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¿Impagar la deuda?

Escrito el 29 noviembre 2014 por Miguel Aguirre Uzquiano en Economía española

Me imagino que todos, quizás siendo niños, nos hemos planteado por qué hay gente pobre.  Por qué no es posible dar a todos los necesitados, e, g, 200.000 eur para que salgan de su situación de necesidad.  Últimamente, leyendo los periódicos parece que hay mucha gente que no se ha dado cuenta que cuando imprimes papel sin nada que lo soporte, lo que vas acabar teniendo es papel que cada vez tiene menos valor y una inflación que hace esa mayor renta disponible se tenga que utilizar en pagar precios más altos para pagar los mismos bienes.

Si un joven empresario crea una sociedad con un capital social de 10.000 EUR y quiere vender acciones a un valor nominal de 1 EUR, es obvio que puede vender 10.000.  Si duplicase el valor de la oferta  el valor real se dividiría por dos, si lo cuadruplicase, se dividiría por cuatro…. y así hasta lograr que los tenedores de sus acciones tuviesen papeles cuyo valor fuese inferior que el propio papel en el que está impreso.DEUDA PUBLICA 2014

En España tuvimos ya ejemplos en el 2010 en el que  un incremento poco racional del gasto público focalizado en inversión no productiva (levantar y cerrar aceras, aeropuertos sin aviones, circunvalaciones sin coches) lo que genera es el gasto, deja la deuda y su efecto en la economía real es efímero.  Si en una familia los gastos son inferiores a los ingresos se genera capacidad de ahorro o de consumo.  Si por el contrario los gastos superan a los ingresos se tiene que financiar ese exceso a través de prestamistas.  Si eres una familia que permanentemente vives por encima de tus posibilidades tienes que ser consciente que te lo están permitiendo tus financiadores.   Si te dedicas a insultar a estos o amenazarles con posibles impagos de los créditos debidos lo que estas pidiendo a gritos es que te cierren el grifo de la liquidez.  Es cierto que una deuda enorme, digamos como el PIB de España -1 billón de EUR- es un problema para el deudor y también para los acreedores.  Pero plantear en el siglo XXI que no se va a pagar a los financiadores al mismo tiempo que se anuncia que se va a duplicar el gasto es desafiar la lógica más elemental.  Una buena idea sería adecuar el gasto al ingreso para no depender sistemáticamente de los prestamistas y dejar de inflar a impuestos a empresas y clase media para pagar una estructura del gasto cada vez más  improductiva

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