Durante esta semana se han publicado datos muy relevantes sobre la situación actual de la economía española. El INE dio a conocer la Contabilidad Nacional del tercer trimestre de este año, los Índices de Comercio al por Menor de octubre y la evolución de los precios de consumo durante este mes de noviembre. Además, el Banco de España publicó ayer la balanza de pagos de los nueve primeros meses del año. Todo ello confirma que la economía española está creciendo gracias a la demanda interna, a la vez que el déficit exterior aumenta (debido al deterioro del desequilibrio comercial). Este aumento del déficit comercial muestra que el fuerte aumento de las exportaciones y la brusca caída de las importaciones que se produjeron durante la crisis (2007-2013) tuvieron un elevado componente cíclico. Desgraciadamente, ahora que la economía crece a un ritmo mayor el déficit comercial empieza a repuntar.
A pesar de este desequilibrio exterior los datos de la Contabilidad Nacional del tercer trimestre se pueden considerar positivos. La producción española de bienes y servicios (PIB) aumentó un 0,5% en el tercer trimestre del año, continuando así una tendencia creciente que comenzó hace un año y medio. En términos anuales el crecimiento del PIB fue de un 1,6% que es la mayor tasa de crecimiento interanual desde el comienzo de la crisis.
El crecimiento del PIB se ha debido al aumento de todos los componentes de la demanda agregada: consumo de las familias, gasto público, inversión en bienes de equipo y en construcción y exportaciones de bienes y servicios. El crecimiento de todos estos componentes ha podido compensar el fuerte aumento de las importaciones (4,7% trimestral).
Sigue aumentando la demanda interna
En el tercer trimestre de 2014 el consumo público creció muy poco (0,1%) con respecto al segundo trimestre. Desgraciadamente, a partir de ahora, los necesarios ajustes del gasto que deberían seguir haciendo las Administraciones Públicas se paralizarán; es decir el consumo público seguirá aumentando en los próximos trimestres debido a que 2015 será año electoral.
El consumo de los hogares aumentó por quinto trimestre consecutivo y lo hizo al mayor ritmo en tres años y medio (si se exceptúa el segundo trimestre de este año): un 0,8%. En el futuro y como consecuencia del aumento del empleo esperamos que siga creciendo el consumo privado. Efectivamente, los datos publicados ayer por el INE, muestran un aumento en octubre del comercio minorista de un 1% anual (desestacionalizado).
Crecen las exportaciones
Durante el tercer trimestre las exportaciones de bienes y servicios crecieron con fuerza: un 3,5%, frente a un 1,3% en el segundo. Las exportaciones de servicios aumentaron un 1,6%, en gran parte gracias al extraordinario comportamiento del sector turístico. Desde septiembre de 2013 a septiembre de 2014 entraron en España más de 64 millones de turistas, una cifra récord por encima incluso de los máximos anteriores a la crisis. Además, los turistas que vienen compran más. Los últimos datos del Ministerio de Industria, Energía y Turismo señalan que entre enero y octubre los turistas gastaron 56.374 millones de euros (un 7% más que en el mismo periodo de 2013).
Lo más sorprendente de los datos publicados por el INE es que las exportaciones de bienes y servicios han recuperado su ritmo de crecimiento (3,5%). Sin embargo, las importaciones, a pesar de la caída del precio del petróleo, crecen más (4,7%). Como consecuencia, la balanza de pagos publicada ayer muestra que la cuenta corriente acumulada entre enero y septiembre arroja un saldo negativo de 4.200 millones de euros (-0,2% del PIB). Un cambio de signo respecto al mismo periodo del año pasado en el que la economía española presentó un superávit de 9.300 millones (+1,5% del PIB)
En definitiva, las exportaciones de bienes y servicios siguen creciendo por encima de la producción nacional y es de esperar que continúen así durante el resto del año con la ayudada de la depreciación del euro. Sin embargo, el ritmo de crecimiento de las importaciones ha sido mayor que el de las exportaciones, por lo que la economía española sigue necesitando de medidas que reduzcan los costes de las empresas.
