21
Ene

Esta semana hemos conocido los datos de producción industrial de la Unión Monetaria Europea (UME) y de Estados Unidos (EEUU). La producción de las fábricas de la Eurozona cayó en noviembre un 0,4% y acumula una caída interanual del 3,7%. En cambio la producción industrial de EEUU creció un 0,3% en diciembre lo que supone un crecimiento del 2,5% para el año 2012. Estos datos, junto a otros indicadores de coyuntura, muestran que mientras Europa destruye empleo, se desindustrializa y su sector industrial pierde peso en el PIB, EEUU se reindustrializa, genera empleo y su industria gana participación en su PIB.

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En un horizonte temporal más largo se puede observar esa misma tendencia. En1980, EEUU era el primer productor mundial de manufacturas seguido de Alemania, Japón, Gran Bretaña, Francia, Italia y China. Treinta años después, en 2010, EEUU era la primera potencia manufacturera del mundo, seguida de China, Japón, Alemania, Brasil, Italia y Corea del Sur. Observe el lector que Alemania pierde dos puestos y que Francia y Gran Bretaña desaparecen de ese grupo de siete países que más contribuyen a la producción mundial de manufacturas.

¿Por qué la industria de EEUU logra mejores resultados que los de la Zona Euro?

La respuesta a esta pregunta exige distinguir entre razones coyunturales y otras más profundas o estructurales.

Aspectos coyunturales

Desde el punto de vista coyuntural, es bien sabido, que la crisis económica que sufre la Eurozona está reduciendo la demanda lo que frena la producción de sus empresas manufactureras. Una crisis que ya no solo sufren los países periféricos sino que se está trasladando también a las economías centrales de la UME. El miércoles conocimos que en el último trimestre de 2012 el PIB de Alemania se contrajo 0,5% lo que contribuye a aumentar la incertidumbre económica que reina en Europa y que podría postergar las decisiones de las empresas de todos los sectores.

Apreciación del euro

Otro factor que está agravando la situación de los fabricantes europeos es la apreciación del euro frente al dólar. Una situación que parece que se mantendrá en un futuro próximo. Efectivamente, Mario Draghi después de la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE afirmó que la confianza de los mercados financieros ha mejorado significativamente y que por tanto, no piensa acometer en los próximos meses nuevas medidas de expansión monetaria, como pudiera ser un recorte de los tipos de interés o nuevas compras de activos. Esta sobriedad en la política monetaria del BCE, en un contexto de políticas muy expansivas de los bancos centrales de Japón, EEUU, Suiza y Reino Unido, está generando una mayor apreciación del Euro. Y esta apreciación del euro puede acabar por volverse en contra de la recuperación de la Eurozona en la segunda mitad de este año que anunció el propio Draghi.

¿Cuáles son las diferencias estructurales entre la industria de EEUU y la de la Zona Euro?

En primer lugar, los costes: las empresas europeas tienen costes salariales, sociales, financieros y fiscales más altos que los de EEUU. En segundo lugar, la menor capacidad de Europa para adaptarse a las nuevas formas de producción de manufacturas. Como es sabido, a comienzos de los años ochenta muchas empresas de los países del Norte trasladaron su producción industrial a países emergentes con el objetivo de ahorrar costes. La producción de los países emergentes basada en costes salariales más bajos era así más competitiva en los mercados internacionales. De ahí que la industria creció en esos países (principalmente en los países del Este de Asia), y se estancó en los países europeos y en Estados Unidos.

En los últimos tiempos, se está produciendo, sin embargo, un cambio radical en la forma en que se fabrican los productos. La digitalización de la fabricación está permitiendo que vuelva a resurgir la industria en los países desarrollados. Un fenómeno que la revista The Economist (21 de agosto de 2012) ha denominado Social Manufacturing (“A Third Industrial Revolution”) cuya manifestación más importante consiste en trasladar una parte de la producción industrial que se realiza en los países emergentes hacia los países desarrollados de manera que estos últimos aumentarían su producción manufacturera.

