11
Mar

Hoy el INE y como desgraciadamente viene ocurriendo ultimamente, nos ha dado una mala noticia: los precios, en España, subieron en febrero de 2011 un 0,1% con respecto a enero. La inflación mensual es un dato importante, pero en sí mismo es un dato de difícil interpretación pues cada mes tiene sus propias características. Y febrero es un mes tradicionalmente poco inflacionista porque siguen las rebajas. A pesar de ello los precios de febrero medidos por el Índice de Precios al Consumo (IPC) subieron. La culpa es del precio del petróleo. Además, la inflación interanual del mes de febrero (marzo de 2010 a febrero de 2011) ha sido, según el INE, el 3,6%, tres décima superior a la del conjunto de febrero de 2010 a enero de 2011).

También y según los datos publicados hoy por el INE, la inflación subyacente, que no incluye los precios de los productos energéticos ni de los alimentos no elaborados, se situó en febrero en el 1,8%, dos décimas por encima de la registrada en enero. Por su parte, el Indicador de Precios al Consumo Armonizado (IPCA) anualizado se situó en febrero en el 3,4%, con lo que aumenta cuatro décimas respecto al mes anterior y, lo que es peor, es un punto superior al de la Unión Monetaria Europea (UEM), que fue del 2,4%. El precio del petróleo subió para toda la UEM pero en España repercutió más. La inflación española es, por tanto, relativamente alta si consideramos la menor inflación de los países con los que competimos. La causa de esta elevada inflación hay que buscarla en el mayor crecimiento de los precios de los lubricantes, carburantes, transporte y calefacción y en el crecimiento de los salarios.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Caída en el consumo en España.

Ayer nos enteramos, también por el INE, de otra desgracia: el índice general de comercio minorista, deflactado y corregido de efectos de calendario, registró en diciembre la séptima caída consecutiva y la más intensa desde finales de 2009. Es decir, las perspectivas del consumo se deterioran: al obligado desapalancamiento de las familias (reducción de su endeudamiento) y el desfavorable comportamiento del mercado laboral (la tasa de paro se mantendrá este año en el entorno del 20% de la población activa), se añaden ahora las tensiones inflacionistas y el probable endurecimiento de la política monetaria del BCE. Esta combinación de mayores precios y mayor carga financiera limitará la capacidad de compra de los hogares y retrasará la recuperación de su gasto.

Previsisones de inflación para España y para la UEM y política monetaria.

Por tanto, si se sigue moderando el gasto público, sigue cayendo el consumo y se congelasen los salarios (tal como propone Merkel) sería posible que España terminase el año 2011 con una inflación cercana al 2%. Por otro lado, bastantes economistas creen que con una inflación del 2,4% en la Eurozona no hay motivo para que el BCE suba los tipos de interés. Sin embargo, el BCE anunció que lo haría. La tendencia futura a una mayor estabilidad en los precios (menor inflación) tiene su origen en la debilidad de la demanda de consumo de las materias primas y la moderación salarial.

Por tanto, los datos estadísticos señalan un crecimiento económico moderado tanto en España como en la Zona Euro. Mantener bajos los tipos de interés permitiría alcanzar un crecimiento económico más firme y un mayor crecimiento del empleo. La discusión está centrada en si tipos de interés tan bajos producirán en el futuro o no un recalentamiento inflacionario en la economía. Pero también habría que considerar si tipos de interés más altos, que los actuales, podrían llegar a tener efectos nefastos sobre la inversión, el crecimiento y el empleo.

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