La sorpresa sería una subida de tipos antes de finales de año. El recuerdo de lo que pasó en el verano de 2008 todavía sigue muy presente, cuando se subieron los tipos de interés ante un repunte de la inflación ocasionado por la escalada de los precios de la energía, pese a que ya era evidente que la crisis financiera tendría un impacto negativo sobre la actividad y los precios. Con el precio del petróleo por encima de 100 dólares, el riesgo está ahí, pese a que los excesos de capacidad harán muy difíciles los efectos de segunda ronda y, por tanto, un contagio de los componentes volátiles a la parte tendencial de los precios. También el tono restrictivo de la política fiscal en la UEM y la fortaleza del euro debería frenar ese nerviosismo que empiezan a mostrar los más ortodoxos dentro del Consejo. Pero ya sabemos como respira el BCE y, además, hay que introducir un factor adicional de riesgo como es la sustitución de Trichet en otoño. Pero vayamos con los mensajes de hoy.
Según el BCE, los tipos de interés están en los niveles apropiados y la política monetaria sigue siendo acomodaticia. El crecimiento sigue una tendencia positiva por la recuperación global y la mejora de la confianza. En relación a los riesgos, señala que siguen siendo a la baja por: i) el aumento del precio del petróleo y otras materias primas, ii) la posibilidad de nuevas tensiones en los mercados financieros, y iii) las tendencias proteccionistas.
En cuanto a la inflación, ha repetido que las expectativas a medio plazo siguen firmemente ancladas y que las tensiones que se han producido a corto plazo son temporales y debidas, sobre todo, a la energía. Espera que evolucione al alza en los próximos meses, situándose por encima del 2%, para moderarse a final de año.
No obstante, en otro punto de su intervención ha indicado que los riesgos sobre la inflación están equilibrados, si bien, de cambiar, lo harían hacia el lado alcista. De la liquidez, ha dicho que se retirará de la forma que sea más apropiada. Sigue con su recomendación a los bancos para que se capitalicen. Su mensaje ha sido parecido al de enero: harán todo lo que sea necesario para asegurar la estabilidad de precios. Ha informado que, en la reunión de marzo, tomarán decisiones sobre las medidas extraordinarias de inyección de liquidez.
Por tanto, se nota cierta preocupación en el BCE por la evolución de la inflación. No ha relajado el tono respecto a enero, lo cual demuestra que no le preocupa nada la subida de la curva euribor. Esta línea “dura” por temor a la inflación, puede tener al mercado “en tensión” probablemente la primera mitad del año. Sin embargo, parece difícil que vaya a subir tipos en 2011: i) los mercados financieros no funcionan aún con normalidad, ii) la política fiscal es restrictiva y un endurecimiento monetario pondría en riesgo la recuperación, iii) la subida de la curva euribor y la apreciación del euro ya endurecen las condiciones monetarias, y iv) la elevada capacidad ociosa y el alto desempleo alejan el riesgo de efectos de segunda ronda. Eso sí, podríamos ver un acercamiento del euribor a 12 meses a la zona del 2% antes de que finalice el año.
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