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    [post_content] => La Comisión Europa considera que la fase actual de recuperación en Europa continúa ganando dinamismo, aunque apenas mejora sus previsiones en 0,1 p.p. respecto a su informe de otoño tanto para 2014 (+1,5% en UE y +1,2% en la UEM) como para 2015 (+2,0% y +1,8%, respectivamente).

Dibujo

La mejora del escenario es bastante generalizada para este año: entre los 18 países de la UEM, se observan 11 revisiones al alza, 5 a la baja y 2 no cambian respecto a las previsiones de otoño. Además, los diferenciales de crecimiento se están estrechando, sobre todo, entre los principales países, pero siguen siendo demasiado elevados. Se espera que Letonia sea el país más dinámico (+4,2%) y que Chipre registre el peor comportamiento (-4,8%).

El principal motor de crecimiento en 2014 y 2015 será la aceleración de la demanda interna (gracias al repunte en la inversión en bienes de equipo), si bien reconoce que el ritmo de crecimiento de la región seguirá lastrado por las consecuencias de la severidad de la crisis financiera; básicamente, el proceso de desapalancamiento del sector privado, el deterioro del acceso a la financiación y los ajustes necesarios para corregir desequilibrios internos y externos.

El mercado laboral

El mercado laboral está estabilizándose de forma gradual, pero el desempleo se mantendrá en niveles elevados –el mercado laboral suele ir retrasado en torno a 6 meses respecto al crecimiento del PIB–. La Comisión espera una modesta creación de empleo en términos netos en los próximos años y que la tasa de paro retroceda hacia niveles del 11,7% en la UEM en 2015 (las diferencias entre países seguirán siendo muy significativas).

Inflación

Por otro lado, revisa a la baja su previsión de inflación en 0,5 p.p. hasta situarla en el rango 1,0%-1,25% en 2014 y 2015, lo que podría llegar a ejercer cierta presión adicional sobre el BCE. Para una región altamente endeudada, sobre todo, en los países periféricos, una inflación tan baja tiene un impacto negativo en el necesario proceso de corrección de los desequilibrios, dificulta la ganancia de competitividad, genera inercias depresivas y podría reactivar la crisis soberana.

La Comisión considera que los programas de consolidación fiscal comienzan a dar resultado, si bien, las economías periféricas siguen siendo vulnerables:
- El esfuerzo de consolidación se mantendrá en 2014 (el déficit se situará en el 2,6% del PIB en 2014 frente a 3,1% en 2013); pero la política fiscal será neutral para el crecimiento en 2015 (el déficit se mantendrá en el 2,5% del PIB). Por su parte, la deuda pública debería tocar techo este año en el 95,9% del PIB y descender hasta el 95,4% en 2015 (se situó en el 95,5% del PIB en 2013).
- Por países, el mayor déficit fiscal en 2014 se estima para España. Además, la economía española aún mantendrá un elevado déficit primario (-2,2% del PIB), mientras el resto de periféricos logran equilibrio (Irlanda) o superávit (Grecia, Italia y Portugal). Esto explica las diferencias en las tendencias para la deuda: en España se espera que vuelva aumentar en 2014, mientras en Irlanda, Portugal y Grecia habría tocado techo y podría caer (en Italia aumentaría levemente).

En cuanto a los riesgos, la Comisión considera que están más contenidos respecto al anterior informe de otoño, si bien siguen pesando más a la baja que al alza:

1) El mayor riesgo a la baja sobre las previsiones actuales sería la paralización de la agenda reformadora, tanto en los países como en el conjunto de la UEM, lo que resultaría en un deterioro en el potencial de crecimiento y consolidaría niveles elevados de desempleo.

2) Unos niveles de inflación inferiores a los considerados podría poner en riesgo el ajuste de desequilibrios entre las economías más vulnerables; si bien teniendo en cuenta el gradual dinamismo de la recuperación y la mejora en la confianza, la probabilidad de que se produzca un shock significativo que desencadene una espiral deflacionista en la región es marginal.

3) Por el contrario, destaca como positivo la puesta en marcha de reformas estructurales de calado en las economías más vulnerables, ya que supondría poner en marcha el círculo virtuoso de aumento de la confianza, mayor crecimiento económico y una mejora en la oferta de crédito por parte de la banca europea.

España

En el caso de España, gracias a la mejora de la confianza y de las condiciones de financiación, la recuperación de la economía se consolidará en los próximos trimestres. En consecuencia, la CE mejora su previsión de crecimiento para este año, medio punto hasta el 1%, mientras que para 2015 la mantiene en el 1,7%. Aunque el desapalancamiento del sector privado seguirá limitando el dinamismo de la demanda interna,

(i) el consumo de los hogares se verá beneficiado por la mejora de la renta disponible, impulsada, a su vez, por las mejores perspectivas para el empleo y la moderada inflación, y

(ii) las mejores perspectivas y la fortaleza de la demanda externa tirarán de la inversión de las empresas.

