Lo que se puede decir de los presupuestos presentados para el 2014 es que son adecuados.
Esperamos todos que éste sea el último año de una larga y dura crisis, y gracias a la leve recuperación que se avisa, estos presupuestos se cumplirán, y los mercados y la Union Europea estarán satisfechos. Lo que no hacen es echar una mano para que el país salga adelante.
Por fin Espana goza de unos vientos a su favor. La prima de riesgo ha bajado a un nivel cómodo en los últimos meses, tras un largo período de vértigo. Gracias a esto, el gasto en servicio de la deuda se controlará por fin en el 2014, incluso mientras la deuda pública se aproxima al temido 100% del PIB. La economía se activará levemente, y esto aumentará algo los ingresos y mantendrá a raya el gasto en las prestaciones de desempleo. Estos factores harán que el objectivo de déficit para el 2014 se alcance.
Pero los ciudadanos tenían derecho a algo más.
Lo que no hacen estos presupuestos es liderar el ajuste o apoyar la recuperación incipiente de la economía española. ¿Donde está la reforma profunda del sector público que tanto necesitamos? Sólo se ofrecen recortes modestos globales (con subidas impresionantes para los partidos) y se congelan de nuevo los sueldos de los funcionarios.
Brillan por su ausencia medidas de apoyo al crecimiento.
¿Cómo se levantará el consumo cuando se hunde bajo una presión fiscal históricamente alta, pilar casi único para equilibrar las cuentas públicas? ¿Cómo empezarán a gastar los hogares cuando su endeudamiento apenas ha bajado desde que estalló la crisis, por la férrea protección a los bancos? ¿Cómo sobrevivirá la pequeña y mediana empresa sin mayor acceso al crédito, o sin las medidas prometidas para hacer más fácil operar en España?
Los presupuestos son adecuados, y se cumplirán. Pero ni ellos ni el gobierno han dado a España el liderazgo que ha necesitado para atravesar cuatro años de recesión y un paro sin precedentes. España saldrá de la crisis en el 2014 porque sus trabajadores y sus pequeñas y medianas empresas han luchado para sobrevivir y no sólo mantenerse a flote, sino bajar los costes, abrir nuevos mercados y recuperar la competitividad perdida. Ha sido un espectáculo que inspira admiración por el espíritu y dignidad de este país.
Pero la carga de levantar el país lo han llevado solos. Hasta los ultimos presupuestos de la crisis, que todos esperamos que sean éstos, el gobierno ha seguido sin dar ejemplo de sacrificio, y sin apoyar el esfuerzo heróico del resto de España para salir de esta recesión.
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