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El BCE vuelve a quedarse corto

Escrito el 2 diciembre 2010 por José Ramón Diez Guijarro en Política Monetaria

Después de la reacción provocada en los mercados tras las insinuaciones de Trichet durante esta semana, parecía que el BCE no podía decepcionar. Sin embargo, la expectativa de los inversores de que anunciara un programa de compra de deuda pública más ambicioso que el actual se ha desvanecido. Se mantendrá el programa actual, caracterizado por su poca transparencia, reducido tamaño (67.000 millones desde mayo), además de por la esterilización de las intervenciones: Trichet ha destacado que el BCE no hace “quantitative easing” como la FED. Eso sí, el BCE irá calibrando el tamaño del programa de compras de deuda, según vayan evolucionando los mercados. Aunque el mercado inicialmente respondió negativamente (caída del IBEX cercana al 1%) después se ha producido una fuerte recuperación (casi +3% al cierre), ligada a un buen comportamiento de las bolsas americanas (se han publicado buenos datos macro) y a los rumores de que el BCE estaba comprando bonos esta tarde con mucha intensidad.

El BCE mantiene los tipos en el 1%

Además, el BCE ha decidido mantener su tipo de intervención en el 1% y los aplicables a las facilidades de crédito y de depósito en el 1,75% y el 0,25%, respectivamente. Y se prorrogan las medidas actuales de inyección de liquidez a 1 semana y a 1 mes con el sistema de adjudicación plena al 1% hasta el tercer periodo de cómputo de 2011 (inicios del mes de abril). Las subastas a 3 meses también se resolverán durante el primer trimestre de 2011 con adjudicación plena y al tipo medio de las operaciones principales de financiación del periodo que comprenden.

Otros aspectos de interés del comunicado y rueda de prensa posterior, aunque hayan quedado en un segundo plano, son:

1) Trichet sigue considerando que los tipos de interés están en los niveles apropiados y que la política monetaria sigue siendo acomodaticia.

2) En relación al crecimiento, considera que la recuperación continuará, aunque la incertidumbre seguirá siendo elevada. Entre los riesgos que cita están los precios del petróleo y otras materias primas, nuevos episodios de inestabilidad en los mercados financieros, la amenaza del proteccionismo y los desequilibrios globales, así como el ajuste pendiente en los balances bancarios.

3) En cuanto a la inflación, su mensaje no ha variado: las expectativas de inflación a medio plazo están firmemente ancladas.

4) Revisa al alza sus previsiones de crecimiento para 2010, hasta el rango 1,6%-1,8% frente 1,4%-1,8% de septiembre. También eleva las de 2011, hasta el rango 0,7%-2,1% (0,5%-2,3% en septiembre). Respecto a 2012, espera un crecimiento entre el 0,6% y el 2,8%.

5) En cuanto a la inflación, sitúa su rango en 2010 entre 1,5%-1,7%, frente al 1,5%-1,7% de septiembre. Para 2011 el rango pasa a ser del 1,3%-2,3% frente al 1,2%-2,2% de septiembre. Para 2012 espera una inflación entre el 0,7% y el 2,3%.

6) Vuelve a insistir en la necesidad de que los bancos se capitalicen, bien  incrementando los beneficios retenidos, ampliando capital o recurriendo a las ayudas de sus gobiernos.

7) Envía de nuevo un mensaje sobre la necesidad de los gobiernos de fortalecer la confianza en las finanzas públicas a través de programas plurianuales de consolidación fiscal. En este contexto, celebra el compromiso de Irlanda con la reducción de su déficit y muestra confianza en que las medidas adoptadas servirán para estabilizar su economía.

Por tanto, el BCE se ha quedado corto otra vez. La decisión de prorrogar el apoyo a los bancos mediante la “barra libre” de liquidez es acertada aunque tímida por su horizonte temporal. Ha faltado el anuncio de un programa de compra de deuda pública al estilo del de la Reserva Federal en cuanto a transparencia. En cuanto al volumen, es difícil dar una cifra, pero desde luego debería ser muy superior al actual (67.000 millones de euros acumulados desde mayo, con un ritmo de unos 1.300 millones en la última semana). Las especulaciones estaban centradas en una horquilla de 300.000 a 500.000 millones de euros.  

Lo realmente preocupante es que se sigue percibiendo falta de unanimidad dentro del BCE para adoptar una actitud más contundente. Sobre todo, si se produce un nuevo ataque a los países periféricos, algo que desde luego no se puede descartar en esto momentos. De hecho, la decisión de continuar con el programa de compras de deuda pública se toma por “consenso” y no por “unanimidad”. La impresión es que se están consolidando dos bloques diferentes en el Consejo con una diferente percepción sobre la estrategia de política monetaria en el medio plazo, que no son más que un reflejo de las dos velocidades a las que se está produciendo la recuperación en la UEM. Y esa falta de unanimidad en las autoridades económicas, no sólo en el ámbito de la política monetaria, es uno de los grandes problemas de la UEM.

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