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    [post_content] => El domingo, Patricia Arquette en su discurso al recoger el Oscar a la mejor actriz secundaria mencionó muchos nombres a los que agradecer y terminó con un alegato a la igualdad de salarios entre hombres y mujeres. Gracias a Patricia Arquette, la relevancia de esta diferencia se pone como titular en los periódicos del mundo.

La brecha salarial no es una leyenda. En la mayoría de los países desarrollados las mujeres están concentradas en sectores donde los salarios son más bajos, pero, además, incluso dentro de profesiones similares, las mujeres ganan menos que sus colegas masculinos. Mucho se ha estudiado al respecto: diferencias de carácter, diferencias en el uso del tiempo, diferencias en la experiencia laboral, etc. Sin embargo, es muy improbable que estos motivos justifiquen en su totalidad la diferencia salarial entre hombres y mujeres dada la importante diversidad dentro de los dos colectivos.

El Gender Gap Index que realiza el World Economic Forum muestra una mejoría global en la situación de las mujeres en el mundo en los 9 años que lleva realizándose. Sin embargo, tal y como explica el informe, este avance procede mayoritariamente del aumento de la presencia de mujeres en las esferas políticas y de liderazgo. Pero si nos fijamos con un poco más de detalle en los subíndices, en el relativo a la participación económica (Economic Participation and Opportunity) ningún país del mundo presenta igualdad de salarios. Además hay pocas sorpresas: los países escandinavos son los mas igualitarios en este aspecto y los países menos desarrollados los menos. En el índice global, esta diferencia entre el salario de hombres y mujeres que hacen trabajos similares es del 62%. Y es verdad que muestra una tendencia a la baja, pero no es nada radical desde luego.

En España, en el 2013, este ratio estaba en torno al 54%. Y aunque la correlación no es directa, hay muchas más mujeres que hombres con educación terciaria (un 22% más). Muchos otros motivos además de la educación pueden estar detrás de estas diferencias salariales pero, en cualquier caso, estamos hablando de cifras difíciles de justificar (y de entender). Solo para que tengamos un poco más de información de España, el mes que viene (marzo 2015) termina el plazo “voluntario” – 8 años- que la Ley de Igualdad de 2007 impuso para la creación de paridad dentro de los consejos de administración. El porcentaje medio durante el año pasado en lo que a representación de mujeres en consejos se refiere fue del 15,6%. De nuevo, inferior al 40% propuesto inicialmente. Y es verdad que las cifras han mejorado, pero estamos lejos de una potencial igualdad en la representación de los dos géneros en las altas esferas económicas.

La desigualdad en estos ámbitos está muy relacionada y lastra el potencial de los países para crecer, ya sea por no aprovechar mano de obra cualificada o por la injusticia social que implica la falta de expectativas positivas generadas a la mitad de la población. Gracias Patricia Arquette por recordarnos que no nos debemos olvidar de este tema.
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Feb

Igualdad de género en los Oscars

Escrito el 23 febrero 2015 por Patricia Gabaldón en Uncategorized

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La brecha salarial no es una leyenda. En la mayoría de los países desarrollados las mujeres están concentradas en sectores donde los salarios son más bajos, pero, además, incluso dentro de profesiones similares, las mujeres ganan menos que sus colegas masculinos. Mucho se ha estudiado al respecto: diferencias de carácter, diferencias en el uso del tiempo, diferencias en la experiencia laboral, etc. Sin embargo, es muy improbable que estos motivos justifiquen en su totalidad la diferencia salarial entre hombres y mujeres dada la importante diversidad dentro de los dos colectivos.

El Gender Gap Index que realiza el World Economic Forum muestra una mejoría global en la situación de las mujeres en el mundo en los 9 años que lleva realizándose. Sin embargo, tal y como explica el informe, este avance procede mayoritariamente del aumento de la presencia de mujeres en las esferas políticas y de liderazgo. Pero si nos fijamos con un poco más de detalle en los subíndices, en el relativo a la participación económica (Economic Participation and Opportunity) ningún país del mundo presenta igualdad de salarios. Además hay pocas sorpresas: los países escandinavos son los mas igualitarios en este aspecto y los países menos desarrollados los menos. En el índice global, esta diferencia entre el salario de hombres y mujeres que hacen trabajos similares es del 62%. Y es verdad que muestra una tendencia a la baja, pero no es nada radical desde luego.

