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    [post_content] => A muchos gobernantes, les gustaría influir en la política monetaria sobre todo para que los bancos centrales les presten dinero para cubrir el déficit público. Esto, como es lógico, atenta con la independencia de los bancos centrales. Precisamente un banco central es independiente cuando no concede crédito al sector público.

Un ejemplo de este tipo de intromisiones tuvo lugar hace 15 día en Argentina cuando la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, depuso al presidente del banco central, Martín Redrado, por oponerse al uso de las reservas de divisas de la entidad para pagar la deuda externa. Sin embargo, una jueza federal ordenó su restitución. En esta línea intervencionista muchos gobiernos, como el de Gran Bretaña o el de Corea del Sur, envían a un funcionario del Ministerio de Economía a la reunión del Comité de Política Monetaria de su banco central.

La independencia es vital para que un banco central opere en forma efectiva para mantener el objetivo de estabilidad de los precios. Muchas decisiones de política monetaria como subir los tipos de interés son impopulares porque encarecen el crédito de las empresas y familias pero son necesarias para combatir la inflación.

La independencia del BCE

El  Banco Central Europeo (BCE) al serlo de 16 países es menos vulnerable a las interferencias políticas, aunque eso no ha frenado los intentos de gobiernos nacionales para influir en la política monetaria. La semana pasada el Presidente de la República gala, Nicolás Sarkozy, señaló que el euro es demasiado fuerte, lo que se puede interpretar como un mensaje al BCE para que se abstenga de subir los tipos. El presidente del BCE, el también francés Jean-Claude Trichet, ha  advertido que el respeto a la independencia del BCE resulta esencial para el futuro del euro. También recordó que, gracias a su independencia, la institución se ha ganado durante sus once años de existencia una credibilidad internacional de la que depende la moneda de 16 países. Sarkozy achaca a la fortaleza del euro la falta de competitividad de la industria francesa y acusa al BCE de pasividad ante la apreciación del euro frente al dólar.

Estatuto de autonomía del BCE

La independencia del Banco Central Europeo queda reflejada en el artículo 108 del Tratado de Maastricht, donde se expone claramente que el BCE no podrá recibir instrucciones ni del Consejo ni de la Comisión Europeos, ni de ningún banco central de ningún país miembro ni de ningún particular u organismo de toma de decisiones. El BCE fue creado a imagen y semejanza del Bundesbank, el Banco Central Alemán, que había destacado por su independencia frente al poder político. Esto le permitió llevar a cabo políticas monetarias muy ortodoxas, que propiciaron que la economía alemana disfrutase durante décadas de una inflación baja,  crecimiento alto y un elevado nivel de empleo. De ahí que se pensase en este modelo a la hora de tener una autoridad monetaria común. Sin embargo, han aparecido algunas voces cuestionando esa independencia, las de los que creen que el BCE sólo se preocupa por controlar la inflación y no le importan ni el crecimiento económico ni el empleo.

Ahora que las economías alemana y europea en su conjunto están volviendo a crecer, el BCE acabará subiendo los tipos de interés, probablemente a finales de este año. Estas futuras subidas de tipos se dirigirán a neutralizar la enorme liquidez (base monetaria) de la que ha disfrutado la Eurozona en los últimos 2  años y que podrían provocar en el futuro una inflación, medida por los precios de los bienes de consumo, y también una inflación de activos (burbujas). El BCE tiene como único objetivo conseguir la estabilidad de precios. Ello supone una  importante diferencia con la Reserva Federal estadounidense, que se plantea como objetivo tanto la estabilidad de precios como la creación de empleo y el crecimiento económico (algo muy criticado por algunos economistas, que ven en ello el motivo de la debilidad que actualmente padece el dólar). El BCE no rechaza por completo la consecución de este segundo objetivo (crecimiento económico y creación de empleo), pero sí que lo subordina muy claramente al del control de la inflación. Una inflación controlada y evitar burbujas de activos, como pueden ser burbujas bursátiles e inmobiliarias, es condición necesaria para la consecución de los objetivos de empleo y crecimiento económico.

