Después de la crisis financiera mundial que comenzó en 2007, los Gobiernos de muchos países tuvieron que rescatar algunas de sus entidades y los bancos centrales empezaron a apostar por políticas heterodoxas (política monetaria no convencional) para salir de la crisis. Las políticas monetarias heterodoxas son medidas extraordinarias que aumentan y, por tanto, abaratan la financiación para los bancos, familias y empresas no financieras. A continuación vamos a examinar las políticas monetarias heterodoxas del Banco Central Europeo, para explicar, otro día y en otro post, las estrategias de salida y sus posibles consecuencias.
POLÍTICAS MONETARIAS HETERODOXAS DEL BCE
A partir de mayo de 2009, el Banco Central Europeo (BCE) empezó a aplicar políticas diferentes a las aplicadas entre 1999 (fecha de creación del BCE) y 2007 para dinamizar la economía eurozónica en situaciones normales. Por otro lado, debemos advertir que la clasificación de una decisión de política monetaria como heterodoxa o convencional depende de la percepción o del capricho del economista, político o analista de turno. Algunas medidas de política monetaria heterodoxa son:
1) Tipos de interés del BCE “superbajos”. Los bancos de la Eurozona pidieron prestado, a un tipo de interés del 1%, más 442.000 millones de euros entre 2008 y 2009 al BCE, quien les proporcionó una liquidez ilimitada con períodos de devolución que iban desde una semana hasta los seis meses. Posteriormente el BCE amplió el vencimiento de las operaciones hasta un año con el fin de dar a los bancos más financiación a largo plazo para aumentar así las posibilidades de que concediesen más créditos.
2) En medio de una crisis en la que parecía escasear el dinero, el BCE aceptó temporalmente como garantía de dichos créditos activos menos líquidos y de menos calidad.
3) Las entidades necesitaban dólares para financiar los activos que tenían denominados en esa moneda. Entonces, el BCE les proporcionó cientos de millones de dólares. Lo heterodoxo en este caso no fue ofrecer liquidez sino hacerlo en una moneda extranjera.
4) Operaciones de mercado abierto (“open market operations”) también llamadas facilidades cuantitativas (“quantitative easing”), consisten en imprimir dinero y comprar con él activos, como pueden ser cédulas hipotecarias, deuda pública o bonos de las empresas. El objetivo de esta medida es aumentar la base monetaria y con ello la oferta monetaria evitando, en alguna medida, la intermediación bancaria.
Aunque es probable que, como sostienen muchos expertos, que el BCE hiciera menos que otros bancos centrales para que su economía saliese de la crisis, también es cierto que el esfuerzo fue mayúsculo. Llegó a ampliar la Base Monetaria (el pasivo de su balance) en más de un 46 por ciento.
También es cierto que estas políticas fueron y son el último recurso que le quedaba al BCE para combatir la crisis mundial que comenzó en 2007. Su finalidad, dinamizar la economía y los mercados del crédito para reforzar el consumo, parecía completamente razonable en aquel momento.
Sin embargo, hay dudas sobre su eficacia y sus consecuencias negativas. En primer lugar, no existen criterios objetivos adecuados que permitan una evaluación del impacto de las medidas heterodoxas. Por otro lado, su éxito parece tan peligroso como su fracaso: ¿Y si el sistema acaba dependiendo de unas políticas anormales para funcionar con normalidad?
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