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Feb

La consultora McKinsey acaba de publicar un informe (1) sobre el proceso de desapalancamiento de los sectores público y privado en EEUU, España y Gran Bretaña. En el informe (“Working Out of Debt”) se compara la situación de estos 3 países con el caso histórico de Suecia (ver gráfico 1). 

Aunque en los últimos tres años y medio, es decir, desde que estalló la crisis, la deuda total con respecto al PIB ha aumentado en las diez mayores economías del Mundo, sin embargo, McKinsey realiza un análisis de las tres economías desarrolladas que experimentaron un mayor boom crediticio antes de la recesión de 2008. De los tres países estudiados (EEUU, Reino Unido y España), el sector privado americano ha sido el que más ha recortado su endeudamiento. Efectivamente, la deuda pendiente de las familias estadounidenses se ha recortado en un 11% (ver gráfico 1), es decir, 584.000 millones de dólares.

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 Al ritmo actual de desapalancamiento, se estima que la deuda de las familias en EEUU respecto a la renta disponible alcanzaría su tendencia de largo plazo en menos de 2 años (ver gráfico 2).

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Además, el Informe de McKinsey observa similitudes entre la situación actual en EEUU y el proceso de desapalancamiento en los países nórdicos en los años 90: una primera fase en la que el sector privado se desapalanca rápidamente, mientras que el gobierno se endeuda (compensando los efectos negativos sobre el crecimiento del desapalancamiento privado); seguida por una segunda etapa donde la economía retoma las tasa de crecimiento anteriores y la solvencia del sector público comienza a mejorar.

Por el contrario, España y el Reino Unido siguen soportando un endeudamiento excesivo de las familias (gráfico 1). Además, en ambos países, el sector financiero probablemente acusará los efectos de una deuda hipotecaria cuya tasa tasa de morosidad seguirá creciendo.

En España el proceso de desapalancamiento de las familias ha sido menor que en EEUU y Gran Bretaña (gráfico 1). A ello se une que la tasa de morosidad hipotecaria no ha parado de aumentar. Se espera, además, un deterioro adicional: la mitad de las familias españolas en el percentil más bajo en la distribución de la renta deben más del 40% de sus ingresos (en EEUU, ese cifra está por debajo del 20%). Además, al contrario que en el resto de países desarrollados, el sector empresarial español está muy endeudado: el doble de deuda que en EEUU (respecto al PIB) y seis veces respecto a las empresas alemanas.

Por último, McKinsey considera que el proceso de recorte de la deuda y el establecimiento de las bases para un crecimiento sostenible de largo plazo debe ser simultáneo. De los tres episodios anteriores de desapalancamiento que considera (Finlandia y Suecia en los 90, y Corea en 1997), el crecimiento económico fue clave para completar un proceso de recorte de la deuda en 5-7 años. Aunque el sector privado se desapalanca durante la recesión, un recorte de la deuda por parte de los gobiernos sólo ocurre una vez que la economía ha retomado la senda de crecimiento.

Basado en esa experiencia histórica, McKinsey destaca los siguientes factores que determinarán el éxito del proceso de desapalancamiento:

1)  Un sistema bancario saneado. En Suecia y Finlandia se recapitalizó la banca, una parte fue nacionalizada y se emplearon esquemas como el “banco malo” para facilitar la salida de activos tóxicos. En Corea, hubo fusiones y la drástica resolución sobre los activos tóxicos permitió que el repunte del crédito. Es previsible que la reforma financiera, recién aprobada en España, dé como resultado un sistema bancario saneado.

2) Introducir las necesarias reformas estructurales. McKinsey hace mención explícita a España y la necesidad de (i) simplificar los trámites a la formación de empresas, (ii) mejorar la productividad; y (iii) profundizar en la reforma laboral.

3) El sector exterior. Finlandia, Suecia y Corea impulsaron sus economías a través de un incremento en las exportaciones, en gran medida, gracias a las devaluaciones competitivas que realizaron. En la actualidad, dado el contexto global de enfriamiento, esta salida parece menos viable. A ello se une que España no tiene moneda propia para poder devaluar.

4) Impulso por parte de la inversión privada. En general hay recorrido para que la inversión privada sirva de estímulo para el crecimiento en el corto y medio plazo, dado: (i) el bajo nivel de los tipos de interés en la actualidad, (ii) un gasto público limitado y (iii) las reservas de liquidez del sector corporativo. Al menos, ese sería el caso para EEUU y Reino Unido, si bien no para España, donde el sector corporativo tiene aún que progresar en su proceso de desapalancamiento.

5)  Un mercado de la vivienda estabilizado. En la actualidad, el mercado de la vivienda en EEUU está comenzando a ver señales incipientes de un punto de inflexión tras 6 años en recesión. Sin embargo, en España, la vivienda está aún sobrevalorada y preocupa el enorme stock de vivienda construida existente.

(1) Croxson, K, Lund, S. y Roxburgh, C. (2012): Working Out of Debt”. McKinsey Quarterly. McKinsey Global Institute. January 2012.

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