En lo económico se siguen acumulando malas noticias. Los últimos datos de coyuntura disponibles muestran que la fuerte subida de la inflación (4,4%) y los elevados tipos de interés están afectando negativamente a la capacidad de gasto de consumo de los hogares. Se trata de una caída en el crecimiento del consumo pero también en la construcción lo que supone una disminución de la demanda en esos sectores de la economía que impedirá a las empresas aumentar las ventas, su producción y el empleo, que estaba siendo, no lo olvidemos, el motor de nuestra economía.
Hoy hemos conocido los datos del paro registrado en enero en las oficinas del Instituto Nacional de Empleo. El paro subió 132.378 personas, el 6,2% respecto a diciembre, con lo que la cifra total de desempleados se situó en 2.261.925 y nos permite confirmar que la marcha económica del mes de enero no es nada buena.
De todos los resultados publicados sobre la marcha económica del mes de enero, los más llamativos son los del paro y la inflación. El fortísimo crecimiento del paro en el primer mes del año, supone que durante cada uno de los días del pasado mes 4.300 personas engrosaron las listas del desempleo. Por sectores, la mayor subida del la experimentaron los servicios, con 98.104 parados más (+7,6%), seguido de la industria, con 9.714 parados más (+3,4%), la construcción, con 8.930 desempleados más (+3,1%), y la agricultura, con 6.549 parados más (+9,5%). El aumento del paro en la industria certifica lo que ya sabíamos, que la industria pierde peso en el conjunto de la economía española y que no es capaz de coger el relevo de los sectores de baja productividad: construcción y servicios.
Como muchos lectores imaginarán, detrás de este fortísimo aumento del paro está el fenómeno de la desaceleración de la economía. Desde 1996 hasta 2007, hemos disfrutado de un largo ciclo económico expansivo en el que el fuerte incremento del empleo (sobre todo inmigrante) que había venido generando la economía española, suponía un fuerte incremento de la masa salarial y, por tanto, más renta, lo que significó mayor demanda de consumo y de viviendas, es decir, más producción de bienes de consumo y más construcción, en definitiva, mayor crecimiento económico y empleo, lo que a su vez aumentaba la renta, etc. Un círculo virtuoso que se basó en buena medida en el crecimiento del empleo en el sector de la construcción y los servicios. Pero ¿qué pasará ahora que aumenta el paro y se destruye empleo? Sencillamente, que se está rompiendo el círculo virtuoso del empleo y ha comenzado un círculo en sentido inverso: un círculo vicioso.
¿En qué consiste este círculo vicioso? Se trata de un cambio de ciclo que se dirige hacia una época de vacas flacas, es decir, menor crecimiento económico, aumento del paro y, como consecuencia, menos salarios y rentas. Se reducirá también el consumo porque las familias se preparan para esa eventualidad ahorrando más y gastando menos. Esta reducción del gasto deprime la economía: como las familias gastan menos, las empresas venden y producen menos y despiden trabajadores para compensar la bajada de las ventas y la producción. Cuando la economía española aumenta su tasa de paro y destruye empleo quiere decir que su tasa de crecimiento económico está más cerca del 2% que del 3%, pero en cualquier caso lejos del crecimiento del 3,7% del año pasado. En resumen, unos datos de paro en la tónica del declive y enfriamiento de la economía española. ¿Hay motivo para preocuparse? Creo que si.
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