En España, en el 2013, este ratio estaba en torno al 54%. Y aunque la correlación no es directa, hay muchas más mujeres que hombres con educación terciaria (un 22% más). Muchos otros motivos además de la educación pueden estar detrás de estas diferencias salariales pero, en cualquier caso, estamos hablando de cifras difíciles de justificar (y de entender). Solo para que tengamos un poco más de información de España, el mes que viene (marzo 2015) termina el plazo “voluntario” – 8 años- que la Ley de Igualdad de 2007 impuso para la creación de paridad dentro de los consejos de administración. El porcentaje medio durante el año pasado en lo que a representación de mujeres en consejos se refiere fue del 15,6%. De nuevo, inferior al 40% propuesto inicialmente. Y es verdad que las cifras han mejorado, pero estamos lejos de una potencial igualdad en la representación de los dos géneros en las altas esferas económicas.

La desigualdad en estos ámbitos está muy relacionada y lastra el potencial de los países para crecer, ya sea por no aprovechar mano de obra cualificada o por la injusticia social que implica la falta de expectativas positivas generadas a la mitad de la población. Gracias Patricia Arquette por recordarnos que no nos debemos olvidar de este tema.
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El domingo, Patricia Arquette en su discurso al recoger el Oscar a la mejor actriz secundaria mencionó muchos nombres a los que agradecer y terminó con un alegato a la igualdad de salarios entre hombres y mujeres. Gracias a Patricia Arquette, la relevancia de esta diferencia se pone como titular en los periódicos del mundo.

La brecha salarial no es una leyenda. En la mayoría de los países desarrollados las mujeres están concentradas en sectores donde los salarios son más bajos, pero, además, incluso dentro de profesiones similares, las mujeres ganan menos que sus colegas masculinos. Mucho se ha estudiado al respecto: diferencias de carácter, diferencias en el uso del tiempo, diferencias en la experiencia laboral, etc. Sin embargo, es muy improbable que estos motivos justifiquen en su totalidad la diferencia salarial entre hombres y mujeres dada la importante diversidad dentro de los dos colectivos.

El Gender Gap Index que realiza el World Economic Forum muestra una mejoría global en la situación de las mujeres en el mundo en los 9 años que lleva realizándose. Sin embargo, tal y como explica el informe, este avance procede mayoritariamente del aumento de la presencia de mujeres en las esferas políticas y de liderazgo. Pero si nos fijamos con un poco más de detalle en los subíndices, en el relativo a la participación económica (Economic Participation and Opportunity) ningún país del mundo presenta igualdad de salarios. Además hay pocas sorpresas: los países escandinavos son los mas igualitarios en este aspecto y los países menos desarrollados los menos. En el índice global, esta diferencia entre el salario de hombres y mujeres que hacen trabajos similares es del 62%. Y es verdad que muestra una tendencia a la baja, pero no es nada radical desde luego.

En España, en el 2013, este ratio estaba en torno al 54%. Y aunque la correlación no es directa, hay muchas más mujeres que hombres con educación terciaria (un 22% más). Muchos otros motivos además de la educación pueden estar detrás de estas diferencias salariales pero, en cualquier caso, estamos hablando de cifras difíciles de justificar (y de entender). Solo para que tengamos un poco más de información de España, el mes que viene (marzo 2015) termina el plazo “voluntario” – 8 años- que la Ley de Igualdad de 2007 impuso para la creación de paridad dentro de los consejos de administración. El porcentaje medio durante el año pasado en lo que a representación de mujeres en consejos se refiere fue del 15,6%. De nuevo, inferior al 40% propuesto inicialmente. Y es verdad que las cifras han mejorado, pero estamos lejos de una potencial igualdad en la representación de los dos géneros en las altas esferas económicas.

La desigualdad en estos ámbitos está muy relacionada y lastra el potencial de los países para crecer, ya sea por no aprovechar mano de obra cualificada o por la injusticia social que implica la falta de expectativas positivas generadas a la mitad de la población. Gracias Patricia Arquette por recordarnos que no nos debemos olvidar de este tema.

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