Este fin de semana la película más vista en Estados Unidos ha sido; “The Expendables”. Esta cinta de acción al otro lado del océano se ha traducido como “Los mercenarios”.Algún día tendremos que dedicar unas líneas a por qué en un país , como España, en el que es bastante difícil encontrar salas de versión original, los títulos , o no se traducen o cuando lo hacen tienen un nombre que no tiene porque parecerse en absoluto al que le otorgó su creador, con casos tan famosos como “Dos hombres y un destino” en vez de “Butch Cassidy and the Sundance Kid” o “La guerra de las galaxias” en vez de “Star Wars”.
Volviendo a “Los mercenarios” merece una reflexión por qué una película de ritmo trepidante tiene como protagonistas a unos actores que en su mayoría están más cerca de tener 60 años que 30. Y no es un caso único. Cuando observamos los actores más famosos o los cantantes que más música venden son, en general, de la tercera edad.
¿Qué sucede con los jóvenes talentos? Vivimos una época en la que conviven unas elevadas tasas de paro juveniles con la prejubilación de empleados en los mejores años de su vida profesional. Cuando observamos a los directivos de la lista de “Fortune 500”, podemos encontrar que muchas grandes firmas están en manos de ejecutivos con una edad con la que en sus propias empresas se prescindiría de ellos.
El mundo laboral hace dos décadas se basaba en las expectativas de crecimiento profesional. Es decir se suponía que cinco años después de haber empezado a trabajar en una firma, el estatus profesional sería mejor que al principio. Hoy en día en el mercado laboral como el español, esto no tiene por qué ser cierto y un trabajador con un lustro de experiencia puede ganar lo mismo o menos que cuando empezó y muy probablemente haber conocido alguna rescisión de contrato. El gran reto del mercado laboral español en los próximos años no sólo es la reactivación a nivel de cifras sino cambiar una mentalidad de importantes empresas que han abandonado la idea de la carrera profesional de sus empleados frente al abaratamiento de los costes fijos que suponen los Sueldos y Salarios. Quizás en el siglo XXI ya sea una utopia en el mercado privado un empleo para toda la vida pero el que un empleado veo en los objetivos de su empresa los suyos propios seguro que será beneficioso para él y para la cuenta de resultados de la firma en la que trabaja. Y si su experiencia es utilizada y no desperdiciada quizás logremos que la media de los directivos (o de las estrellas de Hollywood) se reduzca una década o dos.
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