24
Jul

Ante el interesante artículo de Rafael Pampillón del miércoles me surgían dos reflexiones: ¿Aprendemos de errores económicos pasados? ¿Por qué se olvida tan rápido situaciones difíciles?

Las consecuencias de la  crisis del petróleo de 1973 sobre el endeudamiento de países emergentes tienen una gran similitud con la creciente deuda actual que sufren  los países del Este. Cuando a principios de la década de los 70 los precios del crudo se multiplican por tres, gran parte de ese ingente flujo monetario fue colocado por los Bancos Privados, a los que los países productores habían llevado su dinero, en los países en vías de desarrollo.  Los prestatarios gozaban de financiación en USD, por entonces una moneda depreciada-devaluaciones en 1971 y 1973- y con tipos de interés a la baja.  En los seis años que llevaron a la segunda crisis del petróleo de la década, los tipos de interés norteamericanos se multiplican por cuatro, el USD se apreció y bajó el valor de las materias primas exportadas por los países deudores. 

Desde la entrada de 10 países en la UE en 2003, estos y otros de la zona han recibido importantes cantidades de Euros, a tipos de interés mínimos históricos.  En el 2009 aunque los tipos de interés de la eurozona no han subido lo que sí se ha producido es una depreciación muy importante de las monedas locales frente a la moneda en la que deben devolver el préstamo. 

¿Cuál fue la solución en los setenta?  Los países deudores se volcaron en el mercado exterior para obtener divisas y poder pagar  la deuda.  La realidad es que como la paridad entre sus monedas y las monedas del préstamo no dejaban de alejarse, al final  obtenían divisas sólo para pagar los intereses de la deuda lo que les llevaba a solicitar nuevos préstamos y a un endeudamiento creciente y sin fin aparente.  Se descuidó los mercados nacionales y la pobreza y desigualdad se extendió en la década siguiente -la década pérdida- 

Ahora que España tiene una fecha de vencimiento a la recepción de los Fondos Europeos y estos se van a dirigir a los países del Este. ¿Van a lograr los receptores “cohesionarse” o van a utilizar una parte importante de ese dinero en pagar la deuda con los bancos privados de Europa occidental? ¿Los países donantes -entre los que va a tener que estar España, van a obtener en los años venideros nuevos mercados en los receptores o por el contrario tendrán inestabilidades en su sistema financiero por la incapacidad de repago de los deudores?  Los banco europeos privados que han estado prestando importantísimas sumas en EUR a sus vecinos del Este. 

¿Conocían o se acordaban de la crisis latinoamericana de hace 30 años?

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