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La herencia envenenada del paro

Escrito el 4 enero 2012 por en Economía española

Destrucción de empleo

Para complementar el magistral post que ayer publicó  Valentín en este blog (322.286 parados más en 2011, una herencia envenenada para el nuevo Gobierno) me gustaría señalar que en el conjunto del año 2011 se produjo una intensa destrucción de empleo: la afiliación a la Seguridad Social perdió 355.000 personas, un 63% más de destrucción que la registrada en el año 2010, donde se eliminaron 218.000 cotizantes.

Pero mientras en 2010 la destrucción de empleo fue mayor al principio del año y menor al final, en 2011 ocurrió justo lo contrario, la destrucción fue menor al principio y mayor al final lo que parece coherente con una caída del PIB en el cuarto trimestre del año. Por sectores, en el conjunto de 2011 se ha destruido afiliación en la industria en 79.000, en la construcción en 225.000 y en los servicios en 54.000. En la agricultura hubo un aumento de 4.000 afiliados.

Desempleo: este trimestre alcanzaremos los 5,4 millones de parados.

A esta fuerte destrucción de empleo se une el elevado aumento del desempleo. Por lo que respecta al paro registrado, el cierre de 2011 marcó un nuevo máximo histórico: 4.422.000 personas, 322.286 más que el año anterior. Estos datos van en la misma dirección que los que suministra la otra fuente de información del mercado de trabajo en España: la Encuesta de Población Activa (EPA) y que conoceremos el 27 de este mes. Pero ya se puede adelantar que, probablemente, en términos de EPA, en el cuarto trimestre de 2011 los parados se situaron cerca de las 5.125.000 personas. Desgraciadamente, lo peor ya está aquí: es probable que en este primer trimestre de 2012 la economía se vuelva a contraer alcanzando, según estimaciones de Funcas, los 5,4 millones de parados.

El nuevo gobierno de España recibe una herencia envenenada del gobierno del PSOE: un paro de 5,4 millones de personas

Reforma laboral

Ante este panorama tan desolador, reducir el desempleo y aumentar la ocupación debe ser el objetivo prioritario del nuevo gobierno. Para ello, es necesario hacer urgentemente una reforma laboral profunda. ¿En qué debería consistir? En 1) reducir la temporalidad, yendo hacia un contrato único, con indemnizaciones por despido más bajas, quizá de 20 días por año trabajado, tal como existe en Alemania; 2) descentralizar la negociación colectiva, facilitando que sea principalmente en las empresas donde se decida la determinación de los salarios, así las variaciones salariales estarán de acuerdo con la evolución de la productividad, y en ese mismo sentido habría que suprimir las cláusulas que relacionan aumentos salariales con la inflación; 3) eliminar los convenios provinciales para evitar que unas pocas empresas grandes pacten subidas salariales inasumibles para las pequeñas y medianas, eliminando de esta forma la competencia y el empleo; 4) reducir las cotizaciones a la seguridad social para abaratar el coste que supone contratar trabajadores; 5) obligar a los parados a buscar activamente empleo para poder cobrar la prestación; 6) adecuar la oferta de trabajo a la demanda del mercado laboral, por lo que urge un nuevo enfoque del sistema educativo y de formación adaptado a las nuevas necesidades del mercado de trabajo, y 7) eliminar intervenciones administrativas en las relaciones laborales y regulaciones de empleo (ERE’s).

Conclusión

En resumen, en los últimos meses la economía está empeorando y la recesión (dos trimestres seguidos con decrecimiento económico) está teniendo implicaciones muy negativas en las cifras de paro y afiliación. Y el nuevo Gobierno, y en particular el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, dirigido por Fátima Báñez, debe realizar un conjunto de reformas complejas que den nacimiento a un nuevo marco de relaciones laborales que faciliten y abaraten la contratación para que las empresas no tengan que recurrir al despido como única vía de escape cuando se produce empeoramiento económico.

La congelación del salario mínimo va en la buena dirección. ¿Por qué hemos llegado a esta dramática situación? Porque en los hemos últimos años los agentes sociales se han resistido a dichos cambios. En este trimestre, previsiblemente y según Funcas, alcanzará un paro del 23,3% de la población activa (5.400.000 desempleados) ¿Cuánto más hay que esperar para que los sindicatos y organizaciones empresariales empiecen a entender que el principal derecho de los trabajadores es el de tener un empleo? ¿Los agentes sociales serán capaces de resolver el principal problema de la economía española? ¿Hasta cuándo debemos soportar un paro juvenil cercano al 50%?

Fuente: «La herencia envenenada del paro«. Expansión. 4 de enero de 2012

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