Entre los factores de riesgo que amenazan estas previsiones la CE destaca una ralentización más intensa de lo previsto en las economías emergentes, sobre todo América Latina. Por el lado positivo, una relajación más rápida de las condiciones de financiación facilitaría la reactivación de la demanda interna.
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25
Feb

Nuevas previsiones de la Comisión Europea

Escrito el 25 febrero 2014 por José Ramón Diez Guijarro en Economía española, Previsiones económicas, Unión Europea

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Dibujo

La mejora del escenario es bastante generalizada para este año: entre los 18 países de la UEM, se observan 11 revisiones al alza, 5 a la baja y 2 no cambian respecto a las previsiones de otoño. Además, los diferenciales de crecimiento se están estrechando, sobre todo, entre los principales países, pero siguen siendo demasiado elevados. Se espera que Letonia sea el país más dinámico (+4,2%) y que Chipre registre el peor comportamiento (-4,8%).

El principal motor de crecimiento en 2014 y 2015 será la aceleración de la demanda interna (gracias al repunte en la inversión en bienes de equipo), si bien reconoce que el ritmo de crecimiento de la región seguirá lastrado por las consecuencias de la severidad de la crisis financiera; básicamente, el proceso de desapalancamiento del sector privado, el deterioro del acceso a la financiación y los ajustes necesarios para corregir desequilibrios internos y externos.

El mercado laboral

El mercado laboral está estabilizándose de forma gradual, pero el desempleo se mantendrá en niveles elevados –el mercado laboral suele ir retrasado en torno a 6 meses respecto al crecimiento del PIB–. La Comisión espera una modesta creación de empleo en términos netos en los próximos años y que la tasa de paro retroceda hacia niveles del 11,7% en la UEM en 2015 (las diferencias entre países seguirán siendo muy significativas).

Inflación

Por otro lado, revisa a la baja su previsión de inflación en 0,5 p.p. hasta situarla en el rango 1,0%-1,25% en 2014 y 2015, lo que podría llegar a ejercer cierta presión adicional sobre el BCE. Para una región altamente endeudada, sobre todo, en los países periféricos, una inflación tan baja tiene un impacto negativo en el necesario proceso de corrección de los desequilibrios, dificulta la ganancia de competitividad, genera inercias depresivas y podría reactivar la crisis soberana.

La Comisión considera que los programas de consolidación fiscal comienzan a dar resultado, si bien, las economías periféricas siguen siendo vulnerables:
- El esfuerzo de consolidación se mantendrá en 2014 (el déficit se situará en el 2,6% del PIB en 2014 frente a 3,1% en 2013); pero la política fiscal será neutral para el crecimiento en 2015 (el déficit se mantendrá en el 2,5% del PIB). Por su parte, la deuda pública debería tocar techo este año en el 95,9% del PIB y descender hasta el 95,4% en 2015 (se situó en el 95,5% del PIB en 2013).
- Por países, el mayor déficit fiscal en 2014 se estima para España. Además, la economía española aún mantendrá un elevado déficit primario (-2,2% del PIB), mientras el resto de periféricos logran equilibrio (Irlanda) o superávit (Grecia, Italia y Portugal). Esto explica las diferencias en las tendencias para la deuda: en España se espera que vuelva aumentar en 2014, mientras en Irlanda, Portugal y Grecia habría tocado techo y podría caer (en Italia aumentaría levemente).

En cuanto a los riesgos, la Comisión considera que están más contenidos respecto al anterior informe de otoño, si bien siguen pesando más a la baja que al alza:

1) El mayor riesgo a la baja sobre las previsiones actuales sería la paralización de la agenda reformadora, tanto en los países como en el conjunto de la UEM, lo que resultaría en un deterioro en el potencial de crecimiento y consolidaría niveles elevados de desempleo.

2) Unos niveles de inflación inferiores a los considerados podría poner en riesgo el ajuste de desequilibrios entre las economías más vulnerables; si bien teniendo en cuenta el gradual dinamismo de la recuperación y la mejora en la confianza, la probabilidad de que se produzca un shock significativo que desencadene una espiral deflacionista en la región es marginal.

3) Por el contrario, destaca como positivo la puesta en marcha de reformas estructurales de calado en las economías más vulnerables, ya que supondría poner en marcha el círculo virtuoso de aumento de la confianza, mayor crecimiento económico y una mejora en la oferta de crédito por parte de la banca europea.

España

En el caso de España, gracias a la mejora de la confianza y de las condiciones de financiación, la recuperación de la economía se consolidará en los próximos trimestres. En consecuencia, la CE mejora su previsión de crecimiento para este año, medio punto hasta el 1%, mientras que para 2015 la mantiene en el 1,7%. Aunque el desapalancamiento del sector privado seguirá limitando el dinamismo de la demanda interna,

(i) el consumo de los hogares se verá beneficiado por la mejora de la renta disponible, impulsada, a su vez, por las mejores perspectivas para el empleo y la moderada inflación, y

(ii) las mejores perspectivas y la fortaleza de la demanda externa tirarán de la inversión de las empresas.

