23
May

Hace dos años, el Partido Popular (PP) arrebató el gobierno de Galicia al Partido Socialista de Galicia (PSG); después fue la victoria de Convergencia y Unió (CIU) frente al Partido Socialista de Cataluña (PSC); más tarde fueron las primarias socialistas en Madrid: Tomás Gómez ganó frente a Trinidad Jiménez (la candidata de Zapatero). Y ayer fue la contundente e impresonante victoria del PP, y de otros partidos políticos, frente al PSOE en las elecciones municipales y autonómicas.

Ayer fue, por tanto, la cuarta vez que Zapatero sale derrotado en poco tiempo. La crisis económica ha pasado una tremenda factura electoral  al Presidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero. Hace meses que pusimos de manifiesto en este blog como la historia está plagada de ese tipo de derrotas electorales que se producen como consecuencia de las crisis económicas. Derrotas que son consecuencia del incumplimiento de los objetivos generalmente aceptados de política económica (crecimiento económico, pleno empleo, estabilidad de precios, equilibrio exterior, etc.). Es decir, cuando en un país, en este caso España, el paro aumenta, la inflación se desboca y el crecimiento económico se estanca se produce una  brecha entre las expectativas de los electores y y la política económica del Gobierno incapaz de sacarnos de la grave crisis económica que padecemos.

También dijimos en el post “El coste político de las crisis económicas” que el Partido Socialista (PSOE) perdería ayer las elecciones. Y las perdió.  ¿Motivos? Se trata de un gobierno que no ha sido capaz de resolver las crisis; una crisis que se ha cebado especialmente en España. Y como el Gobierno del PSOE no ha sido capaz de resolver la crisis y no ha sido capaz de resolver las necesidades de la sociedad, entonces el partido político  contrincante el PP emerge como alternativa.

Parece evidente, desde mi puto de vista, que hay que convocar elecciones generales para que cambie el partido que gobierna en España. La Historia muestra que los políticos que salen elegidos durante las crisis económicas (Roosevelt, Reagan, Thatcher, Felipe González en 1982 y José María Aznar en 1996) han aplicado políticas económicas que facilitaron la salida de la crisis.

Hace poco que se produjeron en otros países de Europa cambios de gobierno. En 2009, en Grecia, el opositor Movimiento Socialista de Papandreou venció en las elecciones al conservador Nueva Democracia. En 2010, en Gran Bretaña el Partido Conservador de Cameron, hasta entonces en la oposición, ganó al Laborista de Gordon Brown y en Holanda la derecha liberal de Mark Rutte se impuso en las elecciones a los socialdemócratas. Este año, 2011, en Irlanda el conservador Fine Gael ganó al que hasta entonces era el partido gobernante (Fianna Fáil) y en Hungría el partido de centroderecha ganó de forma aplastante y acabó con ocho años de gobiernos socialistas.

En Portugal, la dimisión del gobierno socialista de Sócrates y la consecuente convocatoria de elecciones generales unido a las derrotas recientes de Sarkozy, Merkel y Berlusconi en comicios municipales y regionales  atisban cambios importantes en otros países europeos. 

Cabría esperar que, en España, los nuevos gobiernos autonómicos y los alcaldes  elegidos ayer, casi todos del PP, cambien la política económica de sus antecesores. Porque con esos cambios políticos y esas transformaciones profundas, la Historia muestra que se sale de las crisis y que la economía mejora.

Solo falta que cambie el gobierno de España.

¿Crees, querido lector, que unas elecciones generales y anticipadas en España daría lugar a un  cambio de gobierno que a su vez daría confianza a la inversión extranjera y española que nos permitiese salir de la crisis?

Comentarios

Aún no hay comentarios.

Dejar un Comentario

*

Utilizamos cookies propias y de terceros para mejorar nuestros servicios y mostrarle contenido relacionado con sus preferencias mediante el análisis de sus hábitos de navegación. Si continua navegando, consideramos que acepta su uso. Puede cambiar la configuración u obtener más información aquí. Aceptar