El informe de primavera de la CE muestra un escenario algo más pesimista que el publicado hace apenas dos meses: atrasa hasta el 2T13 la recuperación (frente al 1T13 que ya se anticipaba positivo en febrero). Además, anticipa una senda de recuperación todavía más gradual para 2013 que en su informe de invierno (apenas superará el 0,2% trimestral en media en la segunda mitad de 2013), si bien mantiene sin cambios la senda estimada para 2014 (anticipa crecimientos del 0,4% a partir del 2T14).
El débil comienzo de 2013 (el 1T13 podría retroceder un 0,1%) y la tibieza de la recuperación posterior sitúan la estimación para el crecimiento medio de la UEM en 2013 en -0,4% (frente a -0,3% previsto en el informe previo). Para 2014, la CE prevé un modesto crecimiento positivo: +1,2% frente a +1,4% anticipado en febrero.
Alemania no es ajena al deterioro de expectativas y, entre las grandes economías, es la que presenta el recorte crecimiento más intenso para 2014. Así, se anticipa un crecimiento del 0,4% en 2013 (0,5% anterior) y del 1,8% en 2014 (2,0% anterior).
– España es la única economía que ve revisada al alza el crecimiento previsto para 2014 (una décima hasta 0,9%), compensando el recorte de una décima en la estimación para 2013 (-1,5%).
– Destaca el fuerte recorte en el crecimiento previsto para Portugal en 2013: -2,3% frente a -1,9% de hace dos meses, mientras que la previsión para 2014 se reduce en dos décimas hasta 0,6%. En cuanto a Eslovenia, la CE confirma en un -2,0% la variación del PIB en 2013, pero reduce hasta el -0,1% su previsión para 2014 (+0,7% en el informe de febrero).
– Mención especial para Chipre, que sufre un importante deterioro en sus expectativas de crecimiento por el impacto de la crisis bancaria en su economía: -8,7% en 2013 y -3,9% en 2014 (-3,5% y -1,3%, respectivamente en febrero).
De nuevo la CE incide en la debilidad de la demanda interna (1,2% en 2013 y +1,0% en 2014, -0,3 p.p. y -0,2 p.p. respectivamente, respecto a febrero) y vuelve a señalar al sector exterior como único motor del crecimiento hasta, al menos, la segunda mitad de 2013. Esta falta de vigor de la demanda interna se explica por: (i) la continuidad en el proceso de desapalancamiento ya iniciado para recomponer los balances del sector privado y público; (ii) la infrautilización de recursos asociada a los fuertes procesos de ajuste fiscal en marcha; y (iii) la elevada incertidumbre.
Este escenario de crecimiento explica las pobres expectativas para el empleo: seguirá cayendo a un ritmo del 0,7% en 2013 y apenas aumentará un 0,3% en 2014. La tasa de paro se mantendrá por encima del 12%, aunque con una clara divergencia entre países: todavía en 2014, España tendrá una tasa de paro superior al 26%, mientras que en Austria se situará en el 4,7%.
Precisamente, el problema del desempleo, que en las economías periféricas alcanza ya niveles insostenibles, es lo que hace necesario que se siga avanzando en el proceso de reformas estructurales. La CE afirma que, para el futuro de la UEM, es fundamental avanzar en el proceso de creación de la Unión Bancaria, lo que permitirá superar la actual fragmentación del mercado. La debilidad que todavía presentan los sistemas bancarios de algunos países y las diferentes perspectivas de crecimiento económico explican las divergencias entre los costes de financiación que asume el sector privado en cada país.
En materia de consolidación fiscal, la CE reconoce que el ritmo e intensidad de las reformas se suavizará a lo largo de 2013 y, sobre todo, en 2014. Además, señala que las reformas deberán concentrarse en el lado de la reducción de gastos, abandonando las políticas de subidas de impuestos. Así, el déficit fiscal será de un 2,9% en 2013 y de un 2,8% en 2014 (una décima más que en febrero).
Para la mayoría de los países con problemas, la Comisión no estima avances destacables en la reducción del déficit en 2013 y no será hasta 2014 cuando empiecen a ser evidentes los resultados de los procesos de consolidación en marcha, salvo en el caso de España, donde prevé que siga aumentando. (El caso de Chipre es especial ya que el impacto del impacto del rescate de su sector bancario provoca el mayor deterioro de las cuentas públicas dentro de la UEM respecto al informe de febrero). La CE estima que el déficit fiscal se reducirá en Irlanda desde 7,5% en 2013 a 4,3% en 2014, en Portugal desde -5,5% a -4,0% y en Grecia desde -3,8% a -2,6% (la reestructuración de su deuda en marzo de 2012 explica esta favorable evolución). En cuanto a España, prevé un aumento de su déficit fiscal desde el -6,5% de 2013 hasta el -7,0% en 2014, debido a que sigue considerando como hipótesis la reversión de las subidas de impuestos (IRPF y sociedades) de 2012, pese a que el gobierno ya ha anunciado que las retrasará a 2015.
– La persistencia de la crisis económica está provocando que, pese al esfuerzo de consolidación fiscal llevado a cabo, muchos países no puedan cumplir con los objetivos pactados con la CE y soliciten una relajación de estas metas. Esto se traduce, principalmente, en retrasar la fecha en la que alcanzar situar el déficit fiscal por debajo del 3,0% del PIB.
– Algunos de los países rescatados ya han logrado que Bruselas haya retrasado la fecha para lograr un déficit fiscal inferior al 3,0%: en diciembre de 2012, Grecia pactó aplazarlo hasta 2016 y, en marzo de 2013 se aprobó que Portugal e Irlanda lo aplazaran a 2015. España y Francia (que está sufriendo un rápido deterioro de su economía) pretenden atrasarlo hasta 2016 y 2015, respectivamente. (Previsiblemente, este retraso se hará oficial a finales de mes),
En balance, la acumulación de elevados déficit seguirá aumentando la deuda pública, que se situará en 2013 en el 95,5% del PIB en la UEM y llegará al 96% en 2014. En 2013 los valores máximos se alcanzarán en Grecia (175,2%), Italia (131,4%), Irlanda y Portugal (123%). Además, el peso de la deuda en términos de PIB seguirá aumentando en todos los países en 2014 (salvo en Austria, Grecia, Estonia, Alemania e Irlanda), situándose a la cabeza de este deterioro España, Eslovenia, Francia y Eslovaquia.
En cuanto a los riesgos, la CE señala que los escenarios más adversos se han disipado. Sin embargo, la incertidumbre sobre las débiles perspectivas de crecimiento que se manejan, así como la fragilidad del escenario macro y financiero, hacen que los riesgos se concentren a la baja. Entre los principales, destacaría una apreciación del euro, la ralentización de las tan necesarias reformas estructurales y la aplicación de nuevas medidas fiscales si así lo requiriese la situación en algún país.
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