En este blog de economía explicamos hace poco, un par de días, en que consistía el modelo danés, conocido también como el modelo de la “flexiguridad”. Voy a complementar lo que allí se dijo. ¿En que consiste la flexiguridad? Es una combinación inédita (ningún país lo ha logrado hasta ahora) de un alto grado de flexibilidad en el mercado laboral, protección al trabajador desempleado y una eficaz política activa de empleo. La flexibilidad del mercado laboral consiste en que las contrataciones y los despidos se producen con mucha facilidad y rapidez y sin coste para la empresa. Esto permite una adaptación casi inmediata de las necesidades de mano de obra que tienen las empresas con la coyuntura económica. Un trabajador danés tiene a lo largo de su vida una media de seis empleos en vez de los cuatro que tiene el de la UE. Eso quiere decir, que existe en Dinamarca una mayor predisposición de los empresarios a contratar y a despedir. En cambio, en países como España, la rigidez del mercado laboral es uno de los motivos principales que explican el elevado nivel de desempleo. Las numerosas trabas impuestas al despido (principalmente, el pago que tienen que hacer las empresas en concepto de indemnizaciones) hace que los empresarios contemplen alternativas diferentes a la creación de empleo a la hora de expandir su negocio.
El modelo de “flexiguridad” danés consigue que su mercado laboral se beneficie de las importantes ventajas de la desregulación y proporciona, al mismo tiempo, cierta seguridad al trabajador. Este fenómeno sitúa la tasa de paro danesa entre las mejores del mundo. En el 2006 el nivel de desempleo de Dinamarca fue del 3.9%, frente al 7.9% de la UE-27. El modelo danés introduce un cambio muy importante en el estado del bienestar: en vez de proteger el empleo se protege la flexibilidad. Por ello, no es sorprendente que en este blog de economía, al igual que lo hacen los gobiernos de muchos países, estudiemos el modelo danés, sinónimo de elevada productividad con paz social y consenso político. En España tenemos paz social pero con muy baja productividad y mucha crispación política. Somos un país inmaduro, como dice Angélica ¿Podríamos aprender algo de los daneses? ¿Deberíamos adoptar el modelo de la flexiguridad?
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