El Consejo de Gobierno del BCE (en la foto) decidió ayer, como se esperaba, mantener sin cambios su política monetaria, pero lo más novedoso es que, al contrario de lo sucedido en diciembre, esta decisión fue adoptada, según Draghi, por unanimidad. Esta circunstancia, junto al hecho de que el Presidente del BCE subrayara que hay señales de estabilización en algunos indicadores de coyuntura y que la confianza de los mercados financieros ha mejorado significativamente (en buena medida por la existencia del programa OMT de compra de deuda), justifica que la reacción de estos mismos mercados fuese relevante:
1) repunte de 3 pb del swap EONIA a un año, de más de 5 pb en la TIR alemana a 10 años,
2) recorte de la TIR española (que ya se había relajado con fuerza en la primera parte de la jornada) de otros 5 pb y
3) apreciación del euro desde 1,31 USD hasta 1,3215.
La reacción del mercado es coherente con la percepción, que compartimos, de que ahora es menos probable que el BCE acometa en los próximos meses nuevas medidas de expansión monetaria, como un recorte de tipos (sobre todo de la facilidad de depósito, en el 0%, la verdadera referencia del mercado interbancario) o compras de activos, al menos mientras no se observe una caída significativa adicional de la actividad o de la inflación y un retorno de la inestabilidad financiera.
Cuidado con la apreciación del euro
Si bien la reacción a la baja de las primas soberanas de España e Italia puede responder a la mayor confianza en la recuperación económica (en la segunda mitad de 2013) mostrada por Draghi, la apreciación del euro puede acabar por volverse en contra de la propia recuperación. En un contexto en el que los bancos centrales de Japón, EEUU y Reino Unido siguen políticas ultra expansivas, la sobriedad del BCE puede generar una apreciación de su moneda que impida a la Eurozona beneficiarse del todo de la recuperación global.
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