Los datos que vamos conociendo del segundo trimestre de este año indican que la actividad económica y el empleo siguieron disminuyendo, pero a un ritmo muy inferior al del primer trimestre. Entonces el PIB se redujo cinco décimas porcentuales, en cambio, los indicadores publicados del segundo trimestre (exportaciones de bienes y servicios, también el turismo, afiliaciones a la Seguridad Social, producción de bienes de equipo, matriculación de vehículos de carga, comercio minorista, grado de utilización de la capacidad productiva, etc.) apuntan a una contracción mucho menor.
El “Informe trimestral de la economía española”, publicado el martes por el Banco de España, va también en esa dirección y “estima que el PIB disminuyó un 0,1% en el segundo trimestre”. Como viene siendo habitual la contracción del empleo es superior a la caída de la producción. Según el Informe en el segundo trimestre el empleo, corregido de estacionalidad y calendario, descendió un 0,4% con respecto al trimestre anterior. En cambio, la Encuesta de Población Activa (EPA) publicada ayer es mucho más halagüeña: en el segundo trimestre crece la ocupación un 0,9% ¿Cuál es la razón de esta diferencia? La EPA utiliza datos brutos, es decir, no corrige los efectos estacionales y el Banco de España si que los corrige.
Así y según la EPA en el segundo trimestre de 2013 la ocupación aumentó en 149.000 personas. Esta noticia, aparentemente buena, no es un “brote verde”, se puede explicar por la mayor actividad de los servicios turísticos y la agricultura propios de esa época del año. Efectivamente el aumento de la ocupación, en este segundo trimestre, se ha producido en el sector servicios (+154.000) y en la agricultura (+37.500). Se destruye en cambio empleo en la industria (-17.000 ocupados menos) y construcción (-26.500).
Se confirma con ello la tendencia destructiva de empleo en los sectores industrial y de la construcción iniciada hace 6 años. Hace 6 años la industria ocupaba a 3,3 millones de trabajadores, desde entonces se han destruido un millón de puestos de trabajo lo que sitúa el empleo industrial en el segundo trimestre de este año en 2,3 millones. La experiencia de las principales economías desarrolladas muestra que para alcanzar un nivel alto de bienestar es preciso establecer una base industrial amplia y robusta. Por su parte, y también desde el inicio de la crisis, el sector de la construcción ha perdido 1,5 millones de empleos: llegó a ocupar a más de 2,7 millones de personas y en el segundo trimestre de este año solo daba trabajo a 1,2 millones.
Calidad de la ocupación
Hay datos de la EPA que señalan que la calidad del empleo aumenta y otros en cambio que empeora. El deterioro de la ocupación ocurre porque: 1) el incremento del empleo se produce en los sectores de servicios de baja productividad, propios de la buena temporada turística del verano y de la agricultura: solamente Andalucía y Baleares suman 130.000 ocupados más que el primer trimestre; 2) mientras los asalariados con contrato temporal han aumentado (+162.200 en el trimestre), se reduce, sin embargo, los asalariados con contrato indefinido (-50.400) y 3) el empleo público se redujo muy poco, tan solo en 2.600 personas, que es mucho menos que en el primer trimestre, cuando se eliminaron más de 70.000 puestos en el sector público.
Hay otros datos del trimestre que sin embargo, muestran mejoras en la calidad: 1) se ha producido un aumento de los trabajadores por cuenta propia (37.300 más, de los que 14.400 dan trabajo a otras personas); buena noticia porque hace 6 años había en España 3.640.800 trabajadores por cuenta propia, y ahora solo son 3.050.000, lo que pone de manifiesto lo difícil que está resultando para los autónomos atravesar estos ya seis años de grave crisis económica; 2) se reduce el paro juvenil que, según la EPA, alcanza el 56%, frente al 57,2%, del trimestre anterior; es buena noticia porque los sectores exportadores y competitivos necesitan de este tipo de mano de obra, que por sus propia condición, tiene una mayor flexibilidad geográfica y funcional, más capacidad de absorber las nuevas tecnologías y, por tanto, de aumentar la productividad de las empresas, y todo ello con menores exigencias salariales.
Las mejoras del empleo se deben también a la reducción de los salarios de los trabajadores La buena noticia es que la reducción de los costes laborales, al disminuir los costes de producción, no sólo aumenta la competitividad de las exportaciones (incluido el turismo), sino que abarata también los productos nacionales frente a los importados. A la larga estas mayores ventas deberían generar una mayor producción y más empleo.
Disminuyen los activos extranjeros
La EPA también confirma la tendencia iniciada en el segundo trimestre del año 2011: desciende el número de activos en 76.000 personas, es decir, hay menos personas en el mercado laboral. Pero cuando se diferencia entre españoles y extranjeros observamos que mientras entre los españoles aumenta el número de activos (+6.300) los extranjeros lo reducen (-82.400) lo que hace sospechar que está aumentando el número de extranjeros que 1) se establecen en la economía sumergida ó 2) pierden su trabajo y, dadas las malas perspectivas, se desaniman hasta el punto de que abandonan el país y buscan trabajo en sus países de origen u otros países.
Se reduce el paro
Como consecuencia tanto de la caída en el número de activos como por el aumento de la ocupación el número de desempleados se reduce bastante. Durante el segundo trimestre el número de parados disminuyó en 225.200 personas como consecuencia el número de desempleados cayó de 6.202.700 millones a 5.997.500 y la tasa de paro se ha reducido desde el 27,16 del primer trimestre hasta el 26,26%. Una situación que sigue siendo terrible pero que mejora sensiblemente las del primer trimestre de este año.
En términos desestacionalizados durante el segundo trimestre se rompe la tendencia: el paro cayó un 1% frente al aumento del 1,1% en el trimestre anterior. Esta ruptura de la tendencia de crecimiento del paro encaja perfectamente con la mejora de los indicadores que comentamos al comienzo de este artículo y con las previsiones de numerosas instituciones que apuntan a que el año 2013 va a ser mejor que 2012 y que incluso podemos volver a tener en España crecimientos positivos del PIB. Un futuro más halagüeño. Mientras tanto se debe seguir alentando la emigración y favoreciendo la formación de de nuestros desempleados en sectores con alto contenido tecnológico y con vocación exportadora.
Fuente: Rafael Pampilón. «Mejoría del mercado laboral». Expansión. 26 de julio de 2013; página 47
Comentarios