WP_Post Object ( [ID] => 18230 [post_author] => 115 [post_date] => 2013-03-16 09:55:04 [post_date_gmt] => 2013-03-16 08:55:04 [post_content] => Uno de los temas que despiertan más controversia entre los economistas y que es más sensible en la opinión pública son los salarios. El lunes de esta semana el INE publicó el Índice de Coste Laboral Armonizado y ayer la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, ambas estadísticas referidas al cuarto trimestre de 2012. Por lo que refiere la Encuesta en el cuarto trimestre de 2012 el coste laboral de las empresas disminuyó un 3,2% con respecto al mismo trimestre del año anterior y el coste salarial por trabajador y mes disminuye un 3,6%. El Índice de Coste Laboral Armonizado va en la misma dirección: el coste por hora trabajada disminuyó un 3,1% en el cuarto trimestre de 2012 con respecto al tercer trimestre, empujado por la eliminación de la paga de Navidad en el sector público. Si a esta disminución de los salarios monetarios unimos el aumento del 0,8% de los precios de los bienes de consumo durante ese trimestre, se puede concluir que, para el conjunto de la economía, la caída del salario real fue todavía mayor: 3,9%. Esta reducción de los salarios reales, que muestran las estadísticas publicadas esta semana, tiene como consecuencia una pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores que lógicamente está desplomando el consumo y el ahorro. La buena noticia es que la reducción de los costes laborales, al disminuir los costes de producción, no sólo aumenta la competitividad de las exportaciones sino que abarata también los productos nacionales frente a los importados. A la larga estas mayores ventas deberían generar una mayor producción y más empleo, lo que a su vez aumentaría el consumo. Vivienda Un ejemplo que constata que el proceso descrito se puede producir pronto lo encontramos en el mercado de la vivienda. Según los datos de transmisiones de derechos de la propiedad publicados esta semana por el INE en el mes de enero se contabilizaron 39.670 compraventas de viviendas, frente a las 23.500 registradas en diciembre, lo que supone un crecimiento del 19%; es el dato más alto registrado desde febrero de 2011. Una mejora que se debe en parte a la mayor demanda de los extranjeros pero también a la reducción de los precios de la vivienda. Es probable que esta tendencia haya seguido en febrero. Efectivamente según datos suministrados por Tinsa en febrero de este año los precios de la vivienda siguen su ritmo de corrección y mostraron un descenso del 0,4% frente al mes de enero: algo menos intensa a la registrada en el mes de enero con respecto a diciembre. Desde máximos, la corrección de precios de la vivienda es del 35,6%. La caída de los salarios Esta reducción del precio de la vivienda y de los salarios permitirá ajustar poco a poco los enormes excedentes de casas y de mano de obra existentes en España. Conviene recordar que en 2008, al comienzo de esta crisis, la mayoría de los economistas sostenían que los salarios reales eran demasiado elevados con respecto a la productividad. ¿Qué efectos tuvieron esos salarios reales muy elevados en una economía abierta? Disminuyeron las exportaciones, aumentaron las importaciones y se produjo un elevado déficit exterior y como consecuencia un fuerte endeudamiento con el resto del mundo. España está ahora consiguiendo el “milagro” de reducir los salarios rompiendo la resistencia que siempre ha existido a reducir dichos salarios. Y eso es bueno, porque como señaló Keynes, la resistencia o rigidez a la baja de los salarios es una de las causas que hacen más difícil reducir el desempleo. En cambio para el economista inglés una política de salarios flexible favorece el empleo, que es en este momento el objetivo prioritario de la política económica española. En cambio si los trabajadores pretendiesen mantener su poder adquisitivo cuando la producción y la renta nacional están disminuyendo se produciría una erosión de los beneficios empresariales o un aumento de sus pérdidas que necesariamente reducirían el tejido empresarial. Por tanto, en la dura realidad que nos ha tocado vivir, se debe evitar una actitud defensiva de los salarios porque lo único que se conseguiría es aumentar el elevado nivel de desempleo. No está de más recordar que España sigue siendo un país deudor y que sólo podremos reducir esa deuda si somos capaces de exportar al resto del mundo. Y sólo desde esa perspectiva de aumento de las exportaciones y del empleo se puede justificar la reducción de las rentas del trabajo. Los trabajadores y la opinión pública debemos, además, ser conscientes de que estas rebajas salariales no significan otra cosa que compensar las subidas salariales que por encima de la productividad se realizaron en la fase expansiva del ciclo, es decir, desandar un mal camino que emprendimos hace 10 años. El aumento de la inversión Y por eso cuando la economía se recupere, probablemente a finales de este año, y la inversión se relance, la estrategia de los sindicatos ha de consistir en maximizar el incremento del empleo y minimizar el aumento de los salarios. El proceso de devaluación interna debe seguir reduciendo los costes y estabilizando los