qué se ha debido? A tres factores: 1) reducción de los costes laborales, 2) aumento del número de empresas que exportan, 3) mejora de la calidad de la oferta exportadora y 4) diversificación geográfica de las ventas en el exterior, que ha permitido reducir significativamente nuestra tradicional dependencia de la UE. De ahí, que en enero de este año con respecto a enero del año pasado aumentaran sobre todo las ventas a África (16,6%), América Latina (15,1%) y Asia (43,8%). Esta tendencia, que ya dura cinco años, supone un desplazamiento de nuestras exportaciones desde la UE hacia mercados extracomunitarios: en enero de este año las exportaciones a la UE representaron el 63,5% del total frente al 66% en enero de 2012. Así las cosas, la conclusión que se puede sacar de los datos publicados esta semana es que se siguen produciendo cambios radicales en la economía y en el comportamiento de los españoles: aumenta la emigración, se reduce la creación de hogares y aumentan las exportaciones. La única actividad que crece y genera algo de empleo en España son las exportaciones de bienes y servicios. Exportación que está compitiendo en un mercado mundial muy exigente, en calidad y complejidad. Así por ejemplo, en enero de este año las exportaciones de bienes de equipo crecieron un 18,3% con respecto a enero del año pasado y representan ya el 20,7% del total exportado y las de automóviles aumentaron el 9,3% y representan el 14,4% del total. Quiere eso decir, que la mano de obra que se está contratando y que se va a contratar en España deberá tener un elevado nivel de formación. Pero para conseguir ese nivel, hace falta que las nuevas generaciones adquieran una educación excelente. Formación que también necesitarán para aprovechar muchas de las oportunidades laborales que puedan surgir en el extranjero. Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "Cambios económicos y sociológicos". Expansión 23 de marzo de 2013. Página 47. [post_title] => Cambios económicos y sociológicos. 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Según el INE, el número de personas con nacionalidad española que residían en el extranjero a 31 de diciembre de 2012 alcanzó la cifra de 1.931.248. Supone esto un aumento del 6,3% con respecto al año 2011 (114.413 personas más). Para conocer mejor todo el fenómeno emigratorio que se está realizando desde España, habría que sumar a la salida de españoles los miles de extranjeros que vivían en España y que ahora han vuelto a sus países de origen, o se han ido a otros destinos buscando trabajo. Esta tendencia emigratoria acaba de empezar y en los próximos años continuará y aumentará. Miles de españoles, en especial jóvenes, se están yendo y se seguirán yendo al extranjero en busca de las oportunidades de trabajo que no pueden encontrar en España. Desde el año 2011, España ha dejado de ser un país de inmigración para convertirse en uno de emigración.
Una consecuencia negativa de esta emigración, y también de la destrucción de empleo, es que se está frenando en seco la creación de hogares (ver cuadro 1) y, como consecuencia la venta de viviendas. En términos anuales, la creación neta de hogares en 2012 fue de tan sólo 11.700 unidades cuando en 2005 fue de 536.900. Esta tendencia continuará en 2013, hasta el punto que a lo largo de este año se puede producir una destrucción neta de hogares, lo que hará todavía más difícil reducir el stock de viviendas que están sin vender. Un dato: en 2012 sólo se promovieron 44.000 viviendas, un volumen muy pequeño que representa solamente el 5,5% de las 800.000 (máximo histórico) que se iniciaron en 2006.
Cuadro 1
La buena noticia es que la emigración provee de empleo a la mano de obra desempleada que vivía en España, lo que aliviará las tensiones en el mercado de trabajo y evitará que la tasa de desempleo se sitúe en niveles todavía más astronómicos. Además, durante el tiempo que los emigrantes estén trabajando en el exterior el Estado se ahorrará algunos gastos sociales, como son las prestaciones y subsidios al desempleo.
Las remesas que envían y enviarán los españoles que emigran permitirán también mejorar la financiación de la economía española. A ello se une, que al irse los extranjeros que vivían en España se reducen sus envíos de remesas a sus países de origen. Estos mayores ingresos y los menores pagos por remesas están facilitando la obtención del superávit en la balanza por cuenta corriente y reducen, por tanto, la posición deudora de España frente al resto del Mundo.
Estos españoles que viven en el exterior pueden facilitar además los flujos de comercio entre España y los países de acogida. Precisamente este jueves el Ministerio de Economía difundió los datos de comercio exterior de enero de 2013. En enero las exportaciones españolas de bienes aumentaron y alcanzaron los 17.881 millones de euros un 7,9% más que en enero de 2012. Un crecimiento que tiene mucho mérito porque se produce en un entorno en el que nuestros clientes europeos están en recesión económica.
¿El aumento en las exportaciones de bienes a qué se ha debido? A tres factores: 1) reducción de los costes laborales, 2) aumento del número de empresas que exportan, 3) mejora de la calidad de la oferta exportadora y 4) diversificación geográfica de las ventas en el exterior, que ha permitido reducir significativamente nuestra tradicional dependencia de la UE. De ahí, que en enero de este año con respecto a enero del año pasado aumentaran sobre todo las ventas a África (16,6%), América Latina (15,1%) y Asia (43,8%). Esta tendencia, que ya dura cinco años, supone un desplazamiento de nuestras exportaciones desde la UE hacia mercados extracomunitarios: en enero de este año las exportaciones a la UE representaron el 63,5% del total frente al 66% en enero de 2012.
Así las cosas, la conclusión que se puede sacar de los datos publicados esta semana es que se siguen produciendo cambios radicales en la economía y en el comportamiento de los españoles: aumenta la emigración, se reduce la creación de hogares y aumentan las exportaciones. La única actividad que crece y genera algo de empleo en España son las exportaciones de bienes y servicios. Exportación que está compitiendo en un mercado mundial muy exigente, en calidad y complejidad. Así por ejemplo, en enero de este año las exportaciones de bienes de equipo crecieron un 18,3% con respecto a enero del año pasado y representan ya el 20,7% del total exportado y las de automóviles aumentaron el 9,3% y representan el 14,4% del total.
Quiere eso decir, que la mano de obra que se está contratando y que se va a contratar en España deberá tener un elevado nivel de formación. Pero para conseguir ese nivel, hace falta que las nuevas generaciones adquieran una educación excelente. Formación que también necesitarán para aprovechar muchas de las oportunidades laborales que puedan surgir en el extranjero.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «Cambios económicos y sociológicos». Expansión 23 de marzo de 2013. Página 47.
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