Tras las dudas de las últimas semanas que sembraron de incertidumbre el propio proceso de construcción europea, parece que por fin se ha cogido el toro por los cuernos y se ha dado un paso definitivo hacia una mayor coordinación fiscal. Es decir, se ha dado un paso hacia delante en la construcción europea, algo que suele coincidir con episodios de crisis (por ejemplo, las tensiones en el Sistema Monetario Europeo de principios de los 90). Con ello, además, se evita el riesgo de una recaída en la actividad, teniendo en cuenta el tremendo coste en pérdida de riqueza causado por las correcciones de los mercados de bonos y de valores. En este sentido, el papel del BCE aportando liquidez y, en caso necesario, comprando deuda pública y privada, en el mercado secundario, va a ser decisivo. Por tanto, de momento tenemos la condición necesaria para acabar con la crisis de los últimos meses, la suficiente deberá venir de la mano de recortes pormenorizados y cuantificados de gasto público en los países periféricos, además de reformas estructurales.
Un fondo de 750.000 millones sin precedente en la Eurozona
Los ministros de economía de la UE han dado luz verde a un fondo de asistencia financiera para Estados de la UEM que sufran crisis de solvencia, en el que participará el FMI. El fondo contará con una dotación de 750.000 millones de euros, que serán aportados por los países y autoridades europeos (2/3) y por el FMI (1/3):
▪ 440.000 millones serán captados por un fondo que contará con la garantía de los Estados de la Unión Económica y Monetaria (UEM), previsiblemente, en función de su participación en el capital del BCE. Esta medida aún deberá ser aprobada por los países implicados.
▪ El FMI aportaría hasta 250.000 millones.
▪ La UE aportaría 60.000 millones, a través del presupuesto comunitario, mediante un mecanismo similar al que sirvió para ayudar a Rumanía, Hungría y Letonia.
La necesaria reducción del déficit público
Aún no se conoce bajo qué circunstancias se activaría la asistencia ni la condicionalidad que se impondrá a los Estados “rescatados”, pero España y Portugal ya han anunciado que van a acelerar sus procesos de consolidación fiscal. Portugal reducirá su déficit hasta el 7,3% este año (el objetivo anterior era 8,3%). España se ha comprometido a reducir el déficit hasta el 9,3% y 6,5% del PIB en 2010 y 2011, respectivamente (frente al 9,8% y 7,5% anteriores). Así, además del recorte del gasto para este año de 5.000 millones de euros (Plan de Acción Inmediata) y para el periodo 2011-2013 de 50.000 millones (Plan de Austeridad), aprobados ambos en febrero, el Gobierno concretará esta semana un nuevo recorte para 2010 (5.000 millones de euros) y 2011 (otros 10.000 millones).
Además, el plan de rescate a Grecia por 110.000 millones de euros ha recibido la aprobación definitiva y se ha decidido desembolsar un primer tramo de ayuda por valor de 8.500 millones de euros, que estarán disponibles para atender los vencimientos de deuda del 19 de mayo.
Ha sido decisiva la postura del BCE al rectificar las señales que envío Trichet en la rueda de prensa del jueves pasado. El BCE ha anunciado un conjunto de medidas destinadas a aliviar las tensiones que se están registrando en los mercados financieros, consistentes en:
▪ Programa de compra de títulos de deuda pública y privada (Securities Markets Programme). El importe de dicho programa no ha sido anunciado.
▪ Establecimiento de un tipo fijo del 1% para las operaciones de financiación a plazo de 3 meses que se celebrarán los días 26 de mayo y 30 de junio. Además, dichas subastas se realizarán mediante el procedimiento de adjudicación plena.
▪ Celebración de una subasta de liquidez a plazo de 6 meses el 12 de mayo, con adjudicación plena. El tipo de interés aplicable será igual a la media del tipo repo que se vaya fijando a lo largo de los seis meses de duración de la operación.
▪ Reactivación de las líneas swap con la Reserva Federal y otros bancos centrales mundiales para garantizar el suministro de liquidez en dólares. Para ello, se celebrarán operaciones de financiación a plazo de 7 y 84 días en dólares, a tipo fijo y con adjudicación plena. La primera subasta se llevará a cabo el próximo 11 de mayo.
La respuesta de los mercados ha sido muy positiva:
- Las tires de los bonos de los países periféricos están cayendo de forma muy significativa, a la vez que sube la del alemán. En el caso del bono español a 10 años, su tir está bajando 51 pb hasta el 3,93%, lo que sitúa su prima de riesgo en 94 pb (baja 71 pb). Más importante es la reducción de la prima del bono griego, que ha pasado de 965 a 343 pb.
- Las bolsas han tardado unos minutos más en abrir por la dificultad de fijar precios de apertura debido a la fuerte presión compradora. El Ibex sube un 12% hasta situarse por encima de los 10.000 puntos, mientras que el DJ Euro Stoxx sube un 7,8%. Hay que destacar la reacción alcista de los valores bancarios: en el Ibex BBVA y Santander son los que más suben, con casi un 20%, después del tremendo castigo experimentado la semana pasada.
- El euro se ha acercado a niveles de 1,31 con el dólar, después de haber alcanzado mínimos la semana pasada cercanos a 1,25 eur/usd.
Conclusión
Por tanto, el mecanismo aprobado puede ser el embrión del “Fondo Monetario Europeo” y supone un avance significativo. La decisión de acelerar la reducción del déficit apunta en la dirección correcta pero se necesitan más detalles (España los anunciará el miércoles). Sigue pendiente acometer las reformas estructurales que garanticen verdaderamente la estabilización de la deuda y recuperar la senda del crecimiento.
Ha sido fundamental el cambio de actitud del BCE tras la decepción que provocó el jueves pasado. Una consecuencia de la actuación del BCE es que la liquidez va a seguir siendo muy abundante, al menos, hasta final de año. Esto supondrá que el tipo eonia seguirá en niveles muy relajados (inferiores al 1%) y que la subida del tipo euribor a 12 meses puede ser menos pronunciada de lo esperado.
La crisis de riesgo soberano no está cerrada, pero se ha dado un gran paso en la dirección correcta. Esperamos que se inicie un periodo con menos tensiones que debe ser aprovechado por los gobiernos para adoptar las medidas “correctoras” necesarias.
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