El jueves de la semana pasada conocimos la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de este año y el Banco de España publicó sus estimaciones del crecimiento económico de España también para el tercer trimestre de este año. Además, el martes de la semana pasada el INE publicó el Índice de Cifra de Negocio Empresarial para el mes de agosto. Los resultados han sido muy buenos y señalan, una vez más, que la economía española se recupera.
Según los datos de la EPA, en el tercer trimestre se produjo una reducción en el número de parados de 195.200 personas, la mayor caída en un tercer trimestre de toda la serie histórica. Como consecuencia la tasa de paro entre julio y septiembre de este año fue del 23,7%. Una notable reducción ya que hace un año se situaba en el 25,7% y es, además, la menor tasa de desempleo desde el cuarto trimestre de 2011. España tiene ahora 5,4 millones de desempleados, que es el volumen de parados más bajo desde el cuarto trimestre de 2011. Además, durante el tercer trimestre de este año España aumentó la ocupación en 151.000 empleos más. El mercado laboral sigue dando signos de crecimiento en el empleo pero ¿se puede decir que también aumenta la calidad? Como en casi todo, la respuesta no es única. Durante el tercer trimestre se pueden observar aspectos más positivos y otros negativos.
Entre los positivos se encuentran: 1) los trabajadores por cuenta propia aumentan (+58.500) y más del 80% da empleo a otras personas, 2) la ocupación a tiempo completo crece (+370.700) y a tiempo parcial se reduce (-219.700), 3) la importante reducción del paro juvenil, que aunque sigue estando en un nivel muy elevado, ha caído hasta el 52% en el tercer trimestre desde el 56% del trimestre anterior y 4) continúa el ajuste del empleo público con una reducción de 3.900 trabajadores.
Las principales señales de deterioro de la calidad son: 1) los asalariados con contrato temporal crecen (+122.400) y los contratados indefinidos se reducen (-26.700) y 2) el desempleo entre los más jóvenes, entre 16 y 19 años, continúa en un nivel preocupante (67%) lo que refleja probablemente el elevado abandono escolar y la falta de formación de grado medio.
Además, sigue la tendencia, iniciada hace ya varios años, de reducción de la población activa. Efectivamente, no toda la reducción del paro se traduce en aumento de la ocupación. La diferencia (44.200) es la reducción de la población activa, que fundamentalmente se trata de extranjeros que salen del país.
La economía sigue avanzando
Los datos del Banco de España sobre las previsiones de la economía española acompañan estos buenos resultados de la EPA. Para el tercer trimestre calcula un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) del 0,5% con respecto al segundo trimestre, consolidándose así la tendencia positiva que comenzó hace ya cinco trimestres.
Los datos del Banco de España muestran una vez más que los aumentos de la producción entre el segundo y el tercer trimestre, generan aumentos en el empleo. Este mayor empleo está aumentando la renta disponible de los hogares lo que fortalece el aumento del consumo privado (0,5% trimestral). Ante esta mayor demanda las empresas están produciendo más por lo que necesitan invertir más. De ahí que se haya producido un crecimiento de la formación bruta de capital en el tercer trimestre, con respecto al segundo, del 1,5%. Esta mayor inversión genera un círculo virtuoso que hace crecer el empleo, el consumo y la producción.
Efectivamente también los datos del INE de la Cifra de Negocios Empresarial señalan un crecimiento mensual. Un 2,1% en el mes de agosto, el mayor desde hace un año. Sin embargo, este aumento de la demanda nacional está teniendo consecuencias negativas sobre el saldo comercial. Efectivamente, el crecimiento de la demanda interna hace que las importaciones crezcan a mayor ritmo que las exportaciones y que aumente el déficit de la balanza de mercancías. Esta situación podría estar dañando el modelo de crecimiento basado en el equilibrio exterior en el que se ha venido apoyando en los últimos años la economía española.
Perspectivas de futuro
Sin embargo, por el momento, las expectativas son halagüeñas. La depreciación del euro en los mercados internacionales, especialmente frente al dólar, y las buenas perspectivas de crecimiento de la economía mundial hacen que podamos esperar en 2015 un crecimiento mayor de las exportaciones y una mejora del saldo exterior.
Durante el próximo año España seguirá creciendo y generando empleo. Sin embargo, todavía hay tareas pendientes. Por ejemplo, cada vez es más necesaria una segunda generación de reformas del mercado de trabajo que consoliden su recuperación a largo plazo y que reduzcan la muy elevada tasa de paro. Además, la formación del capital humano se debe dirigir a conseguir una mejor cualificación profesional para aumentar la empleabilidad de la fuerza laboral. Desgraciadamente, durante el tercer trimestre 867.600 jóvenes entre 16 y 25 años buscaron trabajo pero no lo consiguieron.
En definitiva, los datos del tercer trimestre muestran que España está mejorando notablemente tanto en crecimiento económico como en su mercado laboral, pero todavía queda mucho por hacer.
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