Hace un par de días recordábamos en este blog que hace ahora 15 años España soportaba la tasa de paro y de morosidad más alta de su historia. Y nos preguntábamos si se podría sacar alguna experiencia valiosa de aquella mala situación.
A mi me parece que se puede y debe aprender mucho. En primer lugar, que no interesa una moneda sobrevalorada, como la que tenía entonces la peseta y como la que tuvo el euro durante los últimos años. Una fuerte apreciación del tipo de cambio (entonces de la peseta y después el euro) no es buena para la economía porque se pierde competitividad lo que afecta negativamente a las decisiones de inversión.
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