WP_Post Object ( [ID] => 19027 [post_author] => 28819 [post_date] => 2013-09-18 12:20:49 [post_date_gmt] => 2013-09-18 10:20:49 [post_content] => En estos días está sobre la mesa el debate sobre la reforma de las pensiones. Se trata de un tema que personalmente encuentro apasionante, especialmente por las connotaciones que tiene después de seis años de crisis. Me explico. Uno de los aspectos que me preocupa de la crisis es el reparto intergeneracional de la misma. ¿Quiénes están siendo los más perjudicados por la misma? Dejando a un lado ese “mantra” oficial pero equivocado de que son los más jóvenes –no lo son, ni de lejos por las cifras absolutas (menos del 9% de los parados en España son menores de 25 años) ni por el problema social que representan-, a mi entender el grueso de la crisis se ha cebado con los trabajadores de edades intermedias, y en muchos casos con responsabilidades familiares. Millones han perdido su empleo, y los que siguen ocupados han visto como en muchos casos el necesario ajuste de competitividad de la economía española se ha materializado en reducciones de sueldo. En el otro extremo están los jubilados, sobre los que existe un consenso de que deben ser protegidas sus condiciones, algo con lo que básicamente estoy de acuerdo, siempre que no se separen completamente de la situación económica general. Y esto último es lo que en cierto modo está sucediendo, ya que al estar en un sistema de reparto, no es verdad que los actuales jubilados estén cobrando de lo que aportaron. Están cobrando sus pensiones de lo que los trabajadores actuales están hoy aportando al sistema. Unos trabajadores que son los que están sufriendo en primera persona las consecuencias de la crisis en forma de pérdida de empleo, trabajos más inestables y disminuciones salariales. Por tanto, unas pensiones blindadas de acuerdo al IPC no parecería socialmente aceptable. Por cierto, el comité de sabios que ha escrito sobre la reforma del sistema parece muy sabiamente haberse pronunciado en contra de la indización del sistema de pensiones a la inflación. Pero, por complicar más la reflexión, también hay que indicar que en estos momentos los pensionistas españoles han afianzado su papel estabilizador de la sociedad española gracias al apoyo económico que prestan a las familias con apuros derivados de la crisis, por lo que la pérdida de poder adquisitivo también merma la situación de las mismas. En definitiva, un problema complejo del que seguro que podremos seguir escribiendo en futuros posts, una vez que se conozcan más detalles sobre la reforma que se lleve a cabo. [post_title] => Pensiones y reparto intergeneracional de la crisis. [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => pensiones-y-reparto-intergeneracional-de-la-crisis [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:40 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:40 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=19027 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 1 [filter] => raw )
En estos días está sobre la mesa el debate sobre la reforma de las pensiones. Se trata de un tema que personalmente encuentro apasionante, especialmente por las connotaciones que tiene después de seis años de crisis. Me explico.
Uno de los aspectos que me preocupa de la crisis es el reparto intergeneracional de la misma. ¿Quiénes están siendo los más perjudicados por la misma? Dejando a un lado ese “mantra” oficial pero equivocado de que son los más jóvenes –no lo son, ni de lejos por las cifras absolutas (menos del 9% de los parados en España son menores de 25 años) ni por el problema social que representan-, a mi entender el grueso de la crisis se ha cebado con los trabajadores de edades intermedias, y en muchos casos con responsabilidades familiares. Millones han perdido su empleo, y los que siguen ocupados han visto como en muchos casos el necesario ajuste de competitividad de la economía española se ha materializado en reducciones de sueldo.
En el otro extremo están los jubilados, sobre los que existe un consenso de que deben ser protegidas sus condiciones, algo con lo que básicamente estoy de acuerdo, siempre que no se separen completamente de la situación económica general. Y esto último es lo que en cierto modo está sucediendo, ya que al estar en un sistema de reparto, no es verdad que los actuales jubilados estén cobrando de lo que aportaron. Están cobrando sus pensiones de lo que los trabajadores actuales están hoy aportando al sistema. Unos trabajadores que son los que están sufriendo en primera persona las consecuencias de la crisis en forma de pérdida de empleo, trabajos más inestables y disminuciones salariales. Por tanto, unas pensiones blindadas de acuerdo al IPC no parecería socialmente aceptable. Por cierto, el comité de sabios que ha escrito sobre la reforma del sistema parece muy sabiamente haberse pronunciado en contra de la indización del sistema de pensiones a la inflación.
Pero, por complicar más la reflexión, también hay que indicar que en estos momentos los pensionistas españoles han afianzado su papel estabilizador de la sociedad española gracias al apoyo económico que prestan a las familias con apuros derivados de la crisis, por lo que la pérdida de poder adquisitivo también merma la situación de las mismas.
En definitiva, un problema complejo del que seguro que podremos seguir escribiendo en futuros posts, una vez que se conozcan más detalles sobre la reforma que se lleve a cabo.
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