Esto explica por qué las 2/5 partes de las grandes empresas manufactureras de EEUU estén considerando la posibilidad de devolver a EEUU las fábricas que abrieron en China. Como consecuencia en China se está debilitando la inversión extranjera. En 2012, la inversión extranjera directa en China  cayó un 3,7% y alcanzó 111.700 millones de dólares (ver gráfico).

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EEUU se adapta mejor

Se trata de una Tercera Revolución Industrial con costes muy bajos de producción porque emplea a muy pocos trabajadores en la cadena de producción. Se está consiguiendo de esta forma que los procesos de fabricación vuelvan y se queden en los países del Norte.  ¿Y qué países se adaptarán mejor a esta digitalización de la producción? Aquellos que gasten más en I+D y tengan personal laboral de alta cualificación. Es decir, como estos nuevos procesos de fabricación están regidos por softwares inteligentes, necesitarán a su vez de personal muy calificado el cual es más fácil encontrarlo en los países ricos. Y dentro de esos países Estados Unidos es el que gasta más en I+D (más que el conjunto de los 17 países de la UME) y dispone de una mayor dotación de científicos y de mano de obra cualificada. Todo muy relevante y que explica cómo a pesar del rápido crecimiento de la industria china, Estados Unidos sigue siendo el primer productor mundial de manufacturas. Y aunque su producción medida en dólares corrientes es prácticamente la misma que la de China, lo que marca la diferencia es que EEUU la obtiene con el 10% de la fuerza laboral que China necesita.

¿Por qué tanto énfasis en la industria si los servicios acaparan el 70% de la producción de las economías desarrolladas?

La experiencia histórica de las economías más avanzadas y también de las economías asiáticas muestra que para alcanzar un nivel alto de desarrollo es preciso establecer una base industrial interna amplia y robusta. Es más: no se conoce ningún país desarrollado, de tamaño grande, que no sea industrializado.

Muchos servicios financieros y de seguros, comerciales, de transporte, consultoría, auditoría, ingeniería, diseño, investigación, etc. dependen de la industria. Muchos de estos servicios no existirían, ni se desarrollarían, si no existiese una base industrial fuerte. Un dato: actualmente en EEUU la fabricación de bienes representa el 14% del PIB y absorbe el 68% del gasto en I+D. Una cantidad de dinero muy importante considerando que el gasto en I+D en EEUU es, en términos absolutos, el más alto del mundo.

En conclusión, se observa en el corto plazo cómo los problemas económicos que sufre Europa están repercutiendo negativamente en la producción de manufacturas, que es uno de los principales motores de una posible recuperación europea. La abrupta caída de la producción industrial (-3,7% en un año) muestra que la economía europea seguirá en recesión en la primera mitad de este año y que la salida de la crisis será muy lenta y puede entrañar riesgos elevados. A ello se une que la política monetaria del BCE no está siendo lo suficientemente expansiva, por lo que el euro se aprecia, lo que añade dificultades a la salida de la crisis.

Desde una perspectiva de más largo plazo la industria en Europa lleva muchos años perdiendo competitividad con respecto a otras áreas geográficas. Hay un problema de costes y para ser más competitivos hay que reducir esos costes. Pero a la vez es necesario aumentar los gastos en I+D que permita alcanzar un nuevo modelo industrial; es decir, aprovechar esta Tercera Revolución Industrial basada en valiosos recursos humanos, excelencia en la educación y aumento en  las patentes y las ideas para producir bienes manufacturados. La industria del futuro se va a basar en el conocimiento, y los países líderes serán aquellos que entiendan como se genera ese conocimiento. Por eso, al menos por ahora, EEUU seguirá siendo la primera potencia industrial del mundo.

Fuente: Rafael Pampillón. «EEUU se industrializa y Europa se desindustrializa». Expansión. 19 de enero de 2013. Página 50

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