El Fondo Monetario Internacional ha indicado en sus previsiones de este mes, que este año y el siguiente traerán un crecimiento global superior al del incierto 2016. Frente al 3,1% alcanzado el año del Brexit o de la victoria de Trump se espera alcanzar un 3,4% durante los próximos 12 meses y un 3,6% en el 2018. Los países de renta per cápita más elevada seguirán dando pequeños paso adelante, 1,9% en 2017 y 2% en 2018 (frente al 1,6% del 2016) mientras que las economías emergentes seguirán siendo los principales motores del crecimiento global, 4,5% en 2017 y 4,8% en 2018 frente al 4,1% del ejercicio precedente.
Desde el 2008 hemos escuchado repetidamente el término decoupling o crecimiento desajustado entre los países OCDE y los emergentes. Casi una década después no parece que este desajuste se vaya a reducir. Los factores que han impulsado el crecimiento en las economías desarrolladas como políticas monetarias, relajadas, baja inflación, precio del petróleo a la baja no parecen continuar a lo largo de los próximos 12 meses. El índice de materias primas del FMI apuesta por un incremento del 11% en el 2017 frente a una caída similar el año anterior. En Estados Unidos independientemente de la sorpresa inicial de la elección del nuevo presidente, la Reserva Federal subió los tipos de interés, continuando con lo realizado un año antes y es bastante probable que este ejercicio sea el tercero consecutivo de subidas de tipos. Esto tiene que motivar lógicamente una apreciación del USD frente a otras divisas en los primeros seis meses del 2017. Finalmente la inflación en las economías OCDE muy probablemente se incrementará durante este ejercicio aunque sólo sea como reacción a una subida en los precios de las materias primas.
Respecto a las economías emergentes en el 2017 podemos esperar la mezcla de crecimiento con incremento en la inestabilidad política de los últimos meses. Será un año fundamental para que el nuevo presidente de Brasil logre reducir el descontento social en su país; vamos a ver un nuevo escenario geopolítico en el que los hasta hace poco enemigos Rusia y Turquía (en nov 2015 se derribó un avión de combate ruso cerca de la frontera Siria), van a desempeñar un relevante rol internacional con su mayor cercanía a Estados Unidos; seguiremos con detalle la reacción de México ante las medias tomadas por el nuevo presidente norteamericano, país al que envían un 80% de sus exportaciones y el impacto que pudiese tener en la emigración (las remesas suponen cerca de un 2,5% del PIB Mexicano); veremos si Egipto , tras recibir un préstamo de 12 billones del FMI puede volver a la senda de crecimiento y estabilidad previos a la primavera árabe y si India tiene éxito en bancarizar un país en el que el 90% de las transacciones se realizan en efectivo con medidas como la retirada de los billetes de 500 y 1.000 rupias del mercado.
Parece que este ciclo económico no ha durado 8 años sino que globalmente tenemos que seguir trabajando conjuntamente para ver la luz al final del túnel. El decoupling significa también que a nivel global se reducen las diferencias lo que es una buena noticia.
Toca un año más seguir trabajando.
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