Lo más relevante de la semana ha sido la publicación de los informes semestrales del FMI. Pese a la revisión a la baja de las previsiones de crecimiento mundial hasta un 3,3% en 2012 (↓0,2 p.p.) y 3,6% en 2013 (↓0,3 p.p.), el FMI es moderadamente optimista pues se basan en dos hipótesis:
i) EEUU evitará a finales de este año un drástico ajuste fiscal (“fiscal cliff”); y
ii) los gobiernos de la UEM aprovecharán el margen temporal tras el anuncio de Draghi para avanzar en la integración fiscal y bancaria. Y, es por ello, que el FMI considera que la expansión global está amenazada, especialmente por la situación en Europa.
Pero lo más interesante este semestre del análisis económico del FMI es una nueva estimación del multiplicador fiscal, es decir, la evaluación de los efectos de las políticas de austeridad sobre el crecimiento. Y, a juzgar por sus conclusiones, parece ponerse más en el lado de los keynesianos que en el de los neoclásicos, al estimar que por cada euro de recortes (o subidas de impuestos), el efecto sobre el crecimiento se situaría entre 0,9 y 1,7 euros. Esa mayor elasticidad fiscal se debería a que la política monetaria tradicional ya no tiene casi grados de libertad (tipos cercanos a cero), en algunos países incluso las condiciones financieras se han endurecido drásticamente (en alusión a la periferia de la UEM) y al hecho de que muchos países estén a la vez intentando consolidar sus cuentas públicas.
En definitiva, el FMI recomienda mayor gradualidad en el ajuste fiscal, una crítica implícita a los duros objetivos fiscales en Europa.
La economía española
Respecto a la economía española, lo más destacado (y criticado) ha sido la previsión de crecimiento para 2013 (-1,3%), cuando el consenso de los Servicios de Estudios de nuestro país la sitúa en el -1,5%. Más importantes son otras ideas sobre España que deja caer en unos casos y sugiere en otros:
i) si no se activa el nuevo programa del BCE nuestra prima de riesgo volverá a 750 puntos básicos;
ii) la probabilidad de cumplir los objetivos de déficit este año y el próximo es baja (el FMI piensa que habrá que esperar al 2017 para rebajar el déficit al 3%);
iii) la necesidad de financiación del Estado (déficit+vencimientos) se situará en 2013 en el 21,3% del PIB (¡60%! en el caso de Japón);
iv) España no recuperará el nivel de PIB perdido en la recesión hasta 2018; y
v) España pierde tres puestos en el “ranking” mundial de países por tamaño (tanto en dólares corrientes, como en ppa) y ahora ocupamos la posición número 16).
Por lo demás, nueva semana de ruido en Europa, con muchos rumores y pocas señales claras para los mercados, lo que se ha notado en las cotizaciones. Cada vez parece más claro que ahora Alemania no tiene mucha prisa para que los países del sur utilicen el nuevo mecanismo del BCE, las razones que se barajan son:
i) no quieren volver a pedir dinero a corto plazo al Bundestag;
ii) desconfían de los ritmos de las reformas una vez que el BCE empiece a actuar (claro problema de “moral hazard”); y
iii) enfrentarse a la opinión del Bundesbank en Alemania suele tener un coste en votos. Frente a ello, poco a poco, parece que se va consolidando un eje formado por Francia, Italia y España que quiere acelerar en la unión bancaria. Una vez más, el Consejo Europeo de la semana que viene va a tener una gran importancia.
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