España está abocada a una recesión en 2012 como consecuencia del necesario ajuste que de la economía tendrá que hacer el nuevo gobierno. Las Administraciones Públicas deben reducir su déficit, para cumplir con el objetivo comprometido. A las familias y a las empresas les toca también desendeudarse y, por tanto, reducir sus gastos. Tenemos que prepararnos para una segunda recesión suave en Europa y menos suave en España. Pero no son solo los severos planes de ajuste los que provocarán esta situación, sino también la falta de reconocimiento de la gravedad de la crisis al inicio de la misma y la inacción generada después. Ahora, por desgracia, no parece que haya mucha más alternativa que los severos planes de ajuste y por eso España y algún otro país de la Eurozona están abocados a una segunda recesión en 2012.
Política laboral y reforma de los mercados
Los gobiernos de los países solo disponen de cinco políticas económicas: fiscal, monetaria, exterior, laboral y las reformas estructurales. Los países que formamos parte de euro hemos sacrificado la monetaria y la cambiaria, y los mercados nos han quitado parte de la política fiscal. Por lo tanto, solo tenemos libertad para implementar reformas estructurales y del mercado laboral. Pero para poner en marcha esas reformas hace falta hacer pedagogía de la crisis, para que la gente entienda a qué nos estamos enfrentando y saber que ahora toca ajustarse el cinturón.
Política fiscal
En política fiscal toca recortar el gasto público y dar más incentivos a la inversión. Hay muchas áreas en las que se puede recortar el gasto público a la vez que se mantienen los servicios básicos. Sobran muchas administraciones, empresas, organismos y servicios públicos que no son necesarios. El gasto público debe orientarse hacia el gasto productivo de los Estados para generar nuevos proyectos, nuevas inversiones y nuevas contrataciones rentables. Si los proyectos son viables y atractivos, generarán valor suficiente para atraer nuevos prestamistas y el endeudamiento acabará pagándose.
El ajuste del déficit público (reducción del gasto y subida de impuestos), el necesario desendeudamiento de familias y empresas, el enfriamiento de la economía mundial y la escasez de crédito conforman los cuatro factores que abocan a España a una contracción de su economía en el año próximo.
Tenemos que prepararnos para una segunda recesión, otra opción sería negar la realidad. Y si no hacemos las reformas necesarias, por ser políticamente incorrectas, caeríamos en el caos con aumentos en las primas de riesgo y estaríamos condenados a un elevado desempleo duradero a largo plazo.
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