28
Nov

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) acaba de publicar el OECD Economic Outlook de noviembre. En el capítulo dedicado a España prevé que la economía española se contraerá un 1,3 por ciento este año y un 1,4 por ciento en 2013 por: 1) la caída del consumo (menos salarios y más impuestos), 2)  los efectos negativos para España de la recesión en la eurozona, 3) la caída de la inversión por la falta de expectativas y la restricción del crédito y 4) los efectos de los recortes de gasto (consumo público).

La OCDE (ver cuadro de abajo) prevé que España, impulsada por las exportaciones,  salga de la recesión en 2014 con un débil crecimiento del 0,5 por ciento.

Un desempleo astronómico

Según la OCDE, en 2013 la tasa de paro subirá hasta el 27 por ciento (6,2 millones parados aproximadamente), desde el 25 por ciento de este año, y se mantendrá, más o menos, en el 27 por ciento en 2014.

La OCDE sigue insistiendo (en su Economic Outlook de noviembre de 2012)  que se sigan haciendoaquellas reformas que 1) aumenten la competitividad en la economía y 2) cierren de una vez la reestructuración del sector bancario. Asimismo, alberga esperanzas de que las mejoras que se están produciendo en productividad y competitividad sigan animando  las exportaciones de bienes y servicios. En el cuadro se puede observar el impresionante crecimiento de las exportaciones en el período 2008-2014. Como consecuencia de este aumento de las exportaciones poco a poco se irá recuperando la inversión (aunque en 2014 seguirá contrayéndose y habría que esperara al 2015 para que tenga crecimiento positivo).

Al final, producir para exportar exigirá antes o después, además del aumento de la inversión, el aumento del empleo. Mientras tanto y desde el máximo (20,4 millones de ocupados) en 2007 y hasta 2014 se destruirán 3,7 millones de puestos de trabajo.

En definitiva, la digestión de los desequilibrios que padece la economía española llevará más tiempo del previsto. El diagnóstico que hace la OCDE (ver cuadro) es que la economía española sufre un adelgazamiento de la demanda interna: se reducen el consumo, la inversión y el consumo público. Pero llegarán mejores tiempos si somos capaces de revitalizar el aparato productivo mejorando la competitividad: nos permitiría exportar más y mejores bienes y servicios.

Al final producir para exportar exigirá antes o después aumentar la inversión y el empleo. Y este incremento de la ocupación tirará a su vez del consumo.

¿Cómo aumentar la productividad?

La mejora de la productividad tiene que ver con las mejoras tecnológicas y organizativas. Cuando muchas empresas españolas están cerrando sus puertas los aumentos de productividad pasan también por facilitar el proceso de creación de empresas modernas, competitivas y duraderas a largo plazo. Para ello se precisa orientar el sistema económico hacia la innovación y el emprendimiento.

Para ello se debería fomentar la creación de fondos de capital riesgo tanto públicos como privados (pero sobre todo privados) que inviertan en proyectos que combinen la creación de nuevas empresas con la innovación tecnológica. El crecimiento de la productividad supone, por tanto, apoyar programas de investigación y desarrollo (I+D), procurando que dichos programas de investigación se conviertan en proyectos empresariales generadores de empleo.

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