Entre los factores de riesgo que amenazan estas previsiones la CE destaca una ralentización más intensa de lo previsto en las economías emergentes, sobre todo América Latina. Por el lado positivo, una relajación más rápida de las condiciones de financiación facilitaría la reactivación de la demanda interna.
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Dibujo

La mejora del escenario es bastante generalizada para este año: entre los 18 países de la UEM, se observan 11 revisiones al alza, 5 a la baja y 2 no cambian respecto a las previsiones de otoño. Además, los diferenciales de crecimiento se están estrechando, sobre todo, entre los principales países, pero siguen siendo demasiado elevados. Se espera que Letonia sea el país más dinámico (+4,2%) y que Chipre registre el peor comportamiento (-4,8%).

El principal motor de crecimiento en 2014 y 2015 será la aceleración de la demanda interna (gracias al repunte en la inversión en bienes de equipo), si bien reconoce que el ritmo de crecimiento de la región seguirá lastrado por las consecuencias de la severidad de la crisis financiera; básicamente, el proceso de desapalancamiento del sector privado, el deterioro del acceso a la financiación y los ajustes necesarios para corregir desequilibrios internos y externos.

El mercado laboral

El mercado laboral está estabilizándose de forma gradual, pero el desempleo se mantendrá en niveles elevados –el mercado laboral suele ir retrasado en torno a 6 meses respecto al crecimiento del PIB–. La Comisión espera una modesta creación de empleo en términos netos en los próximos años y que la tasa de paro retroceda hacia niveles del 11,7% en la UEM en 2015 (las diferencias entre países seguirán siendo muy significativas).

Inflación

Por otro lado, revisa a la baja su previsión de inflación en 0,5 p.p. hasta situarla en el rango 1,0%-1,25% en 2014 y 2015, lo que podría llegar a ejercer cierta presión adicional sobre el BCE. Para una región altamente endeudada, sobre todo, en los países periféricos, una inflación tan baja tiene un impacto negativo en el necesario proceso de corrección de los desequilibrios, dificulta la ganancia de competitividad, genera inercias depresivas y podría reactivar la crisis soberana.

La Comisión considera que los programas de consolidación fiscal comienzan a dar resultado, si bien, las economías periféricas siguen siendo vulnerables:
– El esfuerzo de consolidación se mantendrá en 2014 (el déficit se situará en el 2,6% del PIB en 2014 frente a 3,1% en 2013); pero la política fiscal será neutral para el crecimiento en 2015 (el déficit se mantendrá en el 2,5% del PIB). Por su parte, la deuda pública debería tocar techo este año en el 95,9% del PIB y descender hasta el 95,4% en 2015 (se situó en el 95,5% del PIB en 2013).
Por países, el mayor déficit fiscal en 2014 se estima para España. Además, la economía española aún mantendrá un elevado déficit primario (-2,2% del PIB), mientras el resto de periféricos logran equilibrio (Irlanda) o superávit (Grecia, Italia y Portugal). Esto explica las diferencias en las tendencias para la deuda: en España se espera que vuelva aumentar en 2014, mientras en Irlanda, Portugal y Grecia habría tocado techo y podría caer (en Italia aumentaría levemente).

En cuanto a los riesgos, la Comisión considera que están más contenidos respecto al anterior informe de otoño, si bien siguen pesando más a la baja que al alza:

1) El mayor riesgo a la baja sobre las previsiones actuales sería la paralización de la agenda reformadora, tanto en los países como en el conjunto de la UEM, lo que resultaría en un deterioro en el potencial de crecimiento y consolidaría niveles elevados de desempleo.

2) Unos niveles de inflación inferiores a los considerados podría poner en riesgo el ajuste de desequilibrios entre las economías más vulnerables; si bien teniendo en cuenta el gradual dinamismo de la recuperación y la mejora en la confianza, la probabilidad de que se produzca un shock significativo que desencadene una espiral deflacionista en la región es marginal.

3) Por el contrario, destaca como positivo la puesta en marcha de reformas estructurales de calado en las economías más vulnerables, ya que supondría poner en marcha el círculo virtuoso de aumento de la confianza, mayor crecimiento económico y una mejora en la oferta de crédito por parte de la banca europea.

España

En el caso de España, gracias a la mejora de la confianza y de las condiciones de financiación, la recuperación de la economía se consolidará en los próximos trimestres. En consecuencia, la CE mejora su previsión de crecimiento para este año, medio punto hasta el 1%, mientras que para 2015 la mantiene en el 1,7%. Aunque el desapalancamiento del sector privado seguirá limitando el dinamismo de la demanda interna,

(i) el consumo de los hogares se verá beneficiado por la mejora de la renta disponible, impulsada, a su vez, por las mejores perspectivas para el empleo y la moderada inflación, y

(ii) las mejores perspectivas y la fortaleza de la demanda externa tirarán de la inversión de las empresas.

Entre los factores de riesgo que amenazan estas previsiones la CE destaca una ralentización más intensa de lo previsto en las economías emergentes, sobre todo América Latina. Por el lado positivo, una relajación más rápida de las condiciones de financiación facilitaría la reactivación de la demanda interna.

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