precios internos. Se deben evitar, mientras tanto, los elevados costes de confrontación que por este motivo se pueden producir entre empresarios y sindicatos. Sabemos que las exportaciones están marchando bien y que en cambio la inversión, que es la pieza básica de la cadena que llevará al aumento del empleo, todavía no marcha al ritmo adecuado. La inversión está bloqueada por la falta de expectativas y el crecimiento de las exportaciones está intentando compensar en parte las caídas en las expectativas empresariales y en el consumo. De ahí la necesidad de profundizar más en las reformas (facilidad para contratar trabajadores, normalización de las condiciones de acceso al crédito, reducción de impuestos, energía más barata, etc.) que aumente la inversión, el consumo y la ocupación. Desequiibrios En resumen, parece que se están poniendo las bases para reducir vía precios los enormes desequilibrios existentes en los mercados de trabajo y de la vivienda. Los salarios se reducen y los precios de la vivienda, aunque siguen cayendo, han suavizado su ritmo de corrección en febrero. Otros datos de este primer trimestre del año (Índice de Producción Industrial y cotizantes a la Seguridad Social) que hemos ido conociendo apuntan a que la actividad económica sigue disminuyendo pero a un ritmo más moderado que durante el cuarto trimestre de 2012. Otros indicadores muestran un comportamiento más positivo: en enero de este año mejoró el comercio minorista. El INE publicó este jueves que en el mes de enero, eliminando tanto el efecto de calendario como la estacionalidad, el comercio minorista aumentó un 0,9% con respecto a diciembre del año pasado. Esta tasa contrasta con la caída de diciembre respecto a noviembre: -2%. Toda esta información confirma las predicciones de los servicios de estudios y de los organismos internacionales que prevén un menor ritmo de caída del PIB durante los tres primeros trimestres de este año y quizá un crecimiento positivo en el cuarto. Y mientras las cifras de paro y de déficit público sigan tan altas la moderación salarial (tanto en el sector público como en el privado) deberá presidir las relaciones laborales. Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. "Ajuste en los salarios". Expansión 16 de marzo de 2013. Página 24. [post_title] => Ajuste en los salarios. [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => ajuste-en-los-salarios [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2013-03-16 09:58:30 [post_modified_gmt] => 2013-03-16 08:58:30 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=18230 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 2 [filter] => raw )
Uno de los temas que despiertan más controversia entre los economistas y que es más sensible en la opinión pública son los salarios. El lunes de esta semana el INE publicó el Índice de Coste Laboral Armonizado y ayer la Encuesta Trimestral de Coste Laboral, ambas estadísticas referidas al cuarto trimestre de 2012. Por lo que refiere la Encuesta en el cuarto trimestre de 2012 el coste laboral de las empresas disminuyó un 3,2% con respecto al mismo trimestre del año anterior y el coste salarial por trabajador y mes disminuye un 3,6%.
El Índice de Coste Laboral Armonizado va en la misma dirección: el coste por hora trabajada disminuyó un 3,1% en el cuarto trimestre de 2012 con respecto al tercer trimestre, empujado por la eliminación de la paga de Navidad en el sector público. Si a esta disminución de los salarios monetarios unimos el aumento del 0,8% de los precios de los bienes de consumo durante ese trimestre, se puede concluir que, para el conjunto de la economía, la caída del salario real fue todavía mayor: 3,9%. Esta reducción de los salarios reales, que muestran las estadísticas publicadas esta semana, tiene como consecuencia una pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores que lógicamente está desplomando el consumo y el ahorro.
La buena noticia es que la reducción de los costes laborales, al disminuir los costes de producción, no sólo aumenta la competitividad de las exportaciones sino que abarata también los productos nacionales frente a los importados. A la larga estas mayores ventas deberían generar una mayor producción y más empleo, lo que a su vez aumentaría el consumo.
Vivienda
Un ejemplo que constata que el proceso descrito se puede producir pronto lo encontramos en el mercado de la vivienda. Según los datos de transmisiones de derechos de la propiedad publicados esta semana por el INE en el mes de enero se contabilizaron 39.670 compraventas de viviendas, frente a las 23.500 registradas en diciembre, lo que supone un crecimiento del 19%; es el dato más alto registrado desde febrero de 2011. Una mejora que se debe en parte a la mayor demanda de los extranjeros pero también a la reducción de los precios de la vivienda. Es probable que esta tendencia haya seguido en febrero. Efectivamente según datos suministrados por Tinsa en febrero de este año los precios de la vivienda siguen su ritmo de corrección y mostraron un descenso del 0,4% frente al mes de enero: algo menos intensa a la registrada en el mes de enero con respecto a diciembre. Desde máximos, la corrección de precios de la vivienda es del 35,6%.
