Me pregunta Angélica en un comentario al post que publicamos en este blog de economía el 7 de junio (¿Aumenta o disminuye la pobreza?) ¿Cuál es el mecanismo de devaluación de una moneda? Comencemos por los conceptos. El tipo de cambio es el precio de una unidad de moneda extranjera en términos de moneda nacional (por ejemplo, 12,5 pesos/dólar). Cuando ese precio se fija estamos ante un sistema de tipo de cambio fijo. Para regular ese precio y mantenerlo fijo es necesario disponer de un «stock» o volumen de reservas de divisas (dólares). Supongamos, por ejemplo, que nuestro país estuviese comprometido a mantener el tipo de cambio (fijo) del peso en 12,5 pesos/dólar ( a ese precio se le denomina la paridad central), con unas bandas cambiarias entre los 12 y los 13 pesos por dólar. Si aumentase la demanda de dólares las fuerzas del mercado por sí solas harían que el peso se depreciase por encima de los 13 pesos por dólar, ya que a este tipo de cambio la cantidad de dólares demandada supera a la cantidad ofrecida. Para mantener el tipo de cambio dentro del intervalo permitido (12-13), las autoridades tendrían que echar mano de sus reservas de divisas para que ofreciendo dólares complementen la oferta autónoma de dólares y poder satisfacer así a toda la demanda al precio fijado (tipo de cambio fijo).
¿Cómo se produce una devaluación? Lo primero que es preciso aclarar es que solo se devalúan los tipos de cambio fijos. Una devaluación se hace por decreto, normalmente un viernes por la tarde y se decreta así: “Hasta ahora el banco central de este país cambiaba 1 dólar por 12,5 pesos, pues bien a partir del lunes el precio será 15,5 pesos un dólar (con unas bandas de fluctuación entre 15 y 16 pesos/dólar)”. Por tanto, en este caso la devaluación ha consistido en cambiar la paridad central desde 12,5 a 15,5 pesos/dólar.
Los sistemas de tipo de cambio fijo fueron los más utilizados en el mundo durante el siglo pasado. Cuando, hace justo 10 años, se produjo la crisis asiática (comenzando en Tailandia) muchos economistas le echaron la culpa a la existencia de tipos de cambio fijos. Los cambios fijos también tuvieron parte de la culpa de la crisis de Rusia y la brasilera del real (1998), la crisis mexicana del peso (1994) la crisis argentina de la dolarización (2000-2002), las de Turquía en 2000 y en 2001, etc. En un mundo de libre flujo de capitales, un régimen de tipo de cambio fijo es una bomba de relojería. El sistema puede ser efectivo para superar problemas menores y temporales, pero permite que los problemas pequeños, que no son temporales, se acumulen hasta convertirse en problemas graves. Cuando esto ocurre, los ajustes cambiarios que se hubieran solucionado con un sistema de tipo de cambio flotante o flexible ya no son posibles. Hace falta un ajuste importante. Una devaluación en toda regla. En cambio los países emergentes que no tenían un tipo de cambio fijo —incluidos Sudáfrica, Israel y México después de 1995— lograron evitar las crisis.
Conclusión: En el siglo XXI, casi todos los países han adoptado sistemas flotantes (o flexibles) de tipo de cambio. Hay una excepción que es China que mantiene un tipo de cambio semifijo y que como ya hemos indicado en este blog de economía su gran sabiduría lo mantiene muy depreciado. ¿Debería China apreciar su moneda? ¿Se puede generar en China una crisis como la que tuvo Asia hace 10 años? ¿La fuerte apreciación, que en este momento sufren las monedas latinoamericanas pueden generar crisis como la del tequila (1994), la del real (1998) o la del peso argentino (2001)?
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