La Comunidad de Madrid se plantea dar libertad total de horarios comerciales, entre los argumentos a favor, se esgrime que es una medida que reactivará el consumo, creará empleo e incrementará la competitividad del sector. Pero existen además dos argumentos menos mencionados que considero esenciales en esta decisión, que son la conciliación y el turismo. Los horarios actuales, aun con las tímidas flexibilizaciones de las últimas décadas, no están adaptados a la realidad española en la que hombres y mujeres profesionales tienen serias dificultades para conciliar la vida personal con la profesional y con el ocio (recordemos que para muchos y muchas comprar es una de las mejores diversiones).
Por otro lado, el turismo: España y Madrid aspiran a incrementar, no sólo el número de turistas, sino también la calidad de los mismos, atrayendo a aquellos que consumen más. En contra están los que dicen que se arruinará el pequeño comercio y que es una medida anti-conciliación. Nueva York, meca del consumo, muestra que no es cierto el argumento que la libertad de horarios acabará con el pequeño comercio. En esta ciudad conviven grandes y pequeñas tiendas abiertas a todas horas.
Sin duda, el pequeño comercio tendrá que innovar para incrementar márgenes y poder cubrir horarios más amplios o adaptados al flujo de su clientela. Algunas soluciones posibles: buscar nichos muy especializados que cubran una demanda muy específica a la que no llega la gran superficie; formar cooperativas o pensar en franquicias; crear marca. Ofrecer servicios diferenciales tales como, personalización, entrega a domicilio, venta por internet, etc. Y recordemos que se trata de libertad de horario no de tener que abrir las 24 horas.
Recuerdo con horror a uno de nuestros alumnos extranjeros recién llegado a Madrid cuando me describía su decepción después de su primer domingo en España: “¡Madrid cierra los domingos!” a lo que me dieron ganas de contestar “¡y en agosto!”. Madrid sabrá si se puede perder a esos turistas que un domingo pasaban por aquí y que no volverán más.
Es urgente para el pequeño comercio empezar la renovación ahora pues la liberalización de horarios es imparable propiciada por la demanda del consumidor local o foráneo, las grandes superficies o la misma competencia del pequeño comercio, pues ya empieza a ser habitual, también en nuestro país, la luz de esa tienda regentada por chinos abierta el 24 de diciembre a las nueve de la noche haciendo su particular agosto.
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