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Ene

El Banco de España acaba de publicar los datos de remesas que, durante los tres primeros trimestres del año 2012, enviaron los inmigrantes desde España hacia sus países de origen. En los nueve primeros meses de ese año se registraron envíos por valor de 4.825  millones de euros. Esta cifra supone una caída del 11,6% respecto al mismo periodo del año 2011 que fueron 5.458 millones (cuadro 1). Son datos que están íntimamente relacionados con la intensa crisis económica que sufre España y la consecuente disminución de la renta disponible que fuerza a los inmigrantes a reducir sus envíos de dinero para poder mantener aquí un mínimo nivel de vida.

Cuadro 1: Envíos de remesas desde España (millones de euros).

Año Total año
2006 7.059
2007 8.449
2008 7.948
2009 7.214
2010 7.208
2011 7.256
2011 (enero-septiembre) 5.458
2012 (enero-septiembre) 4.825

Fuente: Banco de España

Las remesas de dinero disminuyeron por tres motivos: 1º) Según el INE se está reduciendo el número de ocupados extranjeros en España, un 7% desde el tercer trimestre de 2011 hasta el tercer trimestre de 2012 (cuadro 2).

Cuadro 2: Población extranjera en España: ocupados y tasa de paro.

 Año Nº de ocupados extranjeros (miles) Tasa de paro
2006 2.601,8 12,02
2007 2.887,0 12,37
2008 2.886,5 21,26
2009 2.547,2 29,70
2010 2.508,1 30,40
2011 (tercer trimestre) 2.373,5 32,70
2012 (tercer trimestre) 2.211,5 34,84

Fuente: INE

2º) El paro entre la población inmigrante está aumentando.  En el tercer trimestre de  2.012 la tasa de paro de los extranjeros alcanzó el 34,8% de su correspondiente población activa, frente al 32,7% en 2011. En 2006 esa tasa de paro era solo del 12% (ver cuadro 2), y

3º) La población extranjera que vive en España también se está reduciendo, aunque muy poco: 2,3% en un año (desde el tercer trimestre de 2011 hasta el tercer trimestre de 2012).

La tasa de desempleo de la población extranjera en España es diez puntos y medio mayor que la española: 34,8% frente a los 23,3% de los españoles; como consecuencia muchos inmigrantes para poder trabajar y seguir así enviando remesas comienzan a cambiar de ciudad, de región, de sector y de empleo, trabajan más horas y reducen sus gastos para seguir enviando dinero, aunque sea menos, a sus familiares. Algunos pasan a formar parte de la economía informal. El regreso a casa es su última opción. En España, al menos por ahora, se vive mejor que en el lugar de origen de la inmigración. No esperamos, por tanto, una importante salida de España de emigrantes.

Perspectivas de futuro.

La mayoría de los inmigrantes trabaja en sectores donde la crisis ha golpeado con más fuerza. Efectivamente, las oportunidades de empleo de la mayor parte de la población inmigrante están bastante concentradas en el sector de servicios de baja productividad y en la construcción, y esos dos sectores están reduciendo drásticamente su actividad. La rápida reducción de afiliados extranjeros a la Seguridad Social confirma esta tendencia de destrucción de empleo y/o de aumento de la economía informal. Es de esperar que en el futuro el empleo se siga deteriorando, sobre todo en los trabajos menos especializados. Este aumento del desempleo no se detendrá hasta que muchos españoles y extranjeros desempleados emigren. Volverán cuando haya una recuperación económica sostenida.

Como consecuencia del deterioro del mercado laboral los inmigrantes trabajan, pero por menos salario. Cuando llegaron a España la mayoría de los inmigrantes llegaron para trabajar por un salario menor del que recibían los españoles. De ahí que, además del aumento del paro y de la destrucción de empleo hay otro factor que genera caídas importantes en las remesas: los salarios que cobran los inmigrantes de baja cualificación, están disminuyendo. Ello se debe a que es una población más flexible, más sumergible y más necesitada de recursos económicos que los nativos, por lo que están dispuestos a cobrar menos salario.

Repercusiones negativas

La reducción de estos flujos tiene consecuencias muy negativas para los países que más dependen de las remesas ya que suponen una importante fuente de financiación en divisas. Son países que para desarrollarse tienen grandes necesidades de importación de tecnología y maquinaria, y, por tanto, de divisas. Además, las remesas sirven y han servido para que muchas familias hayan podido salir adelante.

Lo más negativo de esta reducción de las remesas es que las familias receptoras pasarán apuros. Las familias de los migrantes compran con los ingresos de remesas, en su país de origen, una casa o montan sus pequeños negocios, dándole al país un aire de iniciativa y de crecimiento a través de la pequeña y la mediana empresa. Muchos pagan la educación de los hijos y casas aquí en España y/o allá en el país de origen. La crisis económica, el aumento del paro y la caída de las remesas están provocando que se resientan los pagos de las hipotecas contraídas aquí y allá y que aparezcan los desahucios. Desgraciadamente y a medio plazo se puede esperar una mayor destrucción de empleo y un mayor aumento del desempleo tanto en la población inmigrante como en la española.

El lado positivo es que los menores pagos por remesas, junto al fuerte aumento de las exportaciones de bienes servicios y el mejor comportamiento de la balanza de rentas están consiguiendo obtener superávit en la balanza por cuenta corriente y, por tanto, reducir la posición deudora de España frente al resto del Mundo. Esta disminución de la deuda externa está favoreciendo la bajada de los tipos de interés que tienen que pagar los bonos españoles.

Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «La caída de las remesas: causas y consecuencias». Expansión. 12 de enero de 2013. página 43. (En este artículo de Expansión en el gráfico de la derecha los datos de la tasa de paro son correctos pero los datos de población se refieren a la población extranjera ocupada y no a toda la población). Los datos de este post son correctos.

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