WP_Post Object ( [ID] => 21738 [post_author] => 13322 [post_date] => 2016-10-08 23:59:04 [post_date_gmt] => 2016-10-08 21:59:04 [post_content] => El pasado mes de Julio escribía en este blog sobre la esperanza que, tras el brexit, la relación del Reino Unido con la Unión Europea fuese como la que mantiene Noruega. El pasado viernes la Libra Esterlina cotizo en su nivel más bajo de 31 años frente al USD, o el JPY. ¿El motivo? La palabras de la primera ministra inglesa Theresa May que parecen señalar que, en primer lugar, la salida de la UE será más rápida de lo esperado y que el nuevo estatus no será en absoluto como el de Noruega, ni siquiera como Suiza. Es decir se limitará, por ejemplo, la libre circulación de trabajadores, considerándose, extranjeros a los ciudadanos comunitarios. El político conservador Jeremy Hunt ha indicado que se asegurarán que el Servicio Nacional de Salud sea autosuficiente. El Reino Unido, obviamente es una isla pero tratar, en pleno siglo XXI de aislarse del exterior, no sólo por una cuestión geográfica, sino buscando la autosuficiente en cualquier actividad económica y social, como es la medicina, puede derivar en futuro impredecible y no muy positivo para el Reino Unido y los que han sido sus socios durante décadas. La semana ha estado poblada de declaraciones a cuál más polémica, como por ejemplo, cuando la Ministra del Interior, Amber Rudd ha pedido que las firmas británicas elaboren un listado de los trabajadores no nacionales, sugiriendo que estos quitan el trabajo a los británicos. Hay que señalar que en la actualidad la tasa de desempleo está en torno al 5% mejorando incluso el buen dato de Estados Unidos. Decir que en un país de 65M de ciudadanos, con una renta per cápita que supera los USD 45.000 y una tasa de ocupación cercana al pleno empleo , uno de los principales problema del país son los extranjeros (incluyendo ciudadanos de la UE) que quitan el trabajo a los nacionales, es cuando menos poco riguroso. Otra cuestión importante criticada por la primera ministra, ha sido la laxa política monetaria llevada en el Reino Unido en los últimos años: Los bajos tipos de interés y el quantitative easing fueron definidos como “medidas de emergencia”, que se ha convertido en la dieta habitual en el viejo continente, dañando principalmente a los ahorradores (y pensionistas) a quienes este tipo de actuar de los bancos centrales les ha convertido, desde el inicio de la crisis del 2008 , en más pobres. Además de nuevamente, tratarse de una afirmación discutible, si las políticas económicos que pretende implementar el Reino Unido a partir del 2017, conllevan menos crecimiento económico, pérdida de valor de los mercados de los activos en libras, depreciación de la moneda o el incremento de la prima de riesgo, ciertamente es difícil ver cómo estas medidas van a ayudar a los ahorradores británicos. Hay una creencia extendida en que el impacto, hasta la fecha, del Brexit en la economía británica había sido limitado, principalmente por las políticas implementadas por el Banco Central. Añadir incertidumbre sobre este importante actor, vuelve a ser una medida de inciertos resultados. El Partido de la Independencia del Reino Unido, Ukip, fundado en 1993 con el único objetivo de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, representa a poco más del 12% de los votantes británicos, pero parece que el partido conservador ha iniciado una urgente carrera para atraer a sus votantes con declaraciones demagogas, que aumentan la incertidumbre y actúan negativamente sobre una economía que se estaba comportado muy positivamente [post_title] => ¿Hacia dónde se dirige el Reino Unido? [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => hacia-donde-se-dirige-el-reino-unido [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:55:29 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:29 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=21738 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 3 [filter] => raw )
El pasado mes de Julio escribía en este blog sobre la esperanza que, tras el brexit, la relación del Reino Unido con la Unión Europea fuese como la que mantiene Noruega. El pasado viernes la Libra Esterlina cotizo en su nivel más bajo de 31 años frente al USD, o el JPY.
¿El motivo? La palabras de la primera ministra inglesa Theresa May que parecen señalar que, en primer lugar, la salida de la UE será más rápida de lo esperado y que el nuevo estatus no será en absoluto como el de Noruega, ni siquiera como Suiza. Es decir se limitará, por ejemplo, la libre circulación de trabajadores, considerándose, extranjeros a los ciudadanos comunitarios. El político conservador Jeremy Hunt ha indicado que se asegurarán que el Servicio Nacional de Salud sea autosuficiente. El Reino Unido, obviamente es una isla pero tratar, en pleno siglo XXI de aislarse del exterior, no sólo por una cuestión geográfica, sino buscando la autosuficiente en cualquier actividad económica y social, como es la medicina, puede derivar en futuro impredecible y no muy positivo para el Reino Unido y los que han sido sus socios durante décadas. La semana ha estado poblada de declaraciones a cuál más polémica, como por ejemplo, cuando la Ministra del Interior, Amber Rudd ha pedido que las firmas británicas elaboren un listado de los trabajadores no nacionales, sugiriendo que estos quitan el trabajo a los británicos. Hay que señalar que en la actualidad la tasa de desempleo está en torno al 5% mejorando incluso el buen dato de Estados Unidos. Decir que en un país de 65M de ciudadanos, con una renta per cápita que supera los USD 45.000 y una tasa de ocupación cercana al pleno empleo , uno de los principales problema del país son los extranjeros (incluyendo ciudadanos de la UE) que quitan el trabajo a los nacionales, es cuando menos poco riguroso.
Otra cuestión importante criticada por la primera ministra, ha sido la laxa política monetaria llevada en el Reino Unido en los últimos años: Los bajos tipos de interés y el quantitative easing fueron definidos como “medidas de emergencia”, que se ha convertido en la dieta habitual en el viejo continente, dañando principalmente a los ahorradores (y pensionistas) a quienes este tipo de actuar de los bancos centrales les ha convertido, desde el inicio de la crisis del 2008 , en más pobres. Además de nuevamente, tratarse de una afirmación discutible, si las políticas económicos que pretende implementar el Reino Unido a partir del 2017, conllevan menos crecimiento económico, pérdida de valor de los mercados de los activos en libras, depreciación de la moneda o el incremento de la prima de riesgo, ciertamente es difícil ver cómo estas medidas van a ayudar a los ahorradores británicos. Hay una creencia extendida en que el impacto, hasta la fecha, del Brexit en la economía británica había sido limitado, principalmente por las políticas implementadas por el Banco Central. Añadir incertidumbre sobre este importante actor, vuelve a ser una medida de inciertos resultados.
El Partido de la Independencia del Reino Unido, Ukip, fundado en 1993 con el único objetivo de la salida del Reino Unido de la Unión Europea, representa a poco más del 12% de los votantes británicos, pero parece que el partido conservador ha iniciado una urgente carrera para atraer a sus votantes con declaraciones demagogas, que aumentan la incertidumbre y actúan negativamente sobre una economía que se estaba comportado muy positivamente
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