La caída de los salarios
Esta reducción del precio de la vivienda y de los salarios permitirá ajustar poco a poco los enormes excedentes de casas y de mano de obra existentes en España. Conviene recordar que en 2008, al comienzo de esta crisis, la mayoría de los economistas sostenían que los salarios reales eran demasiado elevados con respecto a la productividad. ¿Qué efectos tuvieron esos salarios reales muy elevados en una economía abierta? Disminuyeron las exportaciones, aumentaron las importaciones y se produjo un elevado déficit exterior y como consecuencia un fuerte endeudamiento con el resto del mundo. España está ahora consiguiendo el “milagro” de reducir los salarios rompiendo la resistencia que siempre ha existido a reducir dichos salarios. Y eso es bueno, porque como señaló Keynes, la resistencia o rigidez a la baja de los salarios es una de las causas que hacen más difícil reducir el desempleo. En cambio para el economista inglés una política de salarios flexible favorece el empleo, que es en este momento el objetivo prioritario de la política económica española.
En cambio si los trabajadores pretendiesen mantener su poder adquisitivo cuando la producción y la renta nacional están disminuyendo se produciría una erosión de los beneficios empresariales o un aumento de sus pérdidas que necesariamente reducirían el tejido empresarial. Por tanto, en la dura realidad que nos ha tocado vivir, se debe evitar una actitud defensiva de los salarios porque lo único que se conseguiría es aumentar el elevado nivel de desempleo.
No está de más recordar que España sigue siendo un país deudor y que sólo podremos reducir esa deuda si somos capaces de exportar al resto del mundo. Y sólo desde esa perspectiva de aumento de las exportaciones y del empleo se puede justificar la reducción de las rentas del trabajo. Los trabajadores y la opinión pública debemos, además, ser conscientes de que estas rebajas salariales no significan otra cosa que compensar las subidas salariales que por encima de la productividad se realizaron en la fase expansiva del ciclo, es decir, desandar un mal camino que emprendimos hace 10 años.
El aumento de la inversión
Y por eso cuando la economía se recupere, probablemente a finales de este año, y la inversión se relance, la estrategia de los sindicatos ha de consistir en maximizar el incremento del empleo y minimizar el aumento de los salarios. El proceso de devaluación interna debe seguir reduciendo los costes y estabilizando los precios internos. Se deben evitar, mientras tanto, los elevados costes de confrontación que por este motivo se pueden producir entre empresarios y sindicatos.
Sabemos que las exportaciones están marchando bien y que en cambio la inversión, que es la pieza básica de la cadena que llevará al aumento del empleo, todavía no marcha al ritmo adecuado. La inversión está bloqueada por la falta de expectativas y el crecimiento de las exportaciones está intentando compensar en parte las caídas en las expectativas empresariales y en el consumo. De ahí la necesidad de profundizar más en las reformas (facilidad para contratar trabajadores, normalización de las condiciones de acceso al crédito, reducción de impuestos, energía más barata, etc.) que aumente la inversión, el consumo y la ocupación.
Desequiibrios
En resumen, parece que se están poniendo las bases para reducir vía precios los enormes desequilibrios existentes en los mercados de trabajo y de la vivienda. Los salarios se reducen y los precios de la vivienda, aunque siguen cayendo, han suavizado su ritmo de corrección en febrero. Otros datos de este primer trimestre del año (Índice de Producción Industrial y cotizantes a la Seguridad Social) que hemos ido conociendo apuntan a que la actividad económica sigue disminuyendo pero a un ritmo más moderado que durante el cuarto trimestre de 2012.
Otros indicadores muestran un comportamiento más positivo: en enero de este año mejoró el comercio minorista. El INE publicó este jueves que en el mes de enero, eliminando tanto el efecto de calendario como la estacionalidad, el comercio minorista aumentó un 0,9% con respecto a diciembre del año pasado. Esta tasa contrasta con la caída de diciembre respecto a noviembre: -2%.
Toda esta información confirma las predicciones de los servicios de estudios y de los organismos internacionales que prevén un menor ritmo de caída del PIB durante los tres primeros trimestres de este año y quizá un crecimiento positivo en el cuarto. Y mientras las cifras de paro y de déficit público sigan tan altas la moderación salarial (tanto en el sector público como en el privado) deberá presidir las relaciones laborales.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «Ajuste en los salarios». Expansión 16 de marzo de 2013. Página 24.
Comentarios