El proceso de desapalancamiento es un factor clave para lograr una reactivación duradera de la economía, con un crecimiento sólido y sostenible en el medio plazo, pero, al mismo tiempo, dicho proceso impedirá una salida rápida de la crisis, al lastrar la recuperación del gasto interno, tanto el consumo de las familias como la inversión empresarial.
Esta semana conocíamos que la deuda de los hogares registró en el tercer trimestre de 2012 la quinta caída consecutiva y la más intensa de la serie, que arranca en 1990: un 1,7% respecto al trimestre anterior (-4,2% interanual) hasta niveles de 2007 (843.945 millones de euros, el 79,9% del PIB). El ajuste acumulado desde los máximos de 2008 es ya del 7,6%.
En el caso de las empresas, gracias a la recuperación de sus beneficios, en un contexto de recorte generalizado de gastos (costes salariales, inversiones), en los últimos tres años están generando una creciente capacidad de financiación. Estas cantidades, junto con las procedentes de unas desinversiones en activos financieros que son también cada vez mayores, se están empleando en reducir su elevadísimo endeudamiento, que antes del estallido de la crisis llegó a rozar los 1,5 billones de euros.
A este respecto, en el último año las empresas desinvirtieron en activos financieros por valor de 24.300 millones de euros y redujeron pasivos por 53.230 millones, sobre todo préstamos bancarios (su principal fuente de financiación durante la anterior etapa expansiva) y, en menor medida, facturas pendientes con otras empresas. A cambio, se ven obligadas a captar recursos por otras vías, fundamentalmente fondos propios: emitiendo acciones (sobre todo las de mayor tamaño) y limitando al máximo el reparto de dividendos.
La deuda de las empresas se ha reducido a niveles de 2007
De este modo, el desapalancamiento de las empresas se ha acelerado en los últimos trimestres: en el 3T12 la deuda empresarial cayó al mayor ritmo en 16 años (un 1,4% trimestral) hasta niveles de 2007, por debajo de los 1,4 billones de euros, aunque todavía lejos de las cifras con que arrancó el siglo XXI (en torno a 500.000 millones). El ajuste acumulado desde máximos se aproxima al 6%.Pese a la desinversión antes comentada, el valor de los activos financieros de las empresas creció en el 3T12 por primera vez en año y medio (+1,7% trimestral), fundamentalmente por la revalorización de sus inversiones en acciones.
Por tanto, entre las noticias positivas que han pasado desapercibidas en los últimos días, la más importante es que prosigue el proceso de reducción del endeudamiento de los agentes privados en España. Todavía queda un largo trecho hasta lograr digerir los excesos de la etapa expansiva, pero se empiezan a ver resultados. Y, parece que los inversores internacionales empiezan a valorar los ajustes de los desequilibrios. Es pronto para cantar victoria, pues el año va a ser muy largo, pero el Estado y las principales empresas han captado en tres semanas cerca de 40.000 millones de euros en los mercados financieros.
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