El próximo 20 de Enero del 2017, Donald John Trump asumirá el cargo como el 45 presidente de los EEUU. 1,91cm, 70 años cumplidos el pasado mes de junio y todo polémica. La revista TIME le ha declarado, “persona del año 2016”, bajo la denominación de: Presidente de los Estados Divididos de América.
¿Cuáles son sus propuestas económicas?
Como se ha comentado previamente en este blog, la primera medida de relevancia es una rebaja fiscal generalizada, incluyendo a las personas físicas (se fijaría entre un mínimo del 12% y un máximo del 33%, el impuesto de sociedades (del 35 al 15%), se bajaría al 10% el gravamen a los beneficios empresariales repatriados del exterior y se eliminaría el impuesto de sucesiones. Es una clara apuesta porque la reducción en la recaudación se vería compensada por el incremento de Consumo e Inversión, y la correspondiente recaudación fiscal, derivada de la menor presión fiscal.
Respecto al comercio internacional, la administración Trump, ha anunciado que cancelará el Tratado Transpacífico (TTP), acuerdo suscrito entre EEUU y 11 países del Pacífico (incluye a México, Japón, Singapur o Australia), y que renegociará el Tratado de Libre Comercio de América del norte en vigor desde el Enero de 1994. El secretario de Comercio saliente, Michael Froman ya ha señalado que este tipo de medidas lo único que conseguirán es incrementar la influencia de China en la escena internacional. Para Trump, la globalización es responsable de la pérdida de un número importante de puestos de trabajo con lo que la solución es proteccionismo.
La última pata de sus tres medidas estrella es realizar un plan muy ambicioso a nivel estatal de obras públicas anunciando inversiones por un importe de 1 trillón de USD en carreteras, puentes y otro tipo de infraestructuras (colegios u hospitales). La administración Trump quiere impulsa las alianzas público privadas (PPP o public-private partnership) dando a las contratistas privados masivos créditos fiscales (se habla de un 80% de los desembolsos iniciales) para que inviertan cerca de 167 billones USD. La lógica de este plan es que el gasto no afectará a los contribuyentes ya que los ingresos derivados del incremento de actividad económica compensarán el menor ingreso fiscal inicial. Los críticos hablan de un gigantesco plan de bienestar para contratistas privados, que con una mínima inversión podrán poseer importantes infraestructuras nacionales
Más Inversión, menos impuestos y proteccionismo en el siglo XXI. No parecen tres medidas que surjan de una lógica económica tradicional pero está claro que el futuro presidente de Estados Unidos puede ser definido de muchas formas menos tradicional. Parece ser que quiere implementar a nivel nacional las medidas que a él le funcionaron a nivel personal.
La historia nos indica que los Presidentes de EEUU tienen su periodo de actividad más importante durante sus primeros seis meses en el cargo. Hay que estar muy atentos a las medidas que se tomen desde la semana que viene hasta el otoño.
Feliz e interesante 2017
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