Por ahora, España sigue ganando competitividad. El INE anunció el jueves que los precios de los bienes de consumo siguen cayendo. El INE señaló que en los doce últimos meses (desde diciembre de 2013 a noviembre de 2014) el IPC Armonizado se redujo (-0,5%). Continúa la tendencia iniciada hace cinco meses de crecimientos negativos en los precios. En cambio, el conjunto de la eurozona mantiene una inflación positiva (+0,3%), lo que quiere decir que nuestros precios son cada vez más bajos en comparación con la media de los países con los que competimos. Una buena noticia para nuestra economía, ya que menores precios suponen una ganancia de poder adquisitivo para los consumidores a la vez que un aumento de competitividad para nuestras exportaciones.
No parece que, por ahora, haya síntomas de deflación. Primero, porque los precios llevan muy poco tiempo bajando y segundo, porque el gasto en bienes de consumo duradero sigue aumentando. Es decir, los consumidores no están esperando a ver si continúan bajando los precios para comprar; un dato: las ventas minoristas de bienes de equipo del hogar (muebles, electrodomésticos y tecnología) aumentaron un 4% en los últimos doce meses.
Inversión en bienes de equipo
Este aumento del consumo y de las exportaciones está exigiendo una mayor inversión en capital productivo. Efectivamente según la Contabilidad Nacional, en el tercer trimestre del año 2014, la inversión en bienes de equipo aumentó por séptimo trimestre consecutivo (+1,7%) y la inversión en construcción se empieza a recuperar (0,6%).
Además, los datos de ayer del Banco de España también muestran que aunque la inversión directa exterior sigue llegando a nuestro país, ahora lo hace en menor cuantía: 22.700 millones desde enero a septiembre de este año frente a 23.100 millones en el mismo periodo del año anterior.
Esta menor entrada de inversión extranjera directa viene de la mano de la debilidad de nuestros socios europeos y también por la amenaza que puede suponer para los inversores nacionales y extranjeros los movimientos populistas como Podemos, la posible separación de Cataluña del resto de España y la falta de voluntad política para erradicar los episodios de corrupción.
En general, los datos muestran que la economía española sigue mejorando y se espera que en el conjunto de este año el PIB crezca un 1,4%. Desgraciadamente, España está teniendo el mismo patrón de recuperación económica que ha seguido en los últimos 50 años.
1º) Aumentan las exportaciones de bienes y servicios, que fueron el principal motor que permitió la recuperación de la economía.
2º) Avanza la demanda en bienes de equipo por las necesidades de inversión que se derivan del crecimiento de las exportaciones y de la demanda interna.
3º) Se está produciendo una mejora del empleo (hasta el mes de octubre, en términos desestacionalizados, ya son catorce los meses consecutivos de incremento de afiliados a la Seguridad Social).
4º) Esa mejora del empleo ya está dando paso a una reactivación del consumo como ponen de manifiesto los datos de contabilidad nacional, comercio minorista, de aumento de confianza del consumidor, del crédito al consumo, de ventas de automóviles, etc. Así, según los datos de la Contabilidad Nacional que estamos comentando, en el tercer trimestre del año con respecto al mismo periodo del año pasado se crearon 221.000 empleos (medido en puestos de trabajo equivalente a tiempo completo), lo que supone un aumento del 1,4% anual. En el futuro el consumo familiar va a seguir aumentando como consecuencia de la reducción de los impuestos, la bajada del precio del petróleo, el aumento del empleo y el incremento de la riqueza de las familias.
En resumen, la demanda interna comienza a crecer con fuerza. Este aumento de la demanda interna está aumentando el crónico desequilibrio de la balanza comercial. El resultado de este comportamiento es que el saldo exterior ha cambiado de tendencia: hemos pasado de tener un superávit en la cuenta corriente a un déficit. Es sabido que durante la crisis nuestros empresarios han hecho un esfuerzo importante por exportar y sustituir las importaciones por producción nacional. Precisamente el crecimiento futuro se debe basar en una exportación estable y creciente. De ahí la necesidad de insistir en la necesidad de una estructura productiva todavía más competitiva para lo cual es necesario seguir ajustando los costes, aumentando el nivel tecnológico, mejorando la formación profesional, realizando las reformas estructurales y aumentando la productividad. Solo así, y no con increíbles programas económico populistas, se podrá consolidar la recuperación.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «Vuelve con fuerza el déficit exterior«. Expansión 30 de noviembre de 214. Página 50
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