Entradas Etiquetadas con ‘sindicatos’

13
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Para protestar por la crisis económica y solicitar un referéndum sobre la política económica del gobierno de España, los sindicatos CCOO y UGT han convocado de manera conjunta una huelga general para el próximo miércoles 14 de septiembre. Será la décima huelga general desde que se reinstauró la democracia en España. Dos de ellas se hicieron durante los gobiernos de UCD, cuatro mientras gobernaba Felipe González, otra en 2002, contra el gobierno de José María Aznar, después vino la de 2010 contra Zapatero y por último la del 29 de marzo de este año contra la reforma laboral aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy.

Estas huelgas, excepto la de 2010 y la de marzo de 2012, no coinciden con una mala situación económica. Es más, se puede afirmar que casi todas las huelgas generales, desde el punto de vista del ciclo económico, o bien no coinciden con momentos malos o si lo hacen se producen en la fase de salida de la crisis.

La huelga del 14 de noviembre se va a producir en el peor momento económico de la historia de nuestra democracia y  tenderá a aumentar la contracción económica y los problemas que ya tenemos.

Casi todas las huelgas generales tuvieron como objetivo evitar legislaciones que flexibilizasen el mercado laboral, favoreciesen el empleo juvenil, quitasen fuerza a los sindicatos y perjudicasen los intereses de los trabajadores con contratos fijos. En cambio la huelga que se ha convocado para esta semana no. Es una huelga muy extraña. Es para pedir un referéndum, es decir, tratan de presionar al gobierno para que convoque un referéndum y los ciudadanos se manifiesten a favor o en contra de la actual política económica del Ejecutivo.

¿Conseguirá esta huelga general su objetivo? 

Las dos huelgas más importantes de la democracia, la de 1998 y la de 2002 hicieron que los gobiernos echasen hacia atrás las reformas laborales. Un error: ni Felipe González en 1998 ni José María Aznar en 2002 debieron haber cedido a las reivindicaciones sindicales.

En cambio, ni en 2010 (Zapatero) ni en marzo de 2012 (Rajoy) cedieron a las presiones sindicales. Los sindicatos no consiguieron sus objetivos: no pudieron cambiar las reformas laborales de los gobiernos de Zapatero y Rajoy. En la huelga general  de este miércoles tampoco los sindicatos conseguirán nada. El gobierno no puede ceder ante los sindicatos, porque la política económica que sigue Rajoy va a contribuir, a medio plazo, a resolver los problemas económicos de España.

Por otro lado, si España quiere seguir en el euro debe hacer las reformas económicas y aceptar las condiciones fiscales que nos lleven por el camino del crecimiento económico y aumentar así la recaudación fiscal necesaria que nos permita devolver a los mercados los 700.000 millones de euros que les deben las Administraciones Públicas..

Por tanto, la huelga general no podrá hacer cambiar las políticas fiscales, de competencia, laborales y la necesaria reforma del Estado. El gobierno no puede ceder ante los sindicatos, porque está actuando al dictado de los países centrales de la UE y de los mercados exteriores a los que debemos 1 billón de euros (el 100% del PIB español).

¿Queremos ser Irlanda o Grecia?

No se debe olvidar que Irlanda es el único país de los tres que están siendo rescatados por la troika que ha salido de la crisis. ¿Cómo lo ha conseguido? el sector bancario ha sido completamente reestructurado, los salarios han sido reducidos y no ha tenido que hacer frente a las huelgas y manifestaciones sindicales que ha tenido que soportar Grecia (pese a que las medidas de ajuste eran igualmente severas). En definitiva, los irlandeses han salido de una crisis económica aguda porque admitieron que la situación estaba muy mal y que no iba a cambiar con huelgas y revueltas callejeras.

¿Conseguirá la huelga del 14 de noviembre que el Gobierno convoque un referendum para que los ciudadanos opinemos sobre su política económica?
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Para protestar por la crisis económica y solicitar un referéndum sobre la política económica del gobierno de España, los sindicatos CCOO y UGT han convocado de manera conjunta una huelga general para el próximo miércoles 14 de septiembre. Será la décima huelga general desde que se reinstauró la democracia en España. Dos de ellas se hicieron durante los gobiernos de UCD, cuatro mientras gobernaba Felipe González, otra en 2002, contra el gobierno de José María Aznar, después vino la de 2010 contra Zapatero y por último la del 29 de marzo de este año contra la reforma laboral aprobada por el gobierno de Mariano Rajoy. Seguir leyendo…

15
Jun

La negociación colectiva y la reforma laboral

Escrito el 15 junio 2010 por María Jesús Valdemoros en Economía española

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Sobre el contenido de la reforma, creo que hay un aspecto fundamental al que no parece otorgársele la relevancia que tiene. Me refiero a la reforma del sistema de negociación colectiva, probablemente el elemento institucional con mayor impacto sobre los resultados y funcionamiento de nuestro mercado de trabajo, máxime por la manera en que interactúa con otros de esos elementos, como la brecha legal entre contratos temporales y fijos.


La negociación colectiva en España se basa en varios principios, a los que se pueden atribuir diversos defectos. El primero se refiere a la representación de trabajadores y empresas en las mesas negociadoras. La legislación actual permite que las condiciones acordadas por los sindicatos y asociaciones empresariales con voz y voto se apliquen a un porcentaje de trabajadores y empresas muy superior al que se corresponde con la afiliación/asociación a esas organizaciones. Por ejemplo, el sistema actual deja de lado a gran parte de los trabajadores (desempleados y temporales sobre todo) y a muchas pequeñas empresas, cuyos intereses no encuentran defensores. Se produce de ese modo un desajuste entre lo pactado y las necesidades reales del mercado laboral.

El segundo de los principios es el de la eficacia general automática de los convenios de ámbito superior a la empresa. En nuestro caso, la puesta en práctica de este principio ha cuajado en la preeminencia de acuerdos colectivos con un nivel intermedio de centralización (sectorial de provincia). Éste es el peor de los posibles resultados, pues no se aprovechan las ventajas de la centralización -en el caso extremo, un único convenio colectivo nacional necesariamente habría de ajustar salarios a la situación del desempleo- ni las de la descentralización -convenios colectivos por empresas permitirían un mejor ajuste microeconómico. Los salarios terminan desacoplándose de la evolución del paro y de la productividad.

El tercer principio es el de la ultraactividad. La ultraactividad conlleva la extensión de los convenios más allá de la fecha acordada si no se llega a nuevos acuerdos. El problema de esta práctica es que impide adaptarse a las condiciones presentes y, en cierto sentido, sesga el poder negociador de las partes. Se introducen así nuevas rigideces a las ya ocasionadas por los demás principios del sistema y por el resto de características institucional del mercado laboral.

Por todo ello, creo que habría que revisar la vigencia de estos principios. Un sistema de negociación colectiva que recogiera mejor el sentir y la situación de todos los trabajadores y empresas, facilitando que las condiciones pactadas se ajustaran mejor a las posibilidades, demandas y necesidades del mercado, introduciría mayores niveles de flexibilidad y eficiencia. Si la reforma laboral sumara estos cambios a otros, como el cierre de la brecha entre contratos temporales e indefinidos, reforzaría sin ninguna duda su capacidad para reactivar el motor de la creación de empleo.
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