¿Crees que el BCE debe ocuparse más del crecimiento económico y del empleo?
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20
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Un ejemplo de este tipo de intromisiones tuvo lugar hace 15 día en Argentina cuando la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, depuso al presidente del banco central, Martín Redrado, por oponerse al uso de las reservas de divisas de la entidad para pagar la deuda externa. Sin embargo, una jueza federal ordenó su restitución. En esta línea intervencionista muchos gobiernos, como el de Gran Bretaña o el de Corea del Sur, envían a un funcionario del Ministerio de Economía a la reunión del Comité de Política Monetaria de su banco central.

La independencia es vital para que un banco central opere en forma efectiva para mantener el objetivo de estabilidad de los precios. Muchas decisiones de política monetaria como subir los tipos de interés son impopulares porque encarecen el crédito de las empresas y familias pero son necesarias para combatir la inflación.

La independencia del BCE

El  Banco Central Europeo (BCE) al serlo de 16 países es menos vulnerable a las interferencias políticas, aunque eso no ha frenado los intentos de gobiernos nacionales para influir en la política monetaria. La semana pasada el Presidente de la República gala, Nicolás Sarkozy, señaló que el euro es demasiado fuerte, lo que se puede interpretar como un mensaje al BCE para que se abstenga de subir los tipos. El presidente del BCE, el también francés Jean-Claude Trichet, ha  advertido que el respeto a la independencia del BCE resulta esencial para el futuro del euro. También recordó que, gracias a su independencia, la institución se ha ganado durante sus once años de existencia una credibilidad internacional de la que depende la moneda de 16 países. Sarkozy achaca a la fortaleza del euro la falta de competitividad de la industria francesa y acusa al BCE de pasividad ante la apreciación del euro frente al dólar.

Estatuto de autonomía del BCE

La independencia del Banco Central Europeo queda reflejada en el artículo 108 del Tratado de Maastricht, donde se expone claramente que el BCE no podrá recibir instrucciones ni del Consejo ni de la Comisión Europeos, ni de ningún banco central de ningún país miembro ni de ningún particular u organismo de toma de decisiones. El BCE fue creado a imagen y semejanza del Bundesbank, el Banco Central Alemán, que había destacado por su independencia frente al poder político. Esto le permitió llevar a cabo políticas monetarias muy ortodoxas, que propiciaron que la economía alemana disfrutase durante décadas de una inflación baja,  crecimiento alto y un elevado nivel de empleo. De ahí que se pensase en este modelo a la hora de tener una autoridad monetaria común. Sin embargo, han aparecido algunas voces cuestionando esa independencia, las de los que creen que el BCE sólo se preocupa por controlar la inflación y no le importan ni el crecimiento económico ni el empleo.

Ahora que las economías alemana y europea en su conjunto están volviendo a crecer, el BCE acabará subiendo los tipos de interés, probablemente a finales de este año. Estas futuras subidas de tipos se dirigirán a neutralizar la enorme liquidez (base monetaria) de la que ha disfrutado la Eurozona en los últimos 2  años y que podrían provocar en el futuro una inflación, medida por los precios de los bienes de consumo, y también una inflación de activos (burbujas). El BCE tiene como único objetivo conseguir la estabilidad de precios. Ello supone una  importante diferencia con la Reserva Federal estadounidense, que se plantea como objetivo tanto la estabilidad de precios como la creación de empleo y el crecimiento económico (algo muy criticado por algunos economistas, que ven en ello el motivo de la debilidad que actualmente padece el dólar). El BCE no rechaza por completo la consecución de este segundo objetivo (crecimiento económico y creación de empleo), pero sí que lo subordina muy claramente al del control de la inflación. Una inflación controlada y evitar burbujas de activos, como pueden ser burbujas bursátiles e inmobiliarias, es condición necesaria para la consecución de los objetivos de empleo y crecimiento económico.

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Un ejemplo de este tipo de intromisiones tuvo lugar hace 15 día en Argentina cuando la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner, depuso al presidente del banco central, Martín Redrado, por oponerse al uso de las reservas de divisas de la entidad para pagar la deuda externa. Sin embargo, una jueza federal ordenó su restitución. En esta línea intervencionista muchos gobiernos, como el de Gran Bretaña o el de Corea del Sur, envían a un funcionario del Ministerio de Economía a la reunión del Comité de Política Monetaria de su banco central.

La independencia es vital para que un banco central opere en forma efectiva para mantener el objetivo de estabilidad de los precios. Muchas decisiones de política monetaria como subir los tipos de interés son impopulares porque encarecen el crédito de las empresas y familias pero son necesarias para combatir la inflación.

La independencia del BCE

El  Banco Central Europeo (BCE) al serlo de 16 países es menos vulnerable a las interferencias políticas, aunque eso no ha frenado los intentos de gobiernos nacionales para influir en la política monetaria. La semana pasada el Presidente de la República gala, Nicolás Sarkozy, señaló que el euro es demasiado fuerte, lo que se puede interpretar como un mensaje al BCE para que se abstenga de subir los tipos. El presidente del BCE, el también francés Jean-Claude Trichet, ha  advertido que el respeto a la independencia del BCE resulta esencial para el futuro del euro. También recordó que, gracias a su independencia, la institución se ha ganado durante sus once años de existencia una credibilidad internacional de la que depende la moneda de 16 países. Sarkozy achaca a la fortaleza del euro la falta de competitividad de la industria francesa y acusa al BCE de pasividad ante la apreciación del euro frente al dólar.

Estatuto de autonomía del BCE

La independencia del Banco Central Europeo queda reflejada en el artículo 108 del Tratado de Maastricht, donde se expone claramente que el BCE no podrá recibir instrucciones ni del Consejo ni de la Comisión Europeos, ni de ningún banco central de ningún país miembro ni de ningún particular u organismo de toma de decisiones. El BCE fue creado a imagen y semejanza del Bundesbank, el Banco Central Alemán, que había destacado por su independencia frente al poder político. Esto le permitió llevar a cabo políticas monetarias muy ortodoxas, que propiciaron que la economía alemana disfrutase durante décadas de una inflación baja,  crecimiento alto y un elevado nivel de empleo. De ahí que se pensase en este modelo a la hora de tener una autoridad monetaria común. Sin embargo, han aparecido algunas voces cuestionando esa independencia, las de los que creen que el BCE sólo se preocupa por controlar la inflación y no le importan ni el crecimiento económico ni el empleo.

Ahora que las economías alemana y europea en su conjunto están volviendo a crecer, el BCE acabará subiendo los tipos de interés, probablemente a finales de este año. Estas futuras subidas de tipos se dirigirán a neutralizar la enorme liquidez (base monetaria) de la que ha disfrutado la Eurozona en los últimos 2  años y que podrían provocar en el futuro una inflación, medida por los precios de los bienes de consumo, y también una inflación de activos (burbujas). El BCE tiene como único objetivo conseguir la estabilidad de precios. Ello supone una  importante diferencia con la Reserva Federal estadounidense, que se plantea como objetivo tanto la estabilidad de precios como la creación de empleo y el crecimiento económico (algo muy criticado por algunos economistas, que ven en ello el motivo de la debilidad que actualmente padece el dólar). El BCE no rechaza por completo la consecución de este segundo objetivo (crecimiento económico y creación de empleo), pero sí que lo subordina muy claramente al del control de la inflación. Una inflación controlada y evitar burbujas de activos, como pueden ser burbujas bursátiles e inmobiliarias, es condición necesaria para la consecución de los objetivos de empleo y crecimiento económico.

¿Crees que el BCE debe ocuparse más del crecimiento económico y del empleo?

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