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Jul

 ¿Qué es la balanza tecnológica?

La balanza tecnológica es un instrumento contable donde se apuntan los ingresos (exportaciones) y pagos (importaciones) de royalties (regalías). Es decir, se anota el flujo de dinero que se produce por la utilización de patentes, en este caso, entre España y el resto del mundo. La balanza tecnológica forma parte de la balanza de pagos y dentro de la balanza de servicios.

A lo largo de los 3 primeros meses del año 2011 la balanza tecnológica arrojó un saldo  negativo  de 250 millones de euros que es mejor que el del año 2009 (ver cuadro). ¿Por qué es mejor? Porque la cobertura que mide la parte de importaciones que son cubiertas por las exportaciones mejora (ver cuadro).

BALANZA DE ROYALTIES (Millones de euros)

Año

Ingresos (X) Pagos (M) Saldo Cobertura X/M
2000 460 1919 -1459 24%
2001 408 1875 -1457 22%
2002 392 1923 -1531 20%
2003 468 2229 -1761 21%
2004 402 2443 -2041 16%
2005 447 2121 -1674 21%
2006 749 2005 -1256 37%
2007 390 2626 -2236 16%
2008 539 2276 -1737 24%
2009 476 2268 -1792 21%
2010 662 1995 -1333 33%
2011* 135 385 -250 35%

Fuente: Banco de España, 3o de junio de 2011. * Primer trimestre.

¿Por qué mejora la cobertura?

Porque la situación económica es mejor fuera de España que dentro. Como consecuencia el resto del mundo nos puede pagar más royalties (porque produce y vende más con patentes españolas) y, en cambio, en España como van peor las cosas y se produce y se vende menos (también con patentes extranjeras) se paga menos al exterior en concepto de royalties. La mejora de la balanza tecnológica es consecuencia de la debilidad de la economía española.

Por tanto, aunque el déficit se reduce lo hace por razones coyunturales. Y, en todo caso, sigue siendo alto lo que  muestra la elevada dependencia tecnológica española. El análisis de los datos relativos a la balanza tecnológica española y de otros indicadores de ciencia y tecnología muestran que España sigue importando  mucha más tecnología de la que exporta.

Política tecnológica

Como consecuencia de lo anterior y tal como venimos señalando, desde hace 5 años que comenzó a andar este blog, España necesita hacer un esfuerzo mayor en investigación, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. Una de las políticas que se debe seguir es incrementar la vinculación de las empresas con la investigación que realiza el sector público. No se debe olvidar que una parte muy importante de la investigación que se realiza en España la realiza el Sector Público, con el dinero de todos los españoles.

Desgraciadamente, España invierte bastante menos en I+D que el resto de las principales economías de la Unión Europea (UE), Japón y Estados Unidos lo que pone de relevancia el retraso tecnológico del tejido productivo de nuestro país. Además el gasto español en I+D se reduce. Efectivamente, el gasto en I+D, en España, ha descendido desde el 1,38% del PIB en 2009 al 1,35% en 2010. Lo que nos aleja un poco más de la media de la UE que es el 2%. España ocupa la decimoséptima posición del ranking de gasto en I+D de la UE. Además nuestra situación, 1,35% del PIB,  empeora cuando nos comparamos con el esfuerzo medio de los países de la OCDE que es del 2,3%.

Los que más gastan en I+D son los más competitivos

Entre los países europeos que más gastan en I+D destacan los países escandinavos, con porcentajes por encima del 3% del PIB. En concreto, Finlandia, con un 3,96%, se sitúa en primer lugar por delante de Suecia, con un 3,6%, de Dinamarca, con un 3,02%, de Alemania, con un 2,82%, y de Austria, con un 2,75%. Estos países europeos han sabido mantener durante la crisis su inversión en I+D lo que les permite estar en la frontera tecnológica. Han conseguido además y durante años una constante moderación salarial; sus sindicatos han entendido que los salarios deben subir sólo con la productividad

Ese responsable comportamiento sindical y empresarial les ha colocado en una posición extraordinariamente buena que les está permitiendo salir de la crisis gracias a las exportaciones. Su oferta exportadora tiene, desde hace años, un importante componente de productos de alta tecnología (bienes de equipo, maquinaria, trenes de alta velocidad, camiones, productos químicos y farmacéuticos, coches de alta gama, etc.). Como consecuencia de su elevada competitividad y vocación exportadora tienen fuertes superávit de balanza de pagos.

Ya nadie discute que el futuro desarrollo económico de España está íntimamente ligado a su desarrollo tecnológico. Ello se debe a que la tecnología permite mejorar la productividad de las empresas a través de nuevos procesos, productos y servicios. La tecnología es, por tanto, un factor importante de crecimiento económico. Por este motivo, los países avanzados, y también los menos desarrollados, otorgan a la política científica y técnica un papel fundamental en su estrategia de desarrollo.

La necesaria política tecnológica

La excesiva importancia que en España tienen los entes públicos de investigación, y su desconexión con la iniciativa privada, impide que la investigación básica se transforme en innovaciones de carácter productivo. Por eso el Gobierno debería diseñar la política tecnológica con las empresas y centros públicos de investigación. Y, en todo caso, es preciso hacer un esfuerzo adicional en las dos direcciones. Por parte del Sistema Científico Tecnológico Público debería tratar de conseguir una mayor conexión con la industria. Por parte de las empresas españolas deberín vincularse más a los programas públicos, a los centros de investigación y a las oficinas de transferencia de resultados de la investigación.

Otro problema que encuentran las empresas españolas es el de financiar la inversión de la innovación por la dificultad de acceso a los créditos bancarios y a los mercados de capitales. En ocasiones, tampoco saben aprovechar las desgravaciones fiscales que se ofrecen por realizar actividades de I+D+i. Además de aprovechar mejor las ayudas estatales, las empresas deberían destinar más recursos a industrializar, comercializar y distribuir los productos que generan las actividades de I+D, es decir, a cerrar el ciclo de vida de los productos para que los resultados de la I+D alcancen el éxito comercial que motive a las empresas.

Como ya hemos señalado, los grandes países productores de innovaciones tecnológicas, como Alemania, Finlandia, Holanda, Suecia, Austria, Israel, Estados Unidos, y Japón tienen un sector empresarial muy competitivo, con las consiguientes repercusiones positivas en sus crecimientos económicos y sus balanzas de pagos de alta tecnología. En estos países son las empresas las principales protagonistas de la innovación tecnológica. En este sentido y para el caso de España las actividades de I+D deberían dirigirse en mayor medida hacia las necesidades empresariales. Para ello es preciso que la sociedad española, el mundo empresarial y las administraciones públicas asuman el desarrollo de las tecnologías, así como de la investigación y la innovación. Con ello se logrará la mejora de la competitividad de nuestro tejido empresarial.

En resumen, España debe aumentar su capacidad tecnológica en relación a sus principales competidores. Para ello es preciso aumentar los recursos empleados en actividades de I+D, en la consecución de patentes y en mejorar la oferta exportadora en bienes de equipo y maquinaria.

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