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Jun

Crisis económica en Argentina.

En este post en vez de mirar a la historia económica de Argentina como hicimos en el post anterior (¿POR QUÉ ARGENTINA VA CUESTA ABAJO? ¿CÓMO PUDO PASAR DE SER LA 4ª ECONOMÍA DEL MUNDO A OCUPAR LUGAR 59?) nos vamos a fijar en su futuro.

Hace años, le pregunté a un amigo argentino, presidente de una gran empresa, porqué Argentina iba retrocediendo tan estrepitosamente, me dijo sonriendo que su país era el único en el mundo que tenía como meta principal alcanzar gran altura para desde allí, poder suicidarse mejor. Me da pena por eso que una vez más Argentina empiece a entrar en caída libre, que vuelva a ponerse encima del tobogán que conduce a la crisis.

El crecimiento del gasto público

No es una crisis inminente, pero si no se ajusta el gasto público, se quitan los controles de precios, se abre la economía al exterior y  se favorece la financiación externa la economía acabará mal ya que el problema que tiene Argentina es el de todos los gobiernos populistas, que tienen por paradigma que la única variable que no se puede tocar es la del gasto público.

Inflación, tipo de cambio y reservas de divisas

Como consecuencia de ese gasto público desbocado la inflación está en el 30%, según indicó el reporte del Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella. Es decir, desde enero los salarios reales (el poder adquisitivo) han caído casi un 15%.

Como consecuencia de esta elevada inflación el dólar se demanda como moneda refugio y el peso argentino se deprecia. Así, mientras en el mercado oficial el dólar cotiza a 4,5 pesos, en el mercado negro hay que pagar 6 pesos por dólar.

Por otra parte la prima de riesgo, que mide la diferencia entre los intereses que paga la deuda argentina y la de Estados Unidos, se sitúa en 1.175 puntos básicos (p.b), más riesgo que el bono de Venezuela (1.125 p.b) y mucho más que el de Brasil cuya prima de riesgo es de 229 p.b., México (206) y Uruguay (229). Además, en los últimos 6 años, ha caído estrepitosamente la inversión extranjera directa (Argentina ocupa el sexto lugar de América Latina, cuando en décadas pasadas había estado en segundo lugar) y en ese mismo periodo las salidas de capital han sido de alrededor  de 50 mil millones de dólares. Consecuencia: Argentina se está quedando sin reservas de divisas.

Prepararse para la llegada de la crisis

Estos y otros indicadores llevan a algunos analistas a prever que antes de que termine el año el empleo y en general la economía del país pueden tener problemas. Mientras tanto muchos argentinos siguen trabajando y luchando, no solo buscando su propio interés, sino también para ayudar a que el país mejore y salga adelante. Desgraciadamente hay muchos argentinos que no se merecen una situación que cada día que pasa se vuelve más crítica. Ellos no tienen culpa de que algunos gobernantes populistas, parásitos y corruptos, acaben llevando a la gente a vivir en situaciones extremas.

Argentina está sometida una vez más  a un  peronismo empobrecedor (controles de todo tipo de:  cambios, exportaciones, importaciones, inversiones extranjeras, precios, recursos naturales, etc.) que como recientemente han señalado Jesús Fernández-Villaverde, Luis Garicano y Tano Santos, viene de la mano de la aparición de una nueva clase privilegiada, estrechamente ligada al poder, nacida del chanchullo, la chapuza y el compadreo.

Siempre queda la esperanza de que gobernantes serios y honrados y todos los ciudadanos que trabajan en Argentina sepan dar lo mejor para conseguir que no se llegue a una situación tan dramática como la del año 2001.

En estos momentos, desgraciadamente, el país está en el peor de los horizontes posibles: la situación se deteriora cada día que pasa y un mayor número de argentinos empiezan a sufrir la crisis económica.

La construcción está entrado en recesión y es de sobra conocido, que la construcción anticipa las crisis…y también las salidas de las mismas (y si no que no que se lo pregunten a los españoles)

Cuando se gobierna con demagogia y de forma populista y heterodoxa (inadecuada), como ya ha ocurrido en el pasado, antes o después aparecerán serios problemas. Ya está pasando: se empieza a destruir empleo, los sueldos se deterioran día a día con la inflación, las empresas van reduciendo sus beneficios y en consecuencia cae dramáticamente la inversión. Cuando la Presidenta Cristina dice que devuelve a los argentinos la patria que les habían arrebatado, no les dice cual es el precio que van a tener que pagar por esa política nacionalista.

«A Dios rogando y con el mazo dando»

La situación es tan complicada que la semana pasada la jefa del Estado pidió a los argentinos que “crean en la eternidad que recen un rosario a la noche”. No seré yo quien dude que rezar sea buena solución, pero a “Dios rogando y con el mazo dando” (o «reza, pero sigue remando»), de ahí que junto con las oraciones también sea muy necesario cambiar las políticas económicas.

¿Son la desaceleración económica y la alta inflación las que están erosionando la popularidad de la Presidenta Fernández de Kirchner?

¿El renovado nacionalismo sobre las Malvinas y la lucha contra Repsol tienen que ver con esa pérdida de popularidad?

¿Va el gobierno de Cristina a cambiar la política económica?

¿Se acerca la Argentina a una crisis económica?

¿Por qué la infraestructura argentina no mejora y la provisión de servicios públicos es defectuosa?

¿Cómo puede venderse como un logro la estrategia de sustitución de importaciones consistente en controles arbitrarios a las importaciones, controles cambiarios que no se habían visto en dos décadas o más, y un floreciente aunque ilegal mercado negro de divisas?

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