Cuando en clase hablamos de las elasticidades, más en concreto de la elasticidad-renta, los estudiantes entienden perfectamente el concepto en cuanto lo relacionamos con cambios en los hábitos de consumo cuando hay cambios drásticos en la renta.
En clase también comentamos la relación del concepto de elasticidad con la Ley de Engel. Según ésta, el porcentaje del presupuesto familiar que se dedica a la alimentación, se reduce conforme aumenta la renta. Esencialmente, lo que viene a decir esta relación es que no gastamos mucho más (en términos absolutos) en comida cuando nos hacemos más ricos, y es por eso que el porcentaje, cae. Pues lamentablemente, la caída de las rentas y por tanto, del importe de los presupuestos familiares en España, debido a la crisis y a la fuerte incidencia del desempleo, están haciendo cambiar nuestros hábitos de consumo.
El último barometro del CIS pone de manifiesto estos cambios. No solo ha caído la confianza de los consumidores de 70 puntos a 68 en enero de 2012, con respecto al mismo mes de año pasado, sino que se está reduciendo el gasto en todas las partidas de los presupuestos familiares más accesorias, es decir, con una mayor elasticidad. Es el caso de la compra de ropa, el o ocio, y se buscan alternativas (sustitutos cercanos a menor precio) a los consumos más inelasticos como el transporte privado (en la medida de lo posible), la alimentación (se consumen más marcas blancas) y se consume más bebida en casa que en bares (la diferencia de precio es muy importante en este caso).
La Encuesta de Presupuestos Familiares de 2010 del INE, ya indicada esta tendencia, habiéndose reducido el gasto medio por hogar de 30.411 euros en 2009 a 29.782 en el 2010. También en esta encuesta, el gasto en alimentación se reducía un 0,9% con respecto al año anterior, en términos constantes, la cifra más baja de todas las partidas de gasto, que en promedio se redujeron en torno a un 3% (Hoteles, cafés y restaurantes se redujo en ese año un